En 2005, Periodista Digital, a través de su director, invitaba a crear y alojar un blog personal en sus páginas, “una opción que quizá consideres conveniente”, me decía. Apenas un mes antes, en agosto, yo había subido mi primer intento, “Notas al margen”, muy voluntarioso, aunque de presentación y alcance bastante limitados, de modo que lo estimé conveniente.
Doce años después, sigo aquí, con “Voz del Sur”. La motivación inicial fue la decadencia del ejercicio del periodismo, particularmente en Chile, pero luego derivó en el problema global: el deterioro de la política, la corrupción creciente en sus cultores y la hábil coerción de éstos sobre quienes acuden a las urnas.
¿Por qué escribir, sin embargo, sobre un país considerado desde el exterior como una tranquila y monótona taza de leche comparado con las tormentosas crisis nacionales e internacionales? ¿Por qué hacerlo sobre un país ya familiarizado con los negocios transnacionales que rigen el orbe, dirigido por políticos subordinados sagazmente a ellos y poblado por una mayoría silenciosa que ha terminado eligiéndoles una y otra vez?
Porque el periodismo tampoco se conforma con apariencias de democracia y obliga a todo evento. Ante ambiciones menos deliberantes, intransigentes, idealistas, incómodas y riesgosas, esta profesión ofrece alternativas.
Julio Frank Salgado