"En EE.UU. son maestros porque han tenido presupuestos ilimitados para sus servicios de inteligencia"
El 22 de noviembre de 2013 se cumplen cincuenta años de la muerte de John Fitzgerald Kennedy. La verdad sobre el asesinato más famoso de la historia ha sido ocultada al mundo durante medio siglo y ahora sabemos que personajes como Lee Harvey Oswald (presunto asesino de JFK), Jack Ruby (ejecutor de Oswald), J. Edgar Hoover ( director del FBI) o Lyndon B. Johnson (sucesor de Kennedy), jugaron un papel muy distinto del que se dijo en un principio.
La desclasificación de documentos top secret de la CIA y el FBI, el trabajo incansable de investigadores que nunca creyeron la verdad ofi cial y, sobre todo, las declaraciones de testigos, que con el tiempo han perdido el miedo y han confesado lo que realmente ocurrió en Dallas, han dado un giro al magnicidio.
El autor de ‘JFK, 50 años de mentiras’ (Poe Books), Ángel Montero Lama, explica a Periodista Digital las claves de esta historia.
PREGUNTA: ‘JFK, 50 años de mentiras’ es un excelente trabajo, pero ‘la madre del cordero’ está en el tema cubano, ¿por qué?
RESPUESTA: Por hacer un análisis histórico, JFK se encuentra con el proyecto de la invasión de Bahía Cochinos, un proyecto ideado y gestado en tiempos de Dwight David «Ike» Eisenhower, y parece ser que le verdadero promotor de este proyecto era Nixon, Vicepresidente de Estados Unidos. Cuando JFK llega a la presidencia, unos meses después, en abril, se produce la invasión.
A él la CIA le dice que eso es pan comido, que eso es cuestión de 24 o 48 horas y es tomar Cuba. Él dice ‘qué maravilla, llego a la presidencia y en dos meses he echado a Fidel Castro del poder’. Pero él se da cuenta después de que la CIA le ha engañado, no tiene ninguna posibilidad de victoria y renuncia a dar cobertura aérea a la invasión. Esto supone el primer enfrentamiento con la CIA y el primer golpe con los grupos anticastristas perfectamente organizados que están financiados y entrenados por la CIA.
De hecho, Kennedy vuela a la cúpula de la CIA, y a partir de este momento es la famosa frase de ‘voy a volar la CIA en mil pedazos’. A partir de ahí intenta organizar un nuevo golpe contra Castro pero con su gente y a su manera, eso es lo que se llamo la Operación Mangosta, que consistía en sabotajes continuos en puertos, instalaciones eléctricas e incluso hasta en cosechas…
Durante ese proceso según avanzaba en el tiempo hay algo históricamente muy importante, la ‘crisis de los misiles’, y eso es lo que cambia absolutamente la operación mangosta. En el momento en el que JFK se tiene que comprometer con los rusos a dar una contrapartida, públicamente no se da, pero parece ser que tácitamente eso fue una realidad. Hasta tal punto en que la estrategia de Kennedy cambia, deja de financiar los grupos anticastristas y los paraliza y prohibe su actividad. Pero ellos siguen, y empieza a haber detenciones y redadas, como la famosa redada en el lago Pontchartrain en la que hubo cientos de detenidos.
A partir de ahí, en enero del 63, la estrategia de los Kennedy es entrar en contacto con Manuel Ray, un opositor a Castro de corte socialdemócrata, e intentar envolver toda la oposición anticastrista en torno a esa figura. Eso significa que todos los grupos organizados anticastristas se sienten traicionados por segunda vez, porque tras la invasión de Bahía Cochinos, hubo un acto en Miami en el que le entregaron la bandera de la brigada 2.506 y él prometió que esa bandera ondearía en La Habana, Esa fue la primera traición.
A partir de ahí a la CIA no le queda más remedio que buscarse nuevos patrocinadores porque el flujo de dinero que entraba para la lucha anticastrista, Kennedy lo cortó. Por una parte buscan a los millonarios de Dallas que ya patrocinaban a estos grupos anteriormente y no clandestinamente. Y es en este momento cuando empiezan los contactos con la mafia, pero siempre el objetivo fue Castro, no Kennedy.
P: ¿Eso tendría lógica para que después un anticomunista declarado como Lyndon Johnson asumiese el poder con la muerte de Kennedy?
R: Hubo mucha polémica en su día sobre si realmente la Constitución americana literalmente dice lo que todo el mundo ha entendido, que el vicepresidente asume los poderes del presidente cuando este falta. Pero eso es una opción de JFK, que cuando eligió a Johnson sabía que estaba ideológicamente en las antípodas. Y Lyndon Johnson en la presidencia de Kennedy pintó poco.
P: Bueno, eso suele ser tradición en EEUU, que el Vicepresidente pinte poco.
R: Sí, pero no que sea ideológicamente contrario al Presidente. Esta era la paradoja en el caso de Kennedy. De hecho los cambios radicales que hubo… Por ejemplo, en la guerra de Vietnam, hubo un antes y un después tras la muerte de Kennedy.
P: ¿Qué papel cumple en esto Texas, a quién también le dedica un capítulo?
R: Yo expongo un poco la historia de Texas pero sobre todo desde el punto de vista de su desarrollo histórico como estado que una vez perteneció a México pero después se rebeló contra México porque quería sus propios derechos y sus propios privilegios, y luego siguió revelándose en la Guerra Civil americana contra el norte. Superada la Segunda Guerra Mundial, la partición política que hay en Texas es muy distinta a cómo funcionan el resto de los Estados Unidos, la dualidad demócrata-republicana no es la misma que en los estados de la costa este.
Allí, el partido demócrata estaba dividido en tres facciones: los análogos al partido demócrata del resto del país, los moderados, que mediaban entre unos y otros, y los conservadores, que esta gente perfectamente podían pertenecer grupos de extrema derecha y aparecen en actos públicos de extrema derecha.
Y luego hay un fenómeno curioso dentro del estado de Texas, que es lo que podemos llamar nacionalismo. Allí se creó un grupo que se llamaba Suite 8, el nombre lo da un hotel en Houston, y es el numero de la habitación del hotel. Esta asociación se crea en torno al ala conservadora del partido demócrata y lo que intenta es aunar los intereses de Texas fuera de Texas, poniendo personas clave.
P: ¿Se le ocultó la verdad al pueblo norteamericano?
R: Evidentemente se ocultó, pero tenemos que analizarlo desde el punto de vista de 1963, cómo estaban los medios de comunicación entonces, y las posibilidades de difusión instantánea y multitudinaria que había, había una televisión en blanco y negro, había una radio pero el perfil era muy distinto, no es como ahora. Era muy fácil en aquel momento ocultarlo. Las autoridades americanas eran los representantes de su pueblo y ellos creían a pies juntillas. Si el Presidente decía una cosa, era verdad.
P: O sea que un asesinato como el de Kennedy en la época del blanco y negro, era perfectamente manipulable.
R: Perfectamente manipulable hasta que empiezan las investigaciones, hasta que el fiscal Garrison denuncia aquel show, hasta ese momento no hay runrún. Sí lo hay en la prensa local de Dallas, donde hay testigos y gente que sabe cosas y dice cosas. Pero a nivel nacional siempre se habla de un pacto entre los medios para no filtrar nada y no hacer ningún tipo de manifestación. Pero si es cierto que hay un periodo de oscuridad absoluta.
P: ¿Y esa veda, ese pacto de silencio, cuánto duró?
R: Empieza a resquebrajarse con el fiscal Jim Garrison en el año 67, luego es cierto que siempre hubo un runrún. En el 75 la comisión Rockefeller empezó a investigar en el congreso americano las actividades de la CIA dentro del propio país. Porque ya era vox populi que la CIA y el FBI se metían entre las bambalinas de las personas y estaban violando derechos. Ese mismo año fue la Comisión Church, ahí lo que intentaron -ante el runrún que había en el mundo entero de que la CIA estaba provocando golpes de estado en todo el mundo- fue investigar y se llegó a la conclusión de que la CIA había participado en el golpe de estado de Guatemala, en la República Dominicana, en Irak…
Dos años después de la HSCA (Comité selecto de la Cámara sobre asesinatos) se investiga de nuevo el asesinato de Kennedy y de Martin Luther King, y ahí es donde se hace pública la segunda versión oficial que es abrir la puerta a un segundo tirador. Es la única concesión que ese comité consiguió, porque ese comité estaba básicamente controlado por la CIA.
P: ¿Usted cree en la versión de un segundo tirador?
R: Yo creo que sí, lo único que yo no sé es desde dónde tiró, pero hay muchos indicios a pensar que ahí había un segundo tirador… Pero yo creo que había más tiradores en otros sitios. Yo creo que la bala famosa, la primera la que le entra a JFK por la espalda y le sale por el nudo de la corbata no puede estar disparada desde tan alta. Ese primer disparo no esta lejos del propio edificio.
La limusina de Kennedy no estaba muy alejada, si miramos desde un sexto piso el grado de inclinación que puede tener una bala, es imposible que según las declaraciones de los dos agentes del FBI que fueron testigos de la autopsia -dijeron que la herida de bala no estaba como se dijo en la Comisión Warren, sino 9 cm. por debajo de la base del cuello y a 2 cm. a la derecha de la espina dorsal, y le sale por el segundo cartílago el de la traquea- no da esa inclinación nunca. por tanto yo creo que esa bala entra desde una inclinación bastante más baja, un primer piso o un segundo piso.
P: ¿Qué opinión le merece la película JFK de Oliver Stone?
R: Tiene muchas licencias cinematográficas, pero en líneas generales está basada en el libro que escribió el fiscal Garrison, pero yo creo que está bastante cercano a cómo pudieron ser los hechos, pero no exactamente… Ellos a la hora de hablar de la bala mágica, hablan según el fiscal Garrison lo defendió en el juicio… Cómo se especifica dentro de la película, es irreal, es un juego exagerado el que presenta la película de Oliver Stone. Hace una trayectoria d ella bala, se para un segundo en el aire, gira, eso una bala no lo puede hacer, es absurdo.
P: Usted desenmascara a uno de los personajes más siniestros de esta trama que es Jack Ruby, ¿qué papel cumplió, para quién trabajaba?
R: Él era de Chicago, en su juventud estuvo trabajando con la mafia, con Al Capone. En un momento determinado se va a Texas, a Dallas, y él, en declaraciones del anterior jefe de policía confiesa en el ’46, que él es el enviado de la mafia de Chicago, que le propone llevar el control del juego, y le propone un pago anual al jefe de policía, y este lo rechaza. A partir de ahí se queda un poco durmiente de la mafia, es contacto con la mafia, un enlace bueno para ellos, y tiene una fachada que son sus dos locales de striptease. Una de las dos misiones que tuvo fue liberar a Santo Trafficante de la cárceles de Castro. Santo Trafficante estuvo en la cárcel y parece ser que Ruby negoció con el régimen de Castro para, a cambio de unos jeeps, sacarlo de la cárcel.
Uno de los miedos que tuvo Jack Ruby, una vez que lo detienen, es que él apareciera como procastrista, por haber vendido armamento militar… Lee Harvey Oswald estaba condenado a morir, en el momento en el que él mata o participa de la trama, tenía que ser el chivo expiatorio de esta historia y la manera de dar carpetazo al asunto es muriendo él mismo, pero algo pasa.
Hay muchas teorías pero no se sabe lo que pasa, él se debe saltar el protocolo, sale huyendo del depósito de libros y a partir de ahí el temor es que este hombre tenga un juicio. En un momento determinado deciden que tiene que morir y encargan a Ruby hacerlo. De esto no hay pruebas, ni testimonios, ni documentación, pero él no se separó de Oswald, prácticamente en ningún momento. Luego confesó que en las ruedas de prensa en las que estaba presente llevaba su arma en el bolsillo.
P: ¿Y cómo puede ser que a un asesino lo saquen de una rueda de prensa y lo pasen delante de periodistas sin ningún tipo de seguridad?
R: Sí había seguridad, bastante, pero Ruby era una persona que tenía policías entre su clientela habitual. El conocía muchísimos policías, eran clientes suyos. Él se mete en las ruedas de prensa sin ningún problema. En una de ellas se permite interrumpir al fiscal general de Dallas cuando este estaba hablando de que Oswald estaba colaborando con un grupo anticastrista. Hasta tal punto que en la misma noche del asesinato él va a una radio y le lleva unas pizzas y unas bebidas, y le dice al periodista que si quiere tener al fiscal general en el estudio. No va al estudio pero entra en directo. Tenía un poder muy importante. Cuando está declarando Oswald con los periodistas en una sala, entra Ruby, y el jefe de policía le dice que no puede estar ahí.
P: ¿Qué pasó con él al final? ¿Cuánto tiempo tuvo de cárcel?
R: Le juzgaron, le condenaron a muerte y le conmutaron la pena. En el año 66 murió de cáncer. Él se quejó de que le habían inoculado cáncer. Estaba a punto de una revisión de condena, y hay un momento en el que dice que el culpable de toda la historia es Jonhson.
A Ruby le llamó la Comisión Warren a declarar, y Ruby le dijo al propio Warren que si le llevaba con él a Washington le decía toda la verdad. Al preguntarle Warren por qué no la decía allí, Ruby contestó: ‘Si se la digo aquí, duro dos horas vivo». Le pidió tres veces llevarle a Washington. Cuando este hombre empezó a decir cosas se quejó de que le habían inoculado cáncer, y duró dos meses. Este fenómeno es repetido entre testigos y gente implicada… Fenómenos de ataques cardíacos, accidentes de casa y cáncer repentino…
P: Hay una lista en su libro de gente que ha muerto de las causas más insospechadas y todos tiene en común haber tenido algo que ver con la trama Kennedy.
R: Había una estadística que decía que para que eso fuera posible, la probabilidad de que eso no fuera fruto de la casualidad era de 1/80000. Es imposible.
P: ¿Usted cree que hay razones para pensar que todo fue una trama de la CIA con apoyo político?
R: Sí… los grupos anticastristas eran parte del entramado de la CIA, no eran gente de nómina, ni de carnet de la CIA, pero el grupo tenía nombre y apellido, Operación 40. Y este grupo incluso se corría el rumor de que el día 22 de noviembre podría atentar contra Castro… Porque el compromiso y la estrategia ya no era invadir Cuba, era matar a Castro. De hecho hay un señor, Rolando Cubelas, con el que Desmond Fitzgerald tiene una entrevista en París ese mismo día y le entrega un bolígrafo con veneno para matar a Castro. Todo lo que se preparó para matar a Castro, de pronto, se desvió para matar a JFK, y el grupo Operación 40 siguió funcionando. De hecho los detenidos del ‘Watergate’ son miembros de este grupo.
P: O sea, las cloacas del Estado en EE.UU han dado mucho de sí…
R: Ellos son los maestros, porque han tenido presupuestos ilimitados para sus servicios de inteligencia, y eso produce esto.
P: Un gobierno paralelo, a la sombra, casi.
R: No un gobierno paralelo, sino la posibilidad de que realmente las cosas tengan que ir por un carril determinado.
Con la colaboración de José Pablo González.