Durante mucho tiempo, Shein, Temu y AliExpress han operado como auténticas máquinas de ofrecer precios bajos.
Un vestido por cinco euros, accesorios a precios irrisorios, gadgets que parecen imposibles de conseguir a ese costo en cualquier establecimiento físico.
Pero esos precios casi irreales no se debían únicamente a mano de obra barata o márgenes reducidos; había un gran agujero fiscal que Europa había dejado inadvertidamente abierto.
Desde hace décadas, existía una exención arancelaria para paquetes inferiores a 150 euros, una medida pensada en los años ochenta para facilitar los trámites aduaneros. Nadie previó que esa puerta se abriría de par en par, permitiendo la entrada de 4.600 millones de paquetes cada año sin pagar un céntimo en aranceles. El 91 por ciento de esos envíos provenía de China. Bruselas ha decidido cerrar esa válvula, y lo hará el próximo 1 de enero.
La cifra es asombrosa. Cada día, más de 12 millones de paquetes llegan a Europa desde fuera de la Unión, principalmente desde China.
En 2024, el valor total de esas importaciones alcanzó los 4.600 millones de euros, duplicando la cifra del año anterior.
La Comisión Europea estima que la Unión perderá alrededor de 1.500 millones de euros anuales en recaudación fiscal debido a esta exención.
No se trata solo de un agujero en las arcas comunitarias: es una competencia desleal monumental. Las empresas europeas deben adherirse a normativas sobre seguridad, estándares laborales y regulaciones medioambientales y pagar impuestos correspondientes. En cambio, Shein, Temu y sus colegas eludían prácticamente todas estas exigencias.
Un alarmante 65 por ciento de esos envíos llegaban deliberadamente infravalorados con el fin de evadir impuestos de importación. Las tiendas físicas españolas, los pequeños comercios online y los fabricantes europeos competían contra actores que operaban bajo reglas completamente diferentes.
Desde hace meses, la Comisión Europea ha trabajado en una reforma integral del sistema aduanero para poner fin a este desbarajuste. Lo que comenzó como un plan para aplicarse en 2028 se ha acelerado notablemente. Ahora, el 1 de enero del próximo año entra en vigor una solución provisional.
El mecanismo del cambio: aranceles desde el primer euro
La reforma es sencilla en su planteamiento pero revolucionaria en su aplicación práctica. Desde el próximo año, todos los paquetes que ingresen a la Unión Europea deberán pagar aranceles «desde el primer euro». Se acaba la exención para envíos inferiores a 150 euros. Además de los aranceles estándar, Bruselas tiene previsto implementar una tasa administrativa cercana a dos euros por paquete para cubrir los costos asociados con los trámites aduaneros. La intención explícita de la Comisión Europea es que dicha tasa sea asumida por las plataformas, no por los consumidores finales; aunque la realidad podría resultar más complicada.
Asimismo, esta reforma introduce un nuevo concepto legal: el «importador considerado».
De esta forma, Shein, Temu y AliExpress dejarán de ser simples intermediarios para convertirse en importadores oficiales con todas las responsabilidades legales que ello implica. Tendrán que recaudar y abonar aranceles e IVA, cumplir con normativas sobre seguridad y calidad y asumir responsabilidad legal por los productos que comercializan. En otras palabras: se les exige jugar bajo las mismas reglas que el comercio europeo.
La implementación práctica supone un reto colosal. Bruselas planea establecer un centro aduanero centralizado que gestione automáticamente toda la información sobre envíos y calcule las obligaciones fiscales correspondientes. El problema radica en que esta infraestructura no estará lista hasta 2028. Mientras tanto, los Estados miembros tendrán que buscar soluciones provisionales: procesos simplificados, tasas fijas y sistemas donde las plataformas puedan hacer predeclaraciones directas. Sin contar con capacidad tecnológica ni recursos humanos suficientes para procesar millones de microimportaciones diarias, el fin de la exención podría convertirse en letra muerta o generar retrasos significativos en los centros postales clasificados. Es precisamente ahí donde se jugará gran parte del éxito o fracaso de esta medida. Gobiernos como el danés han presionado para adelantar estos plazos; su ministra Stephanie Lose ha sido tajante: «Los derechos aduaneros deben pagarse desde el primer euro por todos los bienes que ingresen a la UE».
Qué significa para el consumidor español
Un español que hoy adquiere un lote de ropa por 30 euros en Shein notará un cambio drástico a partir del 1 de enero. Además del IVA ya aplicado desde 2021, tendrá que sumar aranceles (que varían según el producto pero pueden oscilar entre un 10-15 por ciento) junto con la tasa administrativa mencionada anteriormente. Un paquete cuyo costo era inicialmente 30 euros podría llegar a costar entre 40 y 45 euros fácilmente.
Para Temu, conocido por su modelo basado en «comprar por diversión», las consecuencias serán similares; esa ilusión de adquirir cosas baratas que cruzan medio mundo perderá su encanto rápidamente. Las plataformas enfrentan varias alternativas: asumir esos costos (lo cual reduciría drásticamente sus márgenes), trasladarlos al cliente (lo cual incrementaría sus precios), o reorganizar su logística estableciendo más almacenes dentro de la Unión Europea para agrupar envíos y evitar inundar las aduanas con paquetes individuales.
Shein ya ha respondido públicamente ante las críticas provenientes de Bruselas. La plataforma defiende su modelo «bajo demanda» como un esfuerzo por reducir ineficiencias y minimizar desperdicios materiales; sostiene que esto le permite «ofrecer estilo y calidad a precios accesibles». Sin embargo, también se muestra dispuesta al diálogo; sus equipos regulatorios trabajan para evaluar cómo pueden adaptarse a las recomendaciones europeas y contribuir al fortalecimiento del sector industrial local. Aunque su tono es conciliador, lo cierto es que la empresa china tiene poco margen para maniobrar; Bruselas no está negociando sobre la exención: está implementando su eliminación.
El contexto más amplio: seguridad, medio ambiente y prácticas desleales
La reforma aduanera no surge aisladamente; está ligada a cuestiones más amplias dentro del marco regulatorio europeo hacia plataformas como Temu, actualmente bajo investigación formal conforme a la Ley de Servicios Digitales (DSA) debido a fallos en evaluar adecuadamente los riesgos relacionados con productos ilegales o peligrosos vendidos online. Una investigación llevada a cabo mediante «compras encubiertas» reveló que los usuarios dentro de la Unión están expuestos a un «alto riesgo» al adquirir artículos no conformes; desde juguetes infantiles inseguros hasta pequeños dispositivos electrónicos defectuosos, son solo algunos ejemplos preocupantes.
Por otro lado, Shein enfrenta sus propios problemas regulatorios; Francia ha amenazado con suspender sus operaciones tras descubrir ventas ilegales relacionadas con armas prohibidas y muñecas inquietantes con apariencia infantil. Aunque estos productos fueron retirados posteriormente por la plataforma china, sigue bajo vigilancia estricta mientras se preparan nuevas medidas.
El Parlamento Europeo ha instado a la Comisión a garantizar que estas plataformas sean responsables cuando ofrezcan productos ilegales contrarios a las normativas europeas.
Más allá del ámbito de la seguridad, hay también serias preocupaciones medioambientales relacionadas con este volumen masivo e incontrolado de paquetes pequeños, que generan una huella ecológica considerable; cada envío individual tiene su coste ambiental asociado.
Además, cabe destacar que un alarmante porcentaje —el 65 %— de estos envíos llega subvaluado intencionadamente para evadir aranceles, lo cual fomenta prácticas desleales entre empresas no comunitarias, que dividen mercancías en múltiples paquetes individuales al enviarlas hacia Europa.
Con esta nueva normativa se busca reducir dicha fragmentación e imponer estándares más rigurosos tanto medioambientales como laborales.
Así pues, Bruselas trabaja arduamente en regulaciones orientadas hacia una mayor transparencia respecto al origen y al impacto ambiental de los productos comercializados; todo esto impactará no solo sobre Shein, sino también sobre otras plataformas internacionales como Temu o AliExpress.
Inteligencia artificial y nuevos controles
Un aspecto menos visible pero crucial dentro del marco reformista consiste en cómo se planea utilizar tecnología avanzada para implementar cambios significativos.
La Comisión Europea está desarrollando sistemas basados en inteligencia artificial destinados al análisis exhaustivo de datos derivados del tráfico comercial internacional, así como a la identificación rápida de infravaloraciones intencionadas y a la evaluación eficiente de los riesgos asociados a los productos ofrecidos.
El prometido centro aduanero centralizado entrará en operación durante el año 2028, incorporando capacidades inteligentes capaces de procesar automáticamente información proveniente de millones de paquetes, calcular obligaciones fiscales y priorizar inspecciones físicas sin necesidad de revisar manualmente cada uno.
De igual manera, se contempla requerir datos estructurados provenientes directamente de las plataformas, facilitando así el cruce informático y la detección de irregularidades existentes.
Mientras tanto, se emplearán soluciones temporales basadas en predeclaraciones simplificadas y análisis de riesgo fundamentados en patrones históricos.
El impacto en el mapa del comercio online español
Para España, esta reforma representa sin duda un punto crucial dentro de la evolución reciente del comercio electrónico local; si bien ha crecido exponencialmente, también ha tenido lugar un enfrentamiento desigual contra plataformas chinas que operan casi sin carga impositiva.
Empresas nacionales como Inditex —controladora de la marca insignia Zara— podrían beneficiarse notablemente gracias a condiciones competitivas más equilibradas.
Pequeños comerciantes online españoles, así como emprendedores que venden mediante canales europeos, recuperarían parte de la competitividad perdida durante estos años.
Sin embargo, cabe señalar que los cambios inmediatos afectarán directamente a los consumidores españoles: los catálogos disponibles en portales como Shein o Temu probablemente disminuirán considerablemente, los precios aumentarán inevitablemente y ciertos productos desaparecerán.
Las plataformas chinas posiblemente decidan establecer almacenes adicionales dentro del territorio europeo para agrupar envíos y reducir costes, aunque esto no revertirá aquellos precios imposibles vistos hace apenas un año.
Estados Unidos ya tomó medidas similares bajo la administración anterior, cuando el presidente Donald Trump emitió una orden ejecutiva eliminando la excepción conocida como “de minimis”, aplicada a paquetes de valor inferior a 800 dólares. Aunque hubo cierta flexibilización posterior, el impacto en el comercio de bajo coste fue notable.
Temu —parte del imperio chino Pinduoduo— ha priorizado el envío de productos directamente desde almacenes estadounidenses para intentar esquivar nuevas restricciones impuestas, mientras tanto Bruselas aplica una estrategia similar pero coordinada: eliminando exenciones y creando un marco regulatorio integral imposible de eludir para operar dentro del comercio europeo.
El tablero geopolítico y la guerra comercial
Esta reforma aduanera no se produce de manera aislada, sino dentro de un contexto de tensiones comerciales más amplias entre Occidente y China.
La Unión Europea ha abierto investigaciones contra Shein y Temu, acusándoles de prácticas desleales, de engañar a los consumidores ofreciendo descuentos falsos, de utilizar tácticas manipulativas y de aumentar ventas rápidamente mediante falsas advertencias sobre productos a punto de agotarse.
Estas investigaciones forman parte del creciente escrutinio regulatorio hacia las grandes plataformas tecnológicas chinas, donde la Ley de Servicios Digitales proporciona herramientas para investigar y sancionar a quienes violan las normas establecidas.
Temu y Shein son solo los primeros objetivos visibles dentro de una estrategia global dirigida a recuperar el control del mercado digital europeo.
La reforma responde también a presiones políticas internas: Francia lidera la ofensiva contra Shein, amenazando incluso con suspender sus actividades; otros gobiernos europeos piden acelerar plazos, mientras sindicatos y asociaciones de pequeños comerciantes reclaman acción contundente.
La Comisión Europea responde con una propuesta ambiciosa, buscando satisfacer a todas las partes implicadas: proteger el comercio europeo, garantizar la seguridad de los consumidores, reducir el impacto ambiental y establecer reglas de juego equitativas.
Qué pasará después del 1 de enero
A partir del próximo año, la experiencia de compra mediante portales como Shein, Temu o AliExpress cambiará radicalmente.
Los precios aumentarán de forma considerable, los tiempos de entrega podrían alargarse y algunos artículos desaparecerán. Es muy probable que las plataformas intenten trasladar los costes adicionales a los consumidores, aunque también existe la posibilidad de que absorban parte de ellos para mantener su competitividad.
Lo cierto es que la magia de comprar un vestido por cinco euros cruzando medio mundo sin pagar aranceles tiene los días contados.
Bruselas ha tomado una decisión consciente: prefiere un comercio electrónico más caro pero regulado, seguro y equitativo, frente al «salvaje oeste arancelario» vivido en los últimos años.
Los cambios serán complejos, pero definitivamente irreversibles.
