Los astrónomos y astrofísicos están desconcertados por el misterioso objeto encontrado en nuestra galaxia.
No son del todo estrellas ni del todo planetas, sino algo entremedio, y podría haber más de las que se pensaba en nuestra galaxia.
Así lo asegura un nuevo estudio publicado por la revista científica The Astrophysical Journal, que se enfoca en una nueva y «enigmática» enana marrón a la que han apodado «El Accidente», debido a que se descubrió por pura casualidad.
Las enanas marrones son objetos demasiado pequeños para ser estrellas y demasiado grandes para ser considerados planetas. A veces se les llama «estrellas fallidas».
«Este objeto desafió todas nuestras expectativas», asegura Davy Kirkpatrick, coautor del estudio y astrofísico del Instituto de Tecnología de California (Caltech).
El estudio señala que El Accidente podría tener entre 10.000 millones y 13.000 millones de años, lo que la convierte en al menos dos veces más antigua que otras enanas marrones que se han descubierto anteriormente.
Esto sugiere que se formó cuando nuestra galaxia era mucho más joven y tenía una composición química diferente.
«Si ese es el caso, es probable que haya muchas más de estas enanas marrones antiguas al acecho en nuestro vecindario galáctico», agrega Kirkpatrick.
Una enana marrón diferente
El Accidente, conocido formalmente como WISEA J153429.75-104303.3, fue descubierto por el científico Dan Caselden por pura suerte, pues no se parece mucho a ninguna otra enana marrón encontrada en la galaxia hasta la fecha, según un comunicado de la Nasa.
A medida que las enanas marrones envejecen, se enfrían y su brillo cambia en diferentes longitudes de onda, de manera similar a la forma en que los metales calientes cambian de color cuando se enfrían.
El objeto desconcertó a los científicos porque su brillo no es el típico que se ha observado en otras enanas marrones envejecidas.
Irradia una luz débil en algunas longitudes de onda clave, lo que sugiere que son muy frías, pero al mismo tiempo muestra más brillo en otras partes, lo que indica que esas áreas son más cálidas.
«No es una sorpresa encontrar una enana marrón tan vieja, pero es una sorpresa encontrar una en nuestro patio trasero», señala Federico Marocco, colega de Davy Kirkpatrick en el Caltech y coautor del estudio.
«Esperábamos que existieran enanas marrones de esta edad, y también esperábamos que fueran increíblemente raras», prosigue el astrofísico, quien se ha encargado de dirigir las observaciones utilizando los telescopios Keck y Hubble.