Se calcula que 200.000 personas, ricos, pobres, sacerdotes, monjas, escritores, políticos y hasta poetas fueron ejecutadas; por ambos bandos.
Antoine de Saint-Exupéry escribió: «Aquí en España se fusila como quien tala árboles».
Otro escritor, José María Gironella, usó también la referencia numérica para trasladar a sus lectores la inmensidad del drama: Un millón de muertos, título que eligió para una novela sobre la guerra.
Los historiadores llevan décadas precisando la cifra de víctimas del conflicto.
Para eso se han valido de recuentos, muchas veces locales y dispersos, en los que se incluyen los caídos en combate y también los represaliados fuera del campo de batalla.
No hay guerras peores que las fratricidas… Entre 1936 y 1939, España asistió a uno de los conflictos bélicos más cruentos de la historia.
El hecho de que casi 500.000 españoles muriesen durante la Guerra Civil resulta aterrador.
Obviamente, resulta imposible fijar el número exacto de fallecidos a consecuencia del conflicto armado, pero todos los historiadores y expertos coinciden en fijar la cifra en un abanico cercano al medio millón.
Si tenemos en cuenta que la población de España no alcanzaba los 26 millones por aquel entonces, el número resulta escalofriante.
LA PERSECUCIÓN RELIGIOSA
El fenómeno de la persecución religiosa durante la Guerra Civil española, incluye también la destrucción de patrimonio artístico religioso y documental.
Entre las víctimas hay que incluir clero secular, órdenes, congregaciones y distintas organizaciones dependientes de la Iglesia católica española, además de miles de personas calificadas de ‘católicos’ que no aparecen en esta lista.
Citado como referencia en numerosas otras obras, un detallado estudio publicado en 1961 por Antonio Montero Moreno,3 identificó a un total de 6832 víctimas religiosas asesinadas en el territorio republicano, de las cuales 13 eran obispos, 4184 sacerdotes seculares, 2365 religiosos y 283 religiosas.
