Mientras 135 cardenales se preparan para entrar en cónclave este miércoles 7 de mayo de 2025, un aspecto poco conocido pero fundamental de esta histórica reunión es la alimentación que mantendrán durante los días de deliberación. Lejos de banquetes opulentos, los purpurados seguirán un régimen alimenticio sobrio pero nutritivo, diseñado para mantener la claridad mental durante el proceso de elección del sucesor del papa Francisco.
La Casa Santa Marta, también conocida como Domus Sanctae Marthae, será el hogar temporal de los cardenales durante el cónclave.
En este edificio, situado dentro del Vaticano, un equipo de cocineros laicos y religiosas con experiencia previa en la Santa Sede se encargará de preparar las tres comidas diarias.
El desayuno de los cardenales es particularmente ligero: café, leche, pan, mermeladas, algo de queso, fruta y un poco de embutido. Esta primera comida del día, sencilla pero energética, les permite comenzar las jornadas de votación con la mente despejada.
Para el almuerzo, considerado la comida principal, los menús son más sustanciosos e incluyen:
- Una entrada o sopa
- Un plato principal (generalmente carne o pescado)
- Guarnición
- Postre o fruta fresca
La cena mantiene una estructura similar al almuerzo, aunque con porciones más ligeras para facilitar el descanso nocturno. Platos como espaguetis al pomodoro, lasaña de verduras, pollo al horno con hierbas o merluza al vapor formaron parte del menú durante el cónclave de 2013 que eligió al Papa Francisco.
El vino en el Vaticano: tradición con moderación
Un dato curioso es que el Vaticano es el país con mayor consumo de vino per cápita del mundo, pero durante el cónclave, esta bebida se sirve únicamente bajo petición y en cantidades moderadas. Los destilados están completamente prohibidos, manteniendo así un ambiente de sobriedad y concentración.
Una anécdota reveladora ocurrió durante un cónclave anterior, cuando un cardenal confundió el minibar de su habitación con un servicio gratuito e invitó a varios compañeros a disfrutar de unas copas. Su sorpresa llegó al día siguiente al recibir la factura por haber vaciado el minibar.
Nutrición planificada y adaptada
El servicio de alimentación durante el cónclave no se deja al azar. La Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano supervisa todo el proceso y cuenta con el apoyo de nutricionistas para garantizar que las comidas sean equilibradas.
Además, se tienen en cuenta las necesidades dietéticas especiales de los cardenales, adaptando los menús para quienes tienen restricciones alimentarias por motivos de salud o preferencias culturales y religiosas.
El histórico cónclave de Viterbo: cuando la comida se convirtió en arma
Uno de los episodios más fascinantes en la historia de los cónclaves ocurrió en el siglo XIII en la ciudad de Viterbo, Italia. Tras el fallecimiento del Papa Clemente IV en 1268, los cardenales se reunieron para elegir a su sucesor, pero las deliberaciones se prolongaron de manera extraordinaria, convirtiéndose en el cónclave más largo de la historia con una duración de casi tres años (1006 días).
Cansados de la indecisión de los purpurados, las autoridades locales de Viterbo tomaron medidas drásticas: decidieron encerrar a los cardenales bajo llave (origen del término «cónclave», del latín cum clave, «con llave») y, lo más sorprendente, racionaron su alimentación.
La dieta de los cardenales quedó reducida a pan y agua, una medida extrema para presionarlos a tomar una decisión. Esta estrategia resultó efectiva, pues finalmente eligieron a Gregorio X en 1271. Este episodio fue tan significativo que llevó a la institucionalización de normas más estrictas para futuros cónclaves, incluyendo el aislamiento obligatorio de los cardenales durante el proceso de elección.
Curiosidades gastronómicas del cónclave
El proceso de alimentación durante el cónclave está rodeado de protocolos estrictos y curiosidades:
- Juramento de confidencialidad: Todo el personal de cocina debe firmar un documento comprometiéndose a no revelar lo que ocurre durante el cónclave.
- Comunicación mínima: El contacto entre el personal de servicio y los cardenales se reduce al mínimo indispensable. Como dice el reglamento: «No solo se cuida la comida, se cuidan las palabras».
- Revisión de alimentos: Históricamente, los alimentos eran inspeccionados para evitar intentos de envenenamiento o comunicación secreta. Aunque hoy las medidas son menos extremas, la seguridad sigue siendo prioritaria.
- Aislamiento total: Durante las comidas, los cardenales mantienen un ambiente de recogimiento y silencio, reflejando la solemnidad del proceso.
- Sin lujos ni extravagancias: A pesar de la importancia del evento, los menús se mantienen deliberadamente sencillos, evitando platos ostentosos o excesivamente elaborados.
Un fenómeno viral sin precedentes
Por primera vez en la historia, un cónclave papal será seguido masivamente en redes sociales, convirtiéndose en un fenómeno viral. En algunas plataformas ya se fantasea con formatos de reality show, con nominaciones y salvaciones, e incluso versiones inspiradas en programas como ‘RuPaul’ adaptadas al contexto papal.
También circulan presentaciones personalizadas al estilo de la Fórmula 1, con candidatos favoritos y bandas sonoras específicas. Sin embargo, mientras el mundo digital especula y se divierte, lo que ocurre dentro del Vaticano sigue siendo un proceso solemne y secreto, donde 135 cardenales, alimentados con una dieta sobria y equilibrada, tomarán una de las decisiones más importantes para los más de 1.300 millones de católicos en el mundo.
Mientras esperamos ver el humo blanco que anunciará la elección del Papa número 267 de la historia, podemos imaginar a los cardenales compartiendo un sencillo plato de pasta, quizás con un modesto vaso de vino, deliberando sobre el futuro de la Iglesia Católica en un ambiente de austeridad y reflexión profunda.
