Jairo del Agua

¿Cuánto cuesta una Misa?

"Rebelarse contra 'el mal establecido' es deber de conciencia"

¿Cuánto cuesta una Misa?
Jairo del Agua

Confieso que me sentí abochornado, avergonzado, confundido.Tanto por la vieja tradición de querer empujar la "insuficiente" Misericordia divina, como por intentar "comprarla" con dinero. Me pregunté: ¿Ésta es mi Iglesia? ¿Aquí se venden Misas?

(Jairo del Agua).- Devoran los bienes de las viudas pretextando hacer largas oraciones. Ellos serán juzgados muy severamente» (Mt 12,40).

Mientras esperaba, oí este diálogo en una Parroquia madrileña:

– ¿Cuánto cuesta ahora una Misa? Es que hace tiempo que no encargo ninguna.

– Han subido a 8 euros -respondió la encargada del libro de intenciones-.

– ¡Ah, bien! Tengo 100 euros para las ánimas. ¿Para cuántas Misas me llega?

– Para 12 Misas y le sobran 4 euros.

La sacristana había tirado de calculadora sin inmutarse lo más mínimo. Estaba haciendo lo correcto: Ayudar a aquella viejita a desprenderse de sus dineros por una «desdichada y errada devoción mercantilista»…

Confieso que me sentí abochornado, avergonzado, confundido.Tanto por la vieja tradición de querer empujar la «insuficiente» Misericordia divina, como por intentar «comprarla» con dinero. Me pregunté: ¿Ésta es mi Iglesia? ¿Aquí se venden Misas?

Un cura listillo seguramente me respondería:

– ¡No! ¡Aquí no vendemos nada! No se trata de un pago, sino de un «estipendio».

– ¡Ah, eso es otra cosa! Pues veamos qué significa estipendio según la RAE: «Paga o remuneración que se da a alguien por algún servicio». ¡Vaya, pues sigue siendo un pago!

– ¡No hombre, no, hay más acepciones! El diccionario también dice: «Tasa pecuniaria, fijada por la autoridad eclesiástica, que dan los fieles al sacerdote para que aplique la misa por una determinada intención».

– Entiendo. El estipendio no es un pago, es una tasa. ¿Y qué es una tasa? Volvemos al diccionario y leemos: «Acción y efecto de tasar». Pues tampoco estoy de acuerdo, Sr. Cura. ¿Desde cuándo se pueden «tasar» las cosas sagradas?

– ¡Que no, hombre! ¡Sigue buscando!

– Sí, aquí dice: Tasa = ‘Tributo que se impone al disfrute de ciertos servicios o al ejercicio de ciertas actividades’. ¡Ahora sí que está claro! Para que el Cura mencione el nombre de mis difuntos en la Misa debo pagar un tributo. ¡Hum! Raro ¿no?

Mi imaginario cura interlocutor se ha puesto rojo como un tomate y se ha quedado mudo. Pero yo insisto, intentando que mi sentido común encuentre alguna explicación a tal tributo.

– ¿Oiga, Sr. Cura, y el pago de ese tributo es obligatorio o voluntario, moral o inmoral?

En mis años de juventud me enseñaron que «la compra o venta deliberada de cosas espirituales, como los sacramentos y sacramentales, o temporales inseparablemente anejas a las espirituales, como las prebendas y beneficios eclesiásticos» constituyen un gravísimo pecado que se llama «simonía», por aquello de que fue Simón el Mago el primero que lo intentó (He 8,18). Y un tributo no deja de ser un pago.

Para leer el artículo completo, pincha aquí.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA
Autor

José Manuel Vidal

Periodista y teólogo, es conocido por su labor de información sobre la Iglesia Católica. Dirige Religión Digital.

Lo más leído