Taeho Ryu y su equipo han diseñado ocho estrellas virtuales que bordean un agujero negro de un millón de veces la masa del Sol. Todas se van estirando y deformando como consecuencia de la gravedad del agujero negro a medida que se van acercando. Algunas de ellas se deshacen en una larga corriente de gas, se trata del llamado evento de disrupción de marea, un fenómeno cataclísmico. En cambio, otras simplemente se ven parcialmente alteradas, manteniendo una parte de su masa y recuperando sus formas normales después de los traumáticos encuentros.
Según ha informado el Centro Goddard de la NASA en un comunicado, la división entre las estrellas que se rompen por completo y las que perduran no es solo producto de la relación con la masa. La supervivencia depende más de la densidad de la estrella.
Ryu también ha investigado el efecto que tienen otras características, tales como las diferentes masas de agujeros negros o los enfoques cercanos estelares, en los eventos de disrupción de marea. El objetivo es ayudar a los astrónomos a estimar la frecuencia con la que ocurren estas disrupciones de mareas completas en el universo y ayudar a construir imágenes más precisas de estos catastróficos sucesos cósmicos.