Que la Virgen nos proteja y anime a trabajar juntos en orden a lograr el sueño por el que José Martí entregó su vida:'Una Patria con todos y para el bien de todos'
(Jesús Bastante).- Tres días después de su muerte, los obispos cubanos han emitido un comunicado en el que lamentan la muerte de Fidel Castro, al tiempo que reclaman «que nada enturbie la convivencia entre nosotros los cubanos«.
«Expresamos nuestras condolencias a su familia y a las autoridades del país», indica la nota, en la que los obispos añaden que «desde nuestra fe encomendamos al Dr. Fidel Castro a Jesucristo, rostro Misericordioso de Dios Padre, el Señor de la Vida y de la Historia y, a la vez, pedimos al Señor Jesús que nada enturbie la convivencia entre nosotros los cubanos».
«Ponemos bajo el amparo de la Virgen de la Caridad del Cobre, Nuestra Madre y Patrona, el futuro de la Patria, para que ella nos proteja y anime a trabajar juntos en orden a lograr el sueño por el que José Martí entregó su vida:’Una Patria con todos y para el bien de todos‘», concluye el comunicado.
Por otro lado, el arzobispo de Santiago de Cuba y presidente de la Conferencia Episcopal, Dionisio García Ibáñez, destacaba en una entrevista en Cope su «sorpresa» ante la muerte de Fidel, aunque reconoció que «se esperaba que podría ocurrir en cualquier momento, dada la situación de salud» de quien fuera presidente de Cuba.
«La figura de Fidel ha sido tan significativa y de tanta influencia que siempre tendrá un impacto en la sociedad», apuntó el prelado, quien no supo discernir si su muerte significa el fin de una era, pues «la presidencia la tiene el hermano, el doctor Raúl Castro».
Comunicado de los obispos de Cuba
La Habana, 28 de noviembre de 2016
Los obispos católicos de Cuba, al conocer la noticia del fallecimiento del Dr. Fidel Castro Ruz, quien fuera Presidente del Consejo de Estado y del Gobierno, expresamos nuestras condolencias a su familia y a las autoridades del país.
Desde nuestra fe encomendamos al Dr. Fidel Castro a Jesucristo, rostro Misericordioso de Dios Padre, el Señor de la Vida y de la Historia y, a la vez, pedimos al Señor Jesús que nada enturbie la convivencia entre nosotros los cubanos.
Ponemos bajo el amparo de la Virgen de la Caridad del Cobre, Nuestra Madre y Patrona, el futuro de la Patria, para que ella nos proteja y anime a trabajar juntos en orden a lograr el sueño por el que José Martí entregó su vida: «Una Patria con todos y para el bien de todos».
Secretariado General de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba