Osoro ya ha planteado su idea de una mayor participación de los fieles y los sacerdotes. La sinodalidad de la que habla el Concilio, y que Francisco parece decidido a hacer realidad en la Iglesia universal
(Jesús Bastante).- «Quiero contar con todos, porque la tarea es de todos, yo sólo soy uno más«. El nuevo arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, parece decidido a continuar rompiendo moldes, y a abrir puertas a un diálogo inclusivo que en la Iglesia española llevaban décadas cerradas. Así, esta misma mañana, «y sin avisar», Osoro se presentó en la sede del Foro de Curas de Madrid, uno de los grupos más críticos con la jerarquía eclesiástica.
«Fue una gran sorpresa, porque no nos lo esperábamos», afirma su portavoz, Evaristo Villar. El prelado, subraya el sacerdote, «nos dijo que se había enterado que nos reuníamos hoy (el grupo lo hace una o dos veces por trimestre), y que ayer por la noche decidió que quería saludarnos. Y aquí que se presentó», junto a Daniel, su secretario.
El encuentro duró algo más de media hora. «Vino a saludarnos, nos abrazó a todos y se despidió de todos con un beso. A todos nos dejó un gratísimo sabor de boca», añade Villar. Una impresión que corrobora Eubilio Rodríguez, más conocido como «Billy»: «Su visita es un gesto que provoca buenas sensaciones y muy buenas vibraciones. Hablamos con él de que a partir de ahora, en la diócesis de Madrid, todos los curas tienen derecho de ciudadanía«, sin importar de dónde provengan ni hacer falsas (y antievangélicas) revanchas: «No queremos que Osoro haga ahora con el Opus o los Kikos lo que hicieron con nosotros», señala Billy.
Tras la sorpresa inicial, una breve reunión en la que se habló de todo, sin profundizar en ninguno de los temas que preocupan, y mucho, al Foro de Curas. Eso quedará para más adelante, pues el arzobispo ya ha puesto fecha a un encuentro «programático» con este foro.
Será cuando culmine las visitas pastorales a todas la vicarías, en las que Osoro ya ha planteado su idea de una mayor participación de los fieles y los sacerdotes. La sinodalidad de la que habla el Concilio, y que Francisco parece decidido a hacer realidad en la Iglesia universal. La misma que postula el Foro de Curas de Madrid.
«Estamos dispuestos a colaborar en todo lo que se necesite. Se puede hablar con él», indica Billy, quien añade que «cuando estábamos con él, la gente se soltaba… y él sabe ganarse a todo el mundo».
«Es un día que ha empezado muy bonito», dijo Osoro al despedirse, según relata Evaristo Villar. «Nos dijo que tenía ganas de saludarnos y de decirnos que nos considera un grupo, como otros que existen en la diócesis, que están trabajando en la misma causa, que es la del Evangelio».
«Nos pidió que le acompañáramos en el trabajo, y nos felicitó la Navidad a todos», incide Villar, quien señala cómo, después de su marcha, los integrantes del grupo coincidieron en su alegría por el encuentro. «El cambio es muy sustancial. Sabemos que es un obispo de mentalidad conservadora, pero se le nota que es buena persona, y que quiere hablar con todo el mundo«.
«Ha actuado como una persona normal», añade Eubilio, quien subraya el «cambio significativo respecto de la época anterior: hemos dejado de ser proscritos o fuera de control«.
Una impresión en la que coinciden todos los movimientos laicales, religiosos y sacerdotales con los que se ha encontrado Carlos Osoro en apenas un mes y medio de pontificado en Madrid. «Algunos de los curas, que sólo han conocido a Rouco como obispo, se han quedado sorprendidos, porque el cardenal nunca nos abrazó, ni salió de él reunirse con nosotros«, añade Villar.