Advierte el genetista Kári Stefánsson

Familia: “Nacer con un padre viejo es más peligroso que nacer con una madre vieja”

El 80% de las nuevas mutaciones vienen del padre

Familia: “Nacer con un padre viejo es más peligroso que nacer con una madre vieja”

La decisión de tener hijos y a qué edad hacerlo es altamente personal y depende de diversos factores individuales, familiares, culturales y socioeconómicos.

No hay una edad «correcta» universal para tener hijos, ya que lo que es adecuado para una persona puede no serlo para otra.

Sin embargo, aquí hay algunos puntos a considerar:

  1. Biología y salud: Desde una perspectiva biológica, las mujeres tienden a ser más fértiles en sus años jóvenes, generalmente hasta mediados o finales de los 30. Después de esa edad, las posibilidades de concebir de forma natural disminuyen y aumenta el riesgo de complicaciones durante el embarazo. Para los hombres, aunque no hay un «reloj biológico» tan definido, también puede haber un declive gradual en la calidad del esperma con la edad.
  2. Estabilidad emocional y financiera: Muchas personas prefieren esperar hasta sentirse emocionalmente preparadas para criar a un niño y hasta que tengan estabilidad financiera para proporcionar un hogar y recursos adecuados. Esto puede llevar más tiempo para algunas personas y parejas.
  3. Carrera y metas personales: Algunas personas optan por retrasar la paternidad o maternidad para centrarse en sus carreras, educación o metas personales. Esto puede permitirles establecerse antes de tener hijos.
  4. Cambios socioculturales: En algunas sociedades, las expectativas sobre el momento de tener hijos han cambiado. Las personas ahora pueden dedicar más tiempo a la educación y la carrera antes de formar una familia.
  5. Tecnología médica: Los avances en tecnología médica han permitido a las personas posponer la paternidad o maternidad a edades más avanzadas. La fertilización in vitro y otros tratamientos pueden aumentar las posibilidades de concebir incluso a edades mayores.

EL MENSAJE DEL ADN

Con datos del ADN de unos 150.000 islandeses se ha elaborado el mapa genético más detallado del genoma humano hasta la fecha.

Para el genetista Alberto M. Pendás este avance «es como pasar de una guía de carreteras de papel a Google Maps«.

Este llamativo titular es una de las conclusiones del trabajo realizado por Kári Stefánsson y su equipo.

Stefánsson, presidente de la empresa islandesa deCODE, embiste contra ‘la premisa clásica de que la evolución es impulsada por cambios genéticos aleatorios’. Si la recombinación es como mezclar una baraja de cartas de ADN en óvulos y espermatozoides, el nuevo mapa revela una cierta organización.

Stefánsson cuenta que:

Hemos identificado 35 variantes genéticas que influyen en las tasas de recombinación y en las localizaciones en las que se produce. Y vemos que las nuevas mutaciones son 50 veces más probables en los lugares en los que se produce la recombinación que en otras partes del genoma.

Esta diversidad genética, continúa el artículo, facilitada por el propio genoma humano, es esencial para el éxito de nuestra especie, pero tiene un precio para algunas personas: la posible aparición de mutaciones causantes de enfermedades raras.

Para el genetista islandés, es «una responsabilidad colectiva» buscar soluciones a estas patologías infrecuentes.

El 80% de las nuevas mutaciones vienen del padre. Y son la principal fuente de enfermedades raras en la infancia. El síndrome de Down suele proceder de la madre, pero las mutaciones del padre son más comunes y pueden conducir a trastornos como el autismo y la esquizofrenia.

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