Kike Figaredo: "Que desde la persona vulnerable y más sencilla que vayamos a visitar, el Señor nos diga: aquí estoy, aquí los estaba esperando"
(J. B./VN).- «Ha sido el Sínodo más bello en el que he participado». El cardenal Christooph Schönborn resumía este mediodía su sentir respecto al trabajo que, a lo largo de este mes, han llevado cabo los padres sinodales. Un Sínodo que toca a su fin y que esta tarde contó con la visita sorpresa del Papa Francisco, que bajó al Aula Pablo VI para saludar y rezar con sinodales y jóvenes.
Una muestra más de la sinodalidad que, afirman los participantes, ha recorrido el debate del Sínodo de Jóvenes. Un término que, junto al discernimiento, ha marcado los debates en el aula, tal y como confesó el cardenal austríaco. «La palabra clave del Sínodo es discernimiento, como subraya el Papa. La palabra sinodalidad no estaba muy presente en el Instrumentum laboris; sin embargo, en estos días hemos experimentado precisamente la sinodalidad».
Una sinodalidad que, añadió,»se refiere al funcionamiento de la Iglesia. Es el caminar juntos por el camino de la fe, y esto vale para todos».
#PapaFrancisco reza junto a los jóvenes y los obispos del #Synod2018. En la tarde de hoy, después de la sesión de los trabajos, el espectáculo de los jóvenes para el Santo Padre y los padres sinodales @paoloruffini2 @GregBurkeRome @AGisotti #VaticanNews pic.twitter.com/I6zYfussXX
— Vatican News (@vaticannews_es) 26 de octubre de 2018
Por su parte, el arzobispo de Dublín, Eamon Martin, con el recuerdo del Encuentro Mundial de las Familias todavía vivo, subrayaba que «ha sido importante hablar de los abusos en el Sínodo, hablar con fuerza y afirmar nuestra voluntad de afrontar este escándalo».
«Estoy convencido de que tenemos que seguir el ejemplo del Papa Francisco en la lucha contra los abusos», clamó el prelado. Cuestionado sobre el ‘Sí’ al aborto en Irlanda, Martin se preguntó «por qué tantos jóvenes han votado a favor (…). Pienso también en los jóvenes que han votado y se han esforzado por defender la vida. Ahora necesitamos nuevos misioneros de la vida».
Para Eduin Ortega, auditor del Sínodo, de Cuba, «me he sentido protagonista del Sínodo, y no solo espectador. Esperamos respuestas de la Iglesia en este camino sinodal con todos. Hay muchos problemas y es difícil pensar en el futuro, pero los jóvenes necesitamos futuro».
Finalmente, el español Kike Figaredo, el «obispo de las sillas de ruedas» de Camboya, apuntó que «Camboya es un país que está construyendo una Iglesia con los jóvenes, con las personas heridas por la guerra, con los discapacitados a causa de las minas».
«Los jóvenes camboyanos quieren decirles a los jóvenes del mundo: ‘tenemos una presencia actual'», aseguró el prelado, quien mostró su esperanza por que «de este Sínodo salgamos con fuerzas renovadas, con ganas de seguir trabajando especialmente con los jóvenes. Que salgamos de aquí en camino hacia la gente sencilla, y a los lugares donde la palabra del Señor, el cariño del Señor, no sea evidente: ir a descubrir esa presencia de Dios, y que desde la persona vulnerable y más sencilla que vayamos a visitar, el Señor nos diga: aquí estoy, aquí los estaba esperando».