“No soy un hereje por haber bendecido a familias no tradicionales”
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Rompe esquemas y tiene bula para proclamar públicamente lo que ningún otro eclesiástico se atreve a decir. El Padre Ángel García, fundador y presidente de Mensajeros de la Paz es un profeta de la Iglesia católica que, en contra de la jerarquía, presenta una institución con entrañas de misericordia. Y desde esa clave asegura que «le daría la comunión a José Bono», que «en el siglo XXI no se debería hablar de excomunión» (en clara referencia a monseñor Martínez Camino) o que «la familia no está en crisis, diga quien lo diga, aunque lo digan en la plaza de Colón» (en clara referencia al cardenal Rouco Varela y a sus concentraciones de la familia).
El desayuno en el que intervino el Padre Ángel, organizado por el Foro Nueva Economía, contó con la presencia de muchos políticos. Desde Manuel Fraga a Anasagasti y Erkoreka, pasando por Álvaro Cuesta, Amparo Valcarce o el director general de relaciones con las confesiones, José María Contreras. Y, por supuesto, José Bono, oficiando de presentador del Padre Ángel.
El presidente del Congreso alabó la figura del fundador de Mensajeros de la Paz, del que dijo que «no quiso ser obispo, ni diputado ni banquero y no tiene otro poder que el que le viene de su propia fe». Por eso, «trabaja desde hace más de 50 años para hacer verdad lo que cree».
Bono resaltó que «la utopía del Padre Ángel es realizable» e invitó a sumarse a ella. Porque «sólo con lo que los europeos gastamos en helados se resolvería el problema del hambre en el mundo», denunció. Y, haciendo autocrítica, añadió: «Lo malo que ocurre no es porque Dios lo quiera. Lo queremos nosotros, tanto la izquierda como la derecha».
En un vibrante discurso, el Padre Ángel reivindicó la esperanza en el mundo actual. Y se dedicó a mostrar el lado positivo de la vida. Por ejemplo, que «nunca existió tanta solidaridad como en estos momentos«. Porque «vivimos tiempos difíciles, pero solidarios».
Solidaridad de profesionales, ongs, iglesias. «Hay millones de héroes solidarios anónimos». Y, entre ellos, muchos empresarios. Tanto es así que, a su juicio «el futuro de las ongs está en los empresarios»
«La familia no está en crisis»
Políticamente incorrecto con su propia Iglesia, el Padre ángel también echó por tierra el discurso de la jerarquía española sobre la crisis de la familia tradicional. A su juicio, «la familia no está en crisis, lo diga quien lo diga y aunque lo digan en la plaza de Colón». Porque «nunca hubo tanta solidaridad en la familia«.
Eso sí de todo tipo de familias y «no sólo la tradicional». Y arremetió contra los obispos que descalifican a cualquier otro modelo de familia. «La misión de los obispos y de los curas es bendecir, no condenar. Si bendecimos a animales y a edificios, ¿por qué ponen el grito en el cielo cuando se bendice a otro tipo de familias?«.
Fiel a sus principios, reconoció que «en ocasiones he bendecido a familias de ese tipo (monoparentales, uniones civiles, divorciados, gays…), y lo seguiré haciendo, y no por eso me considero un hereje. Y lo voy a seguir haciendo, sin pedir permiso. A veces es mejor pedir perdón que pedir permiso».
También criticó a la Iglesia católica por dedicarse a repartir excomuniones. «En el siglo XXI no se debería hablar de excomunión. Hace 500 años, un Papa condenó a un país, Inglaterra. Ahora, otro Papa los trae de nuevo. Y, de repente, da igual si los curas están casados o no. A Galileo o a Bruno no sólo los excomulgaron, a algunos incluso los quemaron en las hogueras». Por eso, pidió que la Iglesia católica no siga cometiendo esos errores.
«No me han dado un baculazo»
A pesar de ser crítico con la institución, el Padre Ángel se siente un «hombre de Iglesia». «No tengo problemas con la Iglesia ni con los obispos. Nunca me han dado un baculazo».
Pero se cuidó mucho de nombrar a «sus» obispos preferidos: Tarancón, Gabino Díaz y Carlos Osoro. Y de dejar claro que cree «en la Iglesia misionera, y en hombres y mujeres de Iglesia, como Pedro Casaldáliga». Porque ésa es su Iglesia, «la de Pedro Casaldáliga, Vicente Ferrer o los curas de Vallecas y Entrevías». Y, «si tuviera que renunciar, no lo dudaría. Pero ni me lo van a pedir ni me siento fuera de mi Iglesia».
El Padre Ángel se muestra partidario de «respetar el crucifijo y descalzarse para entrar en una mezquita», espera que el Nóbel de la Paz a Obama le ayude a «trabajar por la paz» y espera que Haidar «no se muera y vuelva a su patria con todas las de la ley».
Por último, se mostró contrario al aborto, pero precisó que «hay que defender a los no nacidos y a los nacidos que mueren de hambre y de injusticia».