La Virgen, San José y el Niño Jesús. Pastorcillos, ángeles y los Reyes Magos a lomos de sus camellos. La mula y el buey. La Navidad no se entiende sin el protagonismo del portal de Belén.
Después de tres años de «destierro» por Manuela Carmena, el belén ha regresado a uno de los escenarios con más raigambre en estas fechas: la Plaza Mayor. En esta ocasión, el nacimiento está situado frente a la Casa de la Panadería, en dos casetas de madera, iguales a las 104 que forman parte del mercadillo que, año tras año, sin faltar uno, acuden a esta particular y entrañable cita: y ya van 65, puesto que lleva funcionando desde 1944.
La iniciativa ha sido de la Asociación de Mercados Tradicionales de Plaza Mayor (encargados de los puestos); y ha contado con el apoyo de la Junta Municipal y de la Asociación de Belenistas de Madrid.
«Está compuesto por 60 figuras antiguas, de la época de nuestros abuelos, realizadas en Olot (Gerona). Ocupa una extensión de 36 metros cuadrados y está protegido por cristales para impedir actos vandálicos», detalla Eugenio Barandalla, presidente de la Asociación de Belenistas de Madrid. Antes de ser eliminado, ocupaba uno de los laterales de la plaza.
El espíritu navideño más clásico y tradicional ha vuelto a Madrid. Y lo ha hecho en uno de los puntos más transitados en estas fechas por autóctonos y foráneos, que se suele abarrotar todos los fines de semana de diciembre.