Experimento fallido

‘Sálvame Sandía’ es lo peor que le ha pasado a Telecinco en mucho tiempo: así está hundiendo las audiencias

Una sección caótica que causa el rechazo del público

Terelu Campos y Carlos Lozano en 'Sálvame Sandía'.

Telecinco no levanta cabeza. Cada paso que se da se hunde más. Su último experimento, quitar ‘Ya son las ocho’ para poner ‘Sálvame Sandía’ ya se puede confirmar como fracaso absoluto.

Después de anunciar que ‘Viva la vida’ iba a desaparecer de la parrilla del fin de semana de Telecinco, el 23 de junio de 2022, se supo que no volvería  ‘Ya son las ocho’. Un golpe más en la parrilla de Telecinco que no se entiende.

El programa presentado por Sonsoles Ónega dejó de emitirse el viernes 1 de julio de 2022.

‘Ya son las ocho’, sin embargo, aunque no pudo con ‘Pasapalabra’ en Antena3, consiguió posicionarse como segunda opción apuntándose una correcta media del 11,5% de share y 1,3 millones de seguidores desde que comenzase la temporada alta televisiva.

En su franja, de 20:00 a 21:00 horas, Telecinco empezó a emitir ‘Sálvame sandía’. El lunes 4 de julio, el espacio de La Fábrica de la Tele volvió a convertirse en telonero de ‘Informativos Telecinco 21:00’ con una versión renovada que aprovechaba el comienzo del verano y todo lo que ocurre en esta esperada estación para llevar sus contenidos al ‘Universo ‘Sálvame’’. El resultado, aterrador.

Peores audiencias por culpa de un espectáculo bochornoso

En dos días de emisión, ‘Sálvame Sandía’ ha conseguido un 10.5% de cuota de pantalla. ‘Pasapalabra’, en Antena3. Peor que lo que anotaba ‘Ya son las ocho’. Y va a ir a peor.

Y es que el formato en sí es cutre e incómodo de ver. Primero, poner al frente de la sección a Carlos Lozano es un error incomprensible que, tal vez, tenga su explicación en que la productora La fábrica de la tele le ‘deba’ algo al presentador (¿Puede que tenga algo que ver con ‘La operación Deluxe’, la trama de espionaje ilegal a más de 40 famosos que ha salpicado a la empresa?).

Lozano, además de un ser que ha demostrado su agresividad y misoginia en multitud de ocasiones, está, en ‘Sálvame Sandía’, exagerado hasta el ridículo.

Además, los problemas técnicos convierte la sección, en la que los espectadores se acercan al plató móvil para dar su opinión sobre ‘Sálvame’, en un caos. Todos gritan, se pelean y Lozano no sabe qué hacer.

Es algo raro que esto suceda bajo la dirección de una productora que suele hacer oro con los problemas del directo, que sabe sacarle partido a cualquier contratiempo que surja.

El problema es que la sección es tan poco interesante, la interactuación con el plató y con los colaboradores (los auténticos protagonistas) es tan torpe que aburre y confunde.

Mucho nos tememos que a ‘Sálvame Sandía’ tal y como ha nacido le queda poco tiempo. Es como el experimento ese que intentaron hacer con ‘Lo de Belén’, que aguantó dos semanas y adiós.

Pero el problema va más allá. Cierto es que ‘Sálvame’ ha ido recuperándose (sobre todo en su franja ‘Naranja’) en audiencia después de meses en los que se preveía su final.

Pero la cadena va mal y ‘Sálvame’, como pilar de su parrilla, sigue estando en peligro. Tienen que hacer algo mejor que poner a Carlos Lozano en una furgoneta para remontarse.

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Autor

Sergio Espí

Sergio Espí, guionista y crítico de televisión de Periodista Digital, responsable de la sección 3segundos.

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