No cabe duda que ‘Supervivientes’ es un gran espectáculo en el que se conjuga la aventura, convivencia y esfuerzo. Un formato televisivo donde los concursantes suelen sacar lo peor y lo mejor de si mismos y que Telecinco sabe explotar como nadie, según recoge mi buen amigo José Luis Márquez en un artículo de opinión que publica en Exclusiva Digital.
Márquez cuenta que en el fondo el programa no deja de ser, como se suele decir, “Teatro, puro teatro”, que de una u otra forma lleva un guión o escaleta que los supervivientes a veces siguen y otras se saltan a la torera.
Y por qué digo que es “teatro, puro teatro”, pues muy sencillo. La semana pasada Colate se fracturaba la clavícula derecha realizando una dura prueba de recompensa al caerle encima una pesada rueda. Un diagnostico que ya desde el programa ‘Socialite’ que presenta María Patiño los fines de semana en Telecinco, tras hablar con un traumatólogo les confirmaba que la lesión era para guardar reposo y tras volverse a soldar el hueso tendría que hacer rehabilitación.
Así las cosas era más que evidente que Colate, por muchas ganas que tuviera de reincorporarse al concurso, físicamente no era ni bueno ni aconsejable para su salud.
?️ Fabio logra el apoyo del público y se salva de la expulsión frente a Colate #SVGala10 https://t.co/5Z56zj3Mms
— Supervivientes (@Supervivientes) 27 de junio de 2019
Pero hay que hacer espectáculo de lo bueno y de lo malo, y la lesión del ex marido de Paulina Rubio servía a la organización del reality para mantener durante una semana la expectativa del grado de lesión que tenía y si iba a volver al islote para continuar el juego (todo esto sabiendo que estaba nominado)
No es por pensar mal, pero cuando este jueves aparecía Colate con un aparatoso cabestrillo negro protegiendo su hombro y brazo derecho (tan aparatoso que Jorge Javier Vázquez dijo que parecía ‘Robocop’), y le preguntaban si quería incorporarse junto a sus compañero, respondiendo el empresario afirmativamente, ya parecía estar claro que era el superviviente que sería expulsado, primero en la Palapa y después en el Barco Varado donde se encuentran Chelo y Mahi.
Y efectivamente, así fue. No es que yo sea adivino, es que a veces las cosas son blancas y en botella. ¿Qué está amañado el concurso? Yo nunca afirmaré tal cosa, pero lo que es evidente es que a la altura que estamos del reality, no podían permitirse el lujo de perder dos concursante en una semana, y cada cual que saque sus conclusiones, pero para mí es “Teatro, puro teatro”
