Brasil ya es una espina para Argentina

La caída en Londres confirma que en los últimos años se acentuó una tendencia que nació en los 70: el equipo verdeamarelho vence con frecuencia a la Argentina. Escribe Christian Leblebidjian en La Nación que el recambio generacional y la jerarquía de los futbolistas, son las bases de la explicación.

Cuesta empezar a hablar después de perder con Brasil 3 a 0 en un vestuario argentino. Pero, una por una, las sensaciones fueron apareciendo. El llanto de Clemente Rodríguez. La tristeza de Javier Mascherano por haber salido en el entretiempo. La bronca de Carlos Tevez, que sentado en el banco de suplentes vio el final del encuentro con los brasileños burlándose detrás de él sin que ningún alambrado o acrílico calmara las cargadas.

El fastidio de Lionel Messi, porque entiende que los brasileños abusaron del juego brusco. El dolor sin respuestas de Juan Román Riquelme, que entró con el pie izquierdo en un nuevo ciclo en el seleccionado y en su rol de capitán. Las críticas de Alfio Basile al plantel, diciéndoles antes a los jugadores lo que después diría en la conferencia de prensa: «Lo único que me gustó del equipo fue la actitud».

Hasta ahí, las últimas postales del seleccionado en Inglaterra, porque todos luego emprendieron el regreso a sus respectivos clubes, salvo Javier Mascherano y Carlos Tevez, que hoy serán presentados aquí como nuevos futbolistas de West Ham United. Cómo se habrá quedado de mal el ex delantero de Boca y Corinthians que hasta pensó en no decir una palabra cuando hoy llegue a la sede de West Ham. Quizá cambie de idea, quizá no.

Lo cierto es que todo este pantallazo, incluido el valor que le dio el plantel a que Basile haya dicho de frente lo que pensaba de la derrota en el vestuario del Emirates Arsenal Estadium y no luego criticar por detrás, no hace más que reafirmar un concepto y abrir un interrogante. Brasil le está pegando duro últimamente a la Argentina. ¿La selección se está acostumbrando a perder con Brasil?

Con la caída, el historial se transformó en desfavorable (ahora, el scratch suma 35 victorias contra 34 de los criollos , además de 22 empates) y desde 2004 la Argentina no ha parado de recibir golpes durísimos del seleccionado verdeamarelho . En la temporada mencionada, fue derrota por 3 a 1 en Belo Horizonte, por las eliminatorias sudamericanas, la noche de los tres goles de penal de Ronaldo.

También en 2004, la increíble final de la Copa América, en Perú, cuando el equipo de Marcelo Bielsa había sido muy superior y ganaba 2 a 1, pero en el último minuto Adriano puso el empate con un zurdazo y luego ganó Brasil en los penales. En 2005, con José Pekerman en el banco, Brasil le ganó a Argentina una nueva final: la de la Copa Confederaciones, en Alemania. Esta vez por 4 a 1 y con un resultado mentiroso, ya que si ese día Brasil contaba hasta siete u ocho, nadie podía cuestionar nada. Y la última anteayer, con la caída por 3 a 0 en el debut del Coco Basile en su segundo ciclo.

La estadística apunta a que en todos los casos hubo jugadores y técnicos diferentes en la Argentina, reflejo de que no pasa por una cuestión táctica o una mala elección de los futbolistas porque, salvo excepciones, hasta los hinchas estuvieron de acuerdo en el noventa por ciento de las citaciones. El tema es más de fondo.

Parece que Brasil asimila mejor el cambio generacional. En la cancha de Arsenal se vio. Si no está Dida, aparece un tal Gomes con una gran seguridad. Si Ronaldinho está con molestias lumbares y prefieren no arriesgarlo, el reemplazante (Elano) hace dos goles y es la figura del partido. Si Dunga no tiene enganche para jugar, no se pone colorado y juega con un 4-4-2; que puede ser defensivo desde los números, pero muy ofensivo desde las características y la realidad en el campo de juego. Si Dunga no ve bien físicamente a Kaká y decide ponerlo en el banco, Daniel Carvalho juega como si fuera el dueño del sector izquierdo del seleccionado brasileño.

Si Ronaldo y Adriano no fueron convocados, Robinho adquiere cualidades de los dos para superar a cuanto argentino se le ponga en el medio en un primer tiempo para aplaudirlo de pie. Si Fred no puede hacer goles para ganar terreno sobre los potenciales titulares, él no se pone nervioso y juega para el equipo, como en el pase de taco que le dio a Kaká, de espaldas al arco en la jugada del segundo gol de Elano.

Si Gilberto Silva tiene que sacrificarse para hacerle marca personal a Riquelme, no tiene problemas y acepta porque lo hará en beneficio del equipo. Si Lucio pone cara de malo y no se achica ante los rivales -además de jugar bien-, eso potencia su figura.

¿Y la Argentina? Todavía sigue rezando que aparezca alguien que reemplace a Diego Maradona. Cuenta con muchísimos talentos, como Tevez, Messi, Saviola, Agüero, el mismo Riquelme, pero no encuentra la fórmula para juntarlos y lograr que funcionen. Sufre con la lesión de Hugo Ibarra y debe improvisar un lateral por la derecha, a tal punto que ni Pablo Zabaleta ni Leonardo Ponzio son naturales en esa posición.

A Basile no le gustó el rendimiento de Clemente Rodríguez, entonces hizo una modificación táctica, pero eso incomodó a Milito sobre el lateral, ya que es central. Y hace años que no se encuentra un central que reemplace con la misma jerarquía a Roberto Ayala.

De nada sirve como consuelo que en el libro del último Mundial figure que la Argentina terminó quinta contra el octavo puesto de Brasil. El carnaval se festeja en Río de Janeiro y en San Pablo como sedes de las celebraciones de los cinco títulos mundiales, que se imponen con presencia sobre los dos mundiales argentinos, el de 1978 y 1986. Y el último campeonato que ganó la Argentina en el seleccionado mayor fue en la Copa América 1993, justamente con Basile como DT.

Pasó mucho tiempo, pero además de que la tendencia aumenta y el seleccionado nacional se está acostumbrando a no dar vueltas olímpicas, Brasil sigue haciendo de las suyas con una risa cómplice.

Grondona elogia a Brasil, pero confía en la Argentina
Julio Grondona reconoció la superioridad de Brasil, pero confía en el futuro argentino. «Ellos tienen la mejor cantera del mundo, desde chiquitos juegan descalzos en la playa. Acá la historia es distinta, pero hay chicos como Messi, Agüero y Tevez, que nos van a dar muchas alegrías», dijo el presidente de la AFA a Télam.

Bochini está muy enojado con la selección
Ricardo Bochini fue muy crítico con la actuación argentina en Londres: «Brasil nos supera porque tiene más cambio de ritmo y un juego rápido. Nosotros nos quedamos en el fulbito, con demasiado toque y poca profundidad. Messi es el único que está a la altura de los brasileños».

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