Tarde de expectación, tarde de decepción. José Tomás consiguió colgar el cartel de ‘No hay billetes’ en la Plaza México y disparar la reventa para verle hasta los más de 7.000 euros.
Sin embargo, el torero de Galapagar tuvo una tarde gris, y eso, unido al escaso juego de sus toros provocó que se marchase del albero mexicano cortando tan solo una oreja, eso sí, discutida por parte de los asistentes.
Lleno hasta la bandera en el coso de Insurgentes, el más grande del mundo. Era tanta la expectación entre los mexicanos que las entradas se agotaron y en los días previos hubo furor por intentar conseguir alguna en la reventa a precios disparatados. Se llegó a hablar de que una localidad alcanzó los 7.200 euros.
Contrariamente a lo esperado, el triunfador de la tarde no fue José Tomás, sino su rival en el ruedo, el local Joselito Adame, que desorejó a su último toro y abrió la puerta grande siendo llevado en volandas entre sus paisanos.
El compromiso del madrileño no puede ponerse en duda ya que su disposición y su querencia a pisar terrenos movedizos le llevó a recibir hasta dos feas volteretas, aunque afortunadamente sin consecuencias mayores.
El matador de toros español no pisaba la Plaza México desde el año 2007, que entonces no se llenó. Esta vez la expectación era gigantesca, pero lo sucedido sobre el albero no lo justificó.
