La última lista de candidatos a presidir y dirigir el Obispado de Ourense ya está de vuelta en Madrid, aprobada por Roma
La última lista de candidatos a presidir y dirigir el Obispado de Ourense ya está de vuelta en Madrid, aprobada por Roma. En ella iba un candidato de descarte. También figura el nombre del que podría haber sido un gran obispo para la sede auriense, el del catedrático de la Pontificia de Salamanca, canónigo de la Catedral de Mondoñedo, ex director del Instituto Teolóxico Compostelán y presidente de la Academia (Pontificia) de San Rosendo, Segundo Pérez. Este hombre está muy dedicado al mundo académico y se ha alejado de todo proceso de promoción episcopal. Lo cuenta Jesús Manuel García en La Voz.
El nombre que queda es el de Jesús Murgui Soriano, actual obispo de Palma de Mallorca. Natural de Valencia, donde nació un 17 de abril de 1946, estudió en el Seminario Mayor de Moncada, en la ciudad del Turia, se licenció en Teología en la Universidad Pontificia de Salamanca y se doctoró en Teología en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma.
El 25 de marzo de 1996 fue nombrado obispo titular de Lete y auxiliar de Valencia (los obispos auxiliares llevan siempre un título de una diócesis desaparecida). A principios de la década del 2000 fue durante 16 meses administrador apostólico de Menorca. Como auxiliar de la sede metropolitana valentina sucedió a monseñor Gea Escolano. El 27 de diciembre del 2003 fue nombrado obispo de Mallorca. Este es el nombre del que, de no haber una decisión contraria, ocupa el primer puesto para regir los destinos de la diócesis ourensana. Monseñor Murgui es un hombre bueno, pero que tiene problemas en sus seis años en Mallorca.
Hace tan solo unos meses, un conocido diario levantino publicaba que Murgui Soriano «no se integra en Mallorca» Le dimitieron algunos altos cargos de la curia como Joan Darder, que alegaba falta de comunicación con el obispo. Este canónigo llegó a decir que ahora se valoraba más al anterior obispo, el fallecido Teodoro Úbeda y añadía que monseñor Murgui «no nos entiende», apuntando que era el obispo de Mallorca y no de Valencia y que no iban a cambiar las costumbres como la lengua del archipiélago. Le criticaban que seguía hablando valenciano en vez de mallorquín.
En otros medios se llegó a publicar que el obispo es un «magnífico párroco» que ha reconocido alguna vez no entender a sus diocesanos. Es un hombre bien formado, muy tímido, en Mallorca no es dado a conceder entrevistas y quienes le conocen dicen que su pensamiento lo muestra preferiblemente en sus homilías y pastorales.
De todos modos, el nombramiento oficial del nuevo obispo de Ourense se producirá en unas semanas, al parecer, no más allá del mes que viene. Y es que entre obispos, poco más hay de donde tirar, al desaparecer del abanico de posibilidades Raúl Berzosa y Atilano Rodríguez.