No cabe duda de que España ha sido uno de los países más azotados por la mortalidad que el COVID-19 trae bajo el brazo, pero las equiparaciones de expiraciones entre países son tan desemejantes que, en ocasiones, las comparaciones son absolutamente tediosas e incoherentes. Por ello, un equipo de investigadores de la Universidad de California Los Angeles (UCLA) ha desarrollado tres métricas muy diferentes entre sí cuya meta es precisamente hacer de este cotejo algo lógico.
Tras establecerse una clasificación de los 14 países en los que se han dado el 85% de todas las muertes por la pandemia, en términos de ‘esperanza de vida’, se ha concluido que en España perderíamos casi nueve meses, pasando así de nuestros vigentes 83,6 años a 82,9; se trataría, pues, de un retroceso de casi cinco años en este aspecto en menos de 90 días, tal y como apuntan desde El Confidencial.
Por otro lado, y después de valorar las defunciones por 100.000 habitantes (‘mortalidad cruda’), se infiere que Bélgica y España también son las dos naciones con más víctimas por habitante y, finalmente, en cuanto a la ‘mortalidad comparada’ (ajusta la mortalidad a las propiedades demográficas de cada territorio), los autores explican que «tiene la ventaja adicional de controlar por la distribución de edad de cada población».
«Dado que los países europeos tienen una distribución de edad ‘mayor’, sus valores de ‘mortalidad comparada’ en relación con Estados Unidos son más bajos que la ratio de su ‘mortalidad cruda’ con la estadounidense», añaden, al tiempo que se deduce que España sigue permaneciendo en lo ‘alto’ de la pirámide de afectados.
