Adriana es la segunda mujer del sindicalista Triaca, cuyos seis hijos son de un matrimonio anterior. Su cercanía con Bergoglio se refleja en la colaboración que realiza para la obra del padre Pepe Di Paola y los curas de las villas
El llamado telefónico del presidente Mauricio Macri al Papa Francisco, el jueves último, para saludarlo por su cumpleaños no fue el único contacto entre ambos. El mismo día, en el que también se había reunido con la conducción del Episcopado, Macri recibió una carta del Papa, que le llegó a través de la madre de su ministro de Trabajo, Jorge Triaca, como revela este domingo en su columna Joaquín Morales Solá.
La portadora del saludo fue Adriana Triaca, viuda del histórico dirigente sindical de los plásticos Jorge Alberto Triaca, quien en la primera etapa del menemismo condujo el mismo ministerio que hoy dirige su hijo.
La nueva relación entre Francisco y Macri encontró, así, un cauce surgido de los vínculos que el ex cardenal Jorge Bergoglio mantuvo con el peronismo.
Triaca murió el 22 de octubre de 2008 y Bergoglio en persona ofició desde el año siguiente en la catedral una misa en su memoria, lo que afianzó su relación con la familia.
De profesión odontóloga, Adriana Triaca acompaña desde hace varios años el trabajo del gremio de los plásticos y mantiene estrechos lazos con la Iglesia, a través de su participación en distintas iniciativas de ayuda social, confiaron a LA NACION fuentes eclesiásticas.
Estando en Roma, visitó a Francisco -como lo había hecho en otras ocasiones- y se ofreció como interlocutora para hacer llegar un mensaje al nuevo presidente, pese a que ella no tiene militancia en Pro.
Adriana es la segunda mujer del sindicalista Triaca, cuyos seis hijos son de un matrimonio anterior. Su cercanía con Bergoglio se refleja en la colaboración que realiza para la obra del padre Pepe Di Paola y los curas de las villas porteñas.
El año pasado, incluso, promovió en el sindicato de los plásticos un acuerdo con la organización Scholas Ocurrentes, creada por Francisco, y concretó, así, la realización de mochilas escolares solidarias, fabricadas con material reciclado. Se hicieron 7500 kits para chicos de zonas vulnerables, que recibieron útiles y un mensaje de Francisco. El secretario general de la Unión Obreros y Empleados Plásticos, Alberto Oscar Murúa, participó del lanzamiento de la iniciativa, junto al entonces ministro de Educación porteño, Esteban Bullrich (hoy ministro nacional), y el director mundial de Scholas, José María del Corral.
Las misas que Bergoglio ofició en los aniversarios de la muerte de Triaca reunieron siempre en la Catedral a dirigentes gremiales, empresarios y de organizaciones sociales.
El 22 de octubre de 2010, dos días después de la trágica muerte de Mariano Ferreyra, militante del Partido Obrero, tras los incidentes con la Unión Ferroviaria, el cardenal pidió «menos crispación» y apeló con firmeza «al diálogo, el consenso, la humildad». Cinco días después fallecía el ex presidente Néstor Kirchner.
«Jorge no se cansaba de escuchar, de componer. Su objetivo siempre era consensuar», dijo ese día Bergoglio, al recordar a Triaca. En mayo de 2013, dos meses después de su elección Francisco compartió en Roma un encuentro con dirigentes gremiales, entre los que estaba su hijo Jorge, con su mujer Cecilia y su madre Adriana.
(Rd/Agencias)