Los lunes, revista de prensa y red

“El PP convoca un acto en Madrid el fin de semana del 23 y 24 de septiembre contra la amnistía con la que Sánchez quiere «perpetuarse en el poder»”, de Marta Belver; “Sánchez inicia la pedagogía para digerir la amnistía”, de Ainhoa Martínez; “El independentismo sale a la calle para condicionar la negociación con el PSOE”, de  Àlex Tort ;“Repugnante”, de Enrique de Santiago; y “Con la amnistía a los golpistas de 2017, nace, inevitablemente, la dictadura de Sánchez”, de Federico Jiménez Losantos 

(“Portavoz del Ministerio de la Verdad”, Viñeta de Puebla en ABC el pasado día 13 )

EL PP CONVOCA UN ACTO EN MADRID EL FIN DE SEMANA DEL 23 Y 24 DE SEPTIEMBRE CONTRA LA AMNISTÍA CON LA QUE SÁNCHEZ QUIERE «PERPETUARSE EN EL PODER»

Artículo de Marta Belver publicado en El Mundo el pasado día 13

Se celebrará en un lugar abierto «si el tiempo lo permite» para facilitar que la sociedad pueda mostrar su «rechazo». El PP está preparando un «gran acto» en Madrid el el fin de semana del 23 y 24 de septiembre para que la sociedad pueda mostrar su «rechazo» a «cualquier instrumento que al margen de la ley se quiera plantear» con el «único objetivo» de que el presidente del Gobierno en funciones pueda «conseguir una serie de votos que se necesita para perpetuarse en el poder». De esta manera Génova quiere visibilizar la posibilidad de que el PSOE esté dispuesto a conceder beneficios judiciales a los condenados por la consulta ilegal del 1-O en Cataluña para reeditar la coalición al frente de La Moncloa, tal y como le reclaman los partidos independentistas.

El anuncio lo ha hecho este miércoles la secretaria general del partido, Cuca Gamarra, que ha apuntado a que se celebrará en un lugar abierto «si el tiempo lo permite» para facilitar la participación. «Que se está hablando sobre una amnistía no lo hemos soñado los españoles, tenemos datos, hechos y afirmaciones y silencios que lo confirman, silencios por parte del propio Pedro Sánchez que no ha dicho absolutamente nada de todo esto y de los miembros del Gobierno que no se pronuncian sobre esto pero que cuestionan y atacan a cualquier demócrata que se posiciona en contra (…) de dar la razón a aquellos que promovieron un ataque al orden constitucional», ha señalado en una entrevista en Antena 3.

Los populares han hecho el anuncio de la convocatoria de su acto un día después de que el ex presidente José María Aznar llamara a la movilización de la sociedad civil contra la amnistía: «Hay que decir de nuevo ¡basta ya! España no puede volver y no va a volver a un sistema basado en la exclusión, en el sectarismo, ni en la destrucción programada de la nación»

«Frente a la amnistía vamos a responder desde el ámbito político, pero también desde el ámbito social», ha advertido Gamarra, que también ha insistido en el mensaje de que «sólo hay una alternativa»: «Un Gobierno en en minoría teniendo al frente del mismo a quien ganó las elecciones, que es Alberto Núñez Feijóo, y con un planteamiento de pactos de Estado para avanzar y que esté país no esté en manos de políticos que condicionan la gobernabilidad a acuerdos que están al margen de la ley».

Además, el PP también «apoyará» otras iniciativas como la de Sociedad Civil Catalana, que ha convocado una manifestación para el 8 de octubre en Barcelona -a la que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ya ha confirmado que asistirá- para estar «al lado de todos aquellos ciudadanos que libremente y democráticamente quieran decir que en su nombre no haya ni una amnistía ni un referéndum de autodeterminación». «Y todavía menos que lo haya para, políticamente, comprar votos y con eso mantenerse en el poder», ha apostillado su secretaria general.

Artículo en: https://www.elmundo.es/espana/2023/09/13/65016a1fe85ece50748b459a.html

SÁNCHEZ INICIA LA PEDAGOGÍA PARA DIGERIR LA AMNISTÍA

Artículo de Ainhoa Martínez publicado en La Razón el pasado día 12

Defenderá la idoneidad política de la medida de olvido, reivindicándose como el partido que apoyó el 155 en la oposición. Optimismo contenido. Los interlocutores socialistas rebajan su euforia en público y en privado sobre la certeza de conseguir la investidura de Pedro Sánchez. Este optimismo, que exhibían hasta el momento, no se compadecería ahora con los ecos que llegan desde Cataluña, en plena retórica encendida por la celebración de la Diada, con pretensiones soberanistas de máximos –como el referéndum– que el Gobierno no puede satisfacer. En el Ejecutivo, tal como publicó este diario, esperaban este discurso hiperventilado –que tendrá dos hitos destacados: la Diada que se celebró ayer y el próximo aniversario del 1-O–, por lo que han optado por replegarse hasta que amaine el temporal. Lo hacen despejando balones hacia el tejado de Génova y recordando que es Alberto Núñez Feijóo quien tiene el encargo del Rey y la presión para someterse a una investidura.

Sin embargo, el Gobierno no se va a quedar de brazos cruzados mientras se agota «el tiempo de Feijóo». «Lo suyo es que Pedro Sánchez tenga andado el camino», señalan fuentes socialistas, que encuadran los contactos informales que están manteniendo con distintos partidos en esta tarea de allanar el terreno que tendrá que pisar el candidato socialista una vez que fracase el líder del PP y él asuma la tarea de someterse a su propio proceso de pedir la confianza de la Cámara. Esta labor de desbrozado tiene una vía privada –la de las negociaciones discretas– y una proyección pública, la de la necesaria pedagogía, para lograr que la opinión pública perciba que el alivio penal a los encausados del «procés» tiene un interés público y no uno particular, limitado a la necesidad de Sánchez de conseguir el voto de Junts para mantenerse en el poder. Por ello, desde el PSOE ya se advierte de que la aprobación de cualquier iniciativa en este sentido no se adoptará con carácter previo a la investidura. Esto requeriría un proceso de urgencia que los socialistas no quieren impulsar, porque consideran que tiene una trascendencia y una complejidad técnica y jurídica suficiente que anima a huir de las prisas en su tramitación.

En Moncloa son conscientes de que hay que avanzar en esta vía pedagógica y hacerlo de manera más intensa de lo que se hizo en su día con los indultos. El presidente del Gobierno en funciones tiene previsto encabezar esta tarea, que se hará extensible al resto del partido. Si hace una semana animaba a «pasar página» de la ruptura que se produjo en 2017 en futuras apariciones incidirá en la idoneidad política de la medida de olvido, aunque sin referencias explícitas a la amnistía. Se quiere ir así generando un marco sobre el que avanzar después legislativamente. El próximo discurso en el que se lanzarán gestos se prevé mañana en su intervención ante los empresarios en la CEOE.

Los socialistas quieren reivindicar la legitimidad que poseen para llevar a cabo este tipo de iniciativas para la distensión, con su hoja de servicios en el Gobierno –en la que en cinco años no se ha incumplido la Constitución y se ha mejorado la convivencia en Cataluña–, pero también en la oposición, donde –recuerdan– el PSOE apoyó la aplicación del artículo 155 en Cataluña que impulsó Mariano Rajoy ante la ofensiva ilegal y unilateral del independentismo en 2017. Este despliegue también se hará a través de actos de partido con los que Sánchez quiere activar al PSOE y explicar internamente sus próximos pasos. El domingo estará en Santiago de Compostela, el fin de semana siguiente en la Fiesta de la Rosa del PSC en Gavá y el 1 de octubre en un acto en Sevilla.

También para evitar tropiezos, pero esta vez en el ámbito de la negociación, se está cimentando la senda a transitar y tendiendo puentes. Sobre todo con Junts, una fuerza política con la que no existía hasta ahora interlocución ni una relación de confianza entre las partes. «Lo más importante es constatar si quieren llegar a acuerdos», aseguran las citadas fuentes, sobre la intención real de avanzar en un diálogo constructivo que ya se ha iniciado y, si este resultase exitoso, «ya se contará el contenido de las reuniones y de los acuerdos cuando lleguen». «Si llegan», puntualizan inmediatamente desde el entorno de Sánchez, donde dejan claro que en su debido momento –esto es, una vez superada la investidura de Feijóo– se hará un ejercicio de transparencia tanto de los acuerdos como de los desacuerdos. Hasta entonces –y «por higiene democrática», dicen– no se va a publicitar ningún detalle que pueda dar al traste con la negociación. «Yo quiero que haya investidura», asegura uno de los negociadores socialistas abonado a la «absoluta discreción y prudencia» para que las conversaciones den sus frutos.

En todo caso, en Moncloa apuntan que es necesario un «cambio de actitud» del independentismo, que va en la línea de lo que ya publicó este diario: la exigencia de que den un paso en la dirección de un «reconocimiento expreso» de que «no lo volverán a hacer». De este modo, entre los negociadores socialistas no se quieren publicitar sus demandas porque no se desenvuelven en posiciones de máximos que puedan después rebajar. Fuentes socialistas reconocen que para ellos el punto de partida y el de llegada es prácticamente el mismo: lo que quepa en la Constitución y que esto ofrece un margen muy limitado para negociar. «Los límites del PSOE los conocen –por los independentistas– y siguen siendo los mismos. Cualquier encaje pasa por un encaje constitucional», aseguran, al tiempo que apuntan: «Hay margen para el diálogo y el acuerdo en el marco de la Constitución».

Artículo en: https://www.larazon.es/espana/sanchez-inicia-pedagogia-digerir-amnistia_2023091264ff9da97caa7b0001bcb822.html

EL INDEPENDENTISMO SALE A LA CALLE PARA CONDICIONAR LA NEGOCIACIÓN CON EL PSOE

Artículo de Àlex Tort publicado en La Vanguardia el pasado día 12

Las manifestaciones se miden por el número de asistentes, pero también por el tono. En la que este lunes convocó la Assemblea Nacional Catalana (ANC) con motivo de la Diada disminuyó muchísimo la amargura entre independentistas que caracterizó la movilización del año pasado. Aquella fue una protesta enfadada, donde contra los innumerables gritos de “botiflers” solo pudieron rivalizar –y de aquella manera– los de “Puigdemont, nuestro presidente.” Pero la de este lunes fue de cariz más festivo. Por sorpresa si se tiene en cuenta que se convocó para intentar condicionar el diálogo con el PSOE. Como prueba, las palabras de la presidenta de la ANC, Dolors Feliu, encima del escenario: “Salimos a la calle para cambiar el curso de los acontecimientos”. En todo caso, el grito de “independencia” fue, esta vez sí, el más aireado.

A que fuera una manifestación menos crispada quizá ha contribuido la irrupción de Junts por Catalunya y Carles Puigdemont en la negociación que está dispuesto a mantener para la investidura de presidente del Gobierno. No les ha pasado factura, como sí le sucedió a ERC. Parte del independentismo da margen y está al quite de lo que puedan llegar a acordar los posconvergentes con Pedro Sánchez. No obstante, la amnistía a cambio de la investidura, aunque sea solo como punto de partida, según los republicanos y los postconvergentes, no convence a parte del independentismo.

Por lo menos en la ANC, que lo tiene bien claro. Feliu, su presidenta, no confía en que las negociaciones sirvan para alcanzar la independencia. Su discurso sonó irónico cuando preguntó a los presentes si se imaginaban que “finalmente, contra todo pronóstico” ante un momento de “flaqueza, el Estado reconoce el 1-O”. “¿No os lo imagináis, verdad?”, respondió ella misma para acabar concluyendo que tanto ERC como Junts solo hacen que “blanquear al Estado español” con las negociaciones por la investidura.

Fue entonces cuando apareció la misma idea que en la protesta del 2022 ya había lanzado al aire: una lista cívica si los partidos independentistas no están dispuestos a proclamar la república catalana. Es una opción que la asociación, o como mínimo su dirección, da prácticamente por hecha. Y también salió a relucir el mismo lema que el año pasado: “O independencia o elecciones”. “Gobierno dimisión”, añadieron algunos de los asistentes.

La manifestación más multitudinaria de este lunes, la de la ANC, tuvo su final en la plaza España –la entidad la renombró como Primer d’Octubre. La gente que se acumuló fue el resultado de cuatro marchas, que bajo los epígrafes de libertad, lengua, país y soberanía, recorrieron diferentes puntos de Barcelona.

En total, participaron unas 115.000 personas, según la Guardia Urbana. La organización replicó acto seguido: a su parecer, hubo 800.000. Una disensión que no hace otra cosa que confirmar el baile de cifras. El cuento de nunca acabar de cada Onze de Setembre, que cada año que pasa, sin embargo, es más acentuado: en el 2022, la policía aseguró que se habían presentado 150.000 personas; la ANC, 700.000.

Hay otro baremo para medir el número de asistentes. Es invención de la propia Assemblea: los autocares que se contratan. El 2017 fueron 1.800; en el 2018, 1.500; en el 2019, 1.200; en el 2021, 215; en el 2022, 240. Para este lunes, la ANC solo envió una nota en que preveía “más de 200” autocares.

También el Govern y el president Pere Aragonès estuvieron en la columna que marchaba en favor de la defensa de la lengua y la cultura catalanas. Fue increpado en momentos puntuales, pero sin incidentes destacables. Transcurrida poco más de una hora, el jefe de Gobierno y buena parte de los integrantes de Esquerra dejaron la manifestación, según dicen, como tenían previsto.

En cambio, los miembros de Junts, que tomaron parte de la columna soberanía que salía desde la sede de Hacienda en Catalunya, en la plaza Letamendi, fueron recibidos sin ningún tipo de problema. La negociación no les pesa.

Que el tono de la manifestación de la ANC sería más suave que el del año pasado lo hacía presagiar la ofrenda floral en el monumento a Rafael Casanova, en Barcelona. Muy pocos fueron silbados, fuera quien fuera el partido o entidad que se acercara. De las ofrendas más tranquilas que se acuerdan de los últimos años.

Tampoco en el acto de ERC hubo incidentes. Allí Aragonès apostó porque su partido y Junts cierren filas para negociar. Xavier Antich, presidente de Òmnium Cultural, también había subrayado unas horas antes desde el Arc de Triomf, la necesidad de que los partidos independentistas se coordinaran.

El president lanzó un aviso a Pedro Sánchez: la amnistía “no es suficiente”. El objetivo, según dijo, es la independencia. “Hay que avanzar hacia el referéndum definitivo”, expresó mientras presumía de los cuatro años anteriores de diálogo con el Gobierno del PSOE y Unidas Podemos. “Quien va delante y abre camino, aparta los matorrales y quien marca el paso es quien más se araña (…). Es una excelente noticia que haya más gente que coincida en este camino”, dijo en clara alusión a Junts.

Jordi Turull, secretario general de los posconvergentes, había puesto antes el dedo en la llaga. Celebró el “cambio de posición” de ERC y del presidente de la Generalitat, que durante el discurso del domingo para la Diada reclamó unidad para negociar. “Bienvenido el cambio de posición de ERC, hace seis años que se nos ha vetado de formar parte de cualquier negociación política”, soltó.

En paralelo la manifestación de la ANC, se dio la que organiza tradicionalmente la izquierda independentista y anticapitalista en Barcelona. Con los miembros de la CUP como caras más visibles, su diputado Xavier Pellicer denunció la política “de peix al cove” a la que, a su parecer, están dispuestos ERC y Junts para investir a Sánchez.

Las celebraciones del Onze de Setembre culminaron con el acto institucional en las Fonts de Montjuïc, con la presencia del Govern de la Generalitat.

Artículo en: https://www.lavanguardia.com/politica/20230911/9218903/empieza-manifestacion-diada-marcada-amnistia-presencia-govern.html

REPUGNANTE

Artículo de Enrique de Santiago publicado en El Español el pasado día 11

No creo que, aún cuando tenemos una izquierda esquizofrénica, nadie, ni de diestra ni de siniestra, dudará que la transición, la conformación de un régimen democrático, fue fruto de que unos y otros se sentaron en una mesa, dejaron al margen sus diferencias, olvidaron el daño sufrido y, juntos, construyeron un entramado que llamamos Constitución y que nos permitió superar el pasado y afrontar una democracia seria, solvente y sólida.

Igual que, en aquel momento, la izquierda demostró una voluntad robusta de superar el pasado y, con su perdón, construir un futuro común, pronto comenzó a demostrar que no tenía claro eso de la democracia, pues desear la democracia, apostar por la democracia y renunciar al pasado para conseguirla no es lo mismo que saber vivir en ella y desarrollarla.

La democracia es el modelo político por medio del cual el pueblo es soberano y controla la labor del político construyendo modelos formales e informales que le permiten someter al político, resultando que el demócrata es aquel que respeta la decisión del soberano, desarrolla guías de control del poder, fortalece los sistemas de reducción de la voluntad de la mayoría y domina al político, formando de esta manera una democracia de alta calidad, en la que la votación es importante, pero lo realmente relevante es el control del poder por el ciudadano.

Pues bien, esa izquierda generosa, desde el principio no supo, no pudo o no quiso saber vivir en democracia y comenzó a desmontar los controles que la propia Constitución había construido, acabando con el recurso previo de insconstitucionalidad de las leyes que retrasaba la aplicación de las mismas, pero garantizaba su constitucionalidad, destruyendo el modelo de separación de poderes introduciendo la mano política en la forma de coptación de los magistrados del Consejo General del Poder Judicial, permitiendo un uso inaceptable de la fórmula legislativa del Decreto e incluso el desarrollo de fórmulas legislativas que permiten evitar los informes del CGPJ, del Consejo de Estado, etc. y pese a que no sabía vivir en democracia, se permitía otorgar los canets de demócrata al resto, despreciando al que no piensa u opina como ella, como muestra de su ser profundo.

En un momento concreto, no sólo pretende someter a su criterio a los demás, sino que pretende revisar los pactos que en su día permitieron traer la democracia, olvidar sus grandezas para, de forma unilateral, no sólo cambiar lo que hizo, sino revisar y trasformar la historia, de forma que se pretende revisar la Constitución, su construcción, su desarrollo y todo aquello que se había obtenido con la grandeza de unos y otros.

No se puede olvidar que fue la derecha la que promovió, facilitó y, también olvidó agravios, la que puso en marcha los mecanismos que, con el olvido, el esfuerzo y el trabajo, nos permitió alcanzar la democracia y que romper ese equilibrio de forma unilateral, revisar el pasado, reconstruirlo desde una sola óptica y resucitar las dos Españas no sólo es una barbaridad, sino una injusticia y vejación a todos aquellos que dejaron sus vidas para conseguir la superación de ese modelo dual y permitirnos vivir en un modelo de confrontación política, pero de unidad nacional.

Por eso, cuando un dirigente político no está dispuesto a reconocer el resultado electoral que concede la victoria al adverso, desprecia las urnas, desarrolla criterios de «no es no» a ofertas de fortalecimiento del modelo constitucional, repudia la democracia, está dispuesto a romper la unidad nacional por el solo hecho de permitirse seguir en el poder, demuestra su yo profundo, y pretende desmontar el modelo constitucional permitiendo consultas separatistas y/o conceder amnistías que blanquean al delincuente y destrozan el modelo legal y es capaz de pactar con quienes tienen las manos manchadas con la sangre de demócratas y buscan destruir no sólo España, sino la democracia, sólo puede ser calificado de totalitario, antidemócrata y traidor.

Es el momento de superar el «no es no», los egos personales y demostrar el verdadero sentir democrático, para volver a sentarse en una mesa para, juntos, evitar la ruptura de España, la destrucción de la democracia y la victoria de los delincuentes, pues del mismo modo que nos repugnaría que alguien se sentase a negociar con el violador y estuviese dispuesto a obligar a la víctima a pedir perdón, sentarse con Carlos Puigdemont es exactamente eso, y Pedro y «Dña. Rogelia» lo están haciendo. Repugnante.

Artículo en: https://www.msn.com/es-es/noticias/internacional/repugnante/ar-AA1gwdYn?ocid=msedgntp&cvid=cf87ca8871a643e18cbd86878aa613ac&ei=34

CON LA AMNISTÍA A LOS GOLPISTAS DE 2017, NACE, INEVITABLEMENTE, LA DICTADURA DE SÁNCHEZ

Artículo de Federico Jiménez Losantos  publicado en Libertad Digital el pasado día 10

Hace mucho tiempo, los cubanos exiliados decían «vengo del futuro». Y nos reíamos. Hace algunos años, los exiliados venezolanos, insistían: «venimos del futuro». Y nos reíamos, pero menos. Pues bien, Santiago Auserón, «el futuro ya está aquí». Esta semana, en la apertura del Año Judicial, no había duda entre los allí presentes -en público silentes- de que estamos a las puertas de la destrucción del régimen constitucional.

El mecanismo de demolición del régimen del 78

Libertad Digital explicaba ayer el mecanismo de demolición de la democracia en España según los juristas dignos de ese nombre, no las togas corruptas cuya opinión depende de Sánchez. Para empezar, y de inmediato, «el Gobierno va a elaborar la Ley de amnistía. Es algo que se da por hecho y se espera conociendo a Pedro Sánchez. Es un proceso constituyente de facto, un cambio de régimen. Tendría que ser una proposición de Ley y no proyecto de Ley, al estar el Ejecutivo en funciones. Por tanto, no se pedirían informes a los órganos consultivos como el CGPJ o la Fiscalía«.

Todos saben que la amnistía compra los votos de Puigdemont, y que de hecho deroga la administración de Justicia y todas las leyes que llevaron a la condena de los culpables del golpe de Estado de 2017. En la práctica, vemos que, para juntar los votos necesarios para la investidura, Sánchez se proclama Juez Supremo, por encima de la ley, la Justicia y del Estado:

«Se pretende expropiar a los jueces la capacidad de juzgar. El objetivo es hacer desaparecer la inhabilitación a los golpistas para que puedan volver a presentarse a las elecciones y que Puigdemont regrese a Cataluña».

La amnistía, impuesta por Puigdemont como condición para que sus diputados voten a Sánchez, y cuyo primer beneficiario es él, es técnicamente ilegal, porque un Gobierno en funciones no puede gobernar por decreto-ley, y está prohibida por la Constitución:

«La amnistía no cabe en la Constitución, sería necesaria una reforma. Es absurdo el argumento según el cual lo que no está prohibido en la Carta Magna, está permitido. El Ejecutivo tiene mayoría para volver a hacer una reforma en el Código Penal como cuando eliminó el delito de sedición y rebajó el de malversación, pero no tiene mayoría para reformar la Constitución».

Si Sánchez lo hace, y sin duda lo hará, se habrá proclamado dictador.

Basta la amnistía para hundir irreversiblemente el sistema democrático

A lo largo de los cinco años de la llegada de Sánchez y sus socios al Poder, utilizando una corrupta sentencia judicial urdida por sus garzones, se han vulnerado de mil formas la Ley y la Constitución, pero no derogado. Ahora, sí. La amnistía liquida de un solo golpe la división de poderes, toda pretensión de legalidad en la acción política y cualquier protección de los ciudadanos mediante el Estado de Derecho. Aquí no habrá más derecho que el que convenga a Sánchez según el día. La Ley será él. El derecho, él. Como teorizó Carl Schmitt para justificar la dictadura de Hitler, el líder «es fuente de derecho». El camino ha sido largo, pero el hachazo es fulminante.

A la vista de los precedentes en el control de la fiscalía y los jueces, nadie dudará de que Sánchez culmina un proyecto de poder personal. Pero incluso si no fuera así, la amnistía es un punto de no retorno en ese sentido. Aunque no quisiera -que quiere o le da igual- Sánchez deberá convertirse fatalmente en dictador, destruir el régimen constitucional y con sus socios comunistas y separatistas, instaurar de hecho una república plurinacional cuya única nación prohibida será España. Ya digo que es seguramente lo que quiere, pero, aunque no quisiera, la amnistía le obligará a esa traición.

Tras la amnistía ilegal e inconstitucional para llegar a presidente del Gobierno, esa presidencia y ese gobierno son ilegítima de arriba abajo y de principio a fin. Es imposible una vida parlamentaria mínimamente normal, porque el Parlamento, el Poder Legislativo, se ha alzado contra otro Poder, el Judicial, y los jueces que deben aplicar la ley el Gobierno que debería asegurar que se cumpla, habrán perdido su razón de ser. El país vivirá una situación de hecho en la que, por culpa de Sánchez, no existirá el Derecho. Los medios de comunicación, que, en democracia, deben defender unos determinados valores, matizarlos, criticar o apoyar unas opciones políticas, se verán, nos veremos obligados a las trincheras. Ante el Golpe de Estado de Sánchez, no por no proclamado menos cierto, que reivindica el de 2017, sólo se puede estar con el Golpe, o sea, con Sánchez y su banda o contra él.

Hacia una Ley de Defensa de Sánchez

La Oposición no podrá serlo al Gobierno, aunque la tentación de una parte del PP será fingir normalidad con la excusa de «evitar el frentismo». Pero cuando tienes un bloque enfrente, o le opones otro o le das la victoria. El proceso de liquidación del régimen constitucional mediante la traición de las togas de Pumpido será sinuoso, prolijo y, como obra de traidores, abundará en ofertas de consenso para fingir normalidad en lo que ya nunca puede ser normal. Después de proclamada la amnistía, la vida democrática es, sencillamente, imposible. Nadie podrá dejar de ver en Sánchez a un impostor. Y el impostor no dejará que ese estado de opinión cuaje. Más pronto que tarde habrá una versión de la Ley de Defensa de la República perpetrada por Azaña con la excusa del Golpe de Sanjurjo, que prohibió la mayoría de periódicos de oposición, los cerró, multó o atropelló. Y aunque, tras lo de Casas Viejas, la censura no impidió la derrota electoral, había marcado, con la Constitución sectaria, la quema de iglesias y la defensa de una República «sólo para republicanos», el camino al enfrentamiento civil. Aquí, se nos viene encima, a toda PRISA, una Ley de Defensa de Sánchez.

España está rota porque la media España viva no se resigna a morir. Y el medio país al que le da lo mismo la nación, el Estado y todo lo que no siga las consignas de la izquierda, está dispuesto a atropellar al otro medio. La única defensa de un gobierno que nace infame será defender su infamia de los que lo critiquen, de palabra u obra, en la calle o en las Cortes. Habrá un Ministerio de la Verdad, al estilo de las mamachicho de Igualdad, que no dudará en sancionar, sin jueces que estorben, sólo por razones políticas. En fin, el futuro del que venían los cubanos y venezolanos, ya estará aquí.

La oposición, más perdida que Pulgarcito en el bosque

Es preciso que el Partido Popular no insista más en sus ofertas al PSOE y, menos aún, a los separatistas vascos y catalanes. No sólo porque perjudica grave e innecesariamente la posición de Feijóo en la investidura, sino porque al asumir públicamente el PSOE, pese a los mohínes de Felipe y compañía, la amnistía como pago previo a la investidura de Sánchez, es inútil insistir en evitar el «error Rivera». Feijóo ya lo ha evitado de sobra. Ahora corre el peligro de parecer un simple testigo del golpe de Sánchez.

Si la comunicación en la Derecha ha sido siempre desastrosa, lo de este PP es artístico de tan estúpido. Que González Pons sea el embajador en Waterloo es como si el general Castaños, en Bailén, hubiera propuesto una tregua al ejército de Napoleón en vez de atacarlo. Deben asumir que los trámites de la investidura de Feijóo han terminado ya. Pues no hay manera.

Vox ha entregado la defensa del bunker al Frente de Juventudes parlamentarias. Nadie con experiencia. Y Génova 13 no sale de un guion que murió el 11M de 2004. Es lógico que el Déspota crea que puede ganar. Se equivoca, pero cuanto más tarden los partidos en reconocer la gravedad de la situación y pedir el apoyo de la opinión, más dura será la batalla. Por ahora, PP y Vox están más perdidos que Pulgarcito en el bosque, y no será porque Sánchez no deje migas por el camino. De hecho, la amnistía dejará a España, literalmente, hecha migas. Pero la Oposición, ay, sigue afinando el violón.

Artículo en: https://www.libertaddigital.com/opinion/2023-09-10/federico-jimenez-losantos-con-la-amnistia-a-los-golpistas-de-2017-nace-inevitablemente-la-dictadura-de-sanchez-7047701/

 

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Tres foramontanos en Valladolid

Con el título Tres foramontanos en Valladolid, nos reunimos tres articulistas que anteriormente habíamos colaborado en prensa, y más recientemente juntos en la vallisoletana, bajo el seudónimo de “Javier Rincón”. Tras las primeras experiencias en este blog, durante más de un año quedamos dos de los tres Foramontanos, por renuncia del tercero, y a finales de 2008 hemos conseguido un sustituto de gran nivel, tanto personal como literario.

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