En la actualidad, en Asturias hay alrededor 260 profesores de Religión, la gran mayoría de Primaria y apenas 60 de Secundaria
La Iglesia asturiana tiene problemas para cubrir las bajas de los profesores de Religión en los ciclos de Secundaria y Bachillerato, a pesar del continuo descenso en el número de alumnos matriculados. Así lo ha confirmado la Delegación de Enseñanza y Pastoral Educativa de la Diócesis que busca profesionales para completar la bolsa creada para atender las sustituciones. Pero los aspirantes deben cumplir los mismos requisitos que el resto de docentes que ya están ejerciendo o que ya están incluidos en la lista. Esto es, el certificado de idoneidad y la propuesta afirmativa del Arzobispado de Oviedo. Lo cuenta Susana D. Machargo en La Voz de Asturias.
En principio, el plazo de solicitud para conseguir la idoneidad católica que necesitan los profesores que aspiren a impartir la asignatura de Religión sigue abierto hasta este viernes, 14 de octubre, así que la Iglesia asturiana aspira a ampliar la bolsa de posibles sustitutos. Porque, textualmente, la Delegación de Enseñanza ha admitido «dificultades» para cubrir las vacantes que se están produciendo este curso en los institutos.
Especialistas en la materia como los representantes de ANPE, un sindicato con gran implantación en el gremio, ponen sobre el tapete una contradicción: «El Arzobispado de Oviedo pide ahora profesores, cuando hasta el momento, y durante años, ha rechazado a cientos de docentes. Recibía multitud de solicitudes para la idoneidad y aprobaba apenas una docena, sin explicar los motivos por los que rechazaba al resto». Es decir, que según los representantes de los trabajadores, la Iglesia se ha estado cerrando las puertas.
En la actualidad, en Asturias hay alrededor 260 profesores de Religión, la gran mayoría de Primaria y apenas 60 de Secundaria. Su situación laboral es singular. No son funcionarios, son personal laboral docente. Y para poder incorporarse a las listas de trabajo de la Consejería de Educación necesitan, además de una titulación, una especie de autorización de la Delegación Diocesana de Educación, perteneciente al Arzobispado de Oviedo. La delegación realiza unas pruebas, cuyos criterios no son públicos y concede ese permiso, denominado idoneidad eclesiástica. Sin ella nadie puede optar a una plaza.
El problema es que la matriculación de alumnos ha caído en picado en los últimos años, sobre todo en Bachillerato, y se necesitan menos profesionales en las aulas. Ha sido necesario aprobar varios Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) y han dejado en la calle a profesores que se han quedado sin plaza. Otros muchos deben compaginar varios centros para cubrir sus horarios o conformarse con medias jornadas. Aún así, y aunque parezca una contradicción, la bolsa para vacantes es necesaria, ya que es la que funciona en caso de eventualidades, como pueden ser las bajas por enfermedad.
Según los últimos datos publicados por la Delegación de Enseñanza, correspondientes al curso 2010-2011, el 69% de los alumnos asturianos recibe enseñanza de Religión católica, lo que supone un descenso de 10 puntos en sólo cinco años. El porcentaje es todavía muy elevado en la etapa de Primaria, pero en Secundaria y Bachillerato se encuentran en mínimos históricos, con apenas el 12% de los estudiantes en la comarca del Nalón o el 18% en Caudal.