El BM Valladolid empezó sus vacaciones antes de tiempo, ya que, salvo momentos muy puntuales, no estuvo a la altura de las circunstancias y pagó caro su lucha conjunta en la liga Asobal y en la Liga de Campeones, con una derrota ante un CAI Aragón por 35-38, que demostró ser un equipo compacto y peleón.
Los vallisoletanos salieron a la cancha demasiado relajados, fruto del cansancio acumulado y de que las vacaciones estaban a la vuelta de la esquina, lo que impidió que pudiera despegarse en el marcador en los primeros compases del partido, aunque tampoco logró hacerlo el conjunto zaragozano.
En el BM Valladolid se notó en exceso la ausencia de Chema Rodríguez, que fue sustituido por Velasco en la dirección del juego, y también hizo mella en el conjunto vallisoletano la floja actuación del guardameta, José Manuel Sierra, a consecuencia de la ineficaz defensa local.
Los aragoneses aprovecharon esta situación para ponerse por delante en el electrónico en el minuto 20, de la mano del aguerrido Arrhenius -finalmente expulsado del encuentro-, que dejó en evidencia las carencias del equipo de Juan Carlos Pastor.
Sólo cuando los vallisoletanos conseguían jugar en bloque, se mostraban capaces de adquirir cierta ventaja (19-17), pero el tiempo muerto solicitado por el técnico del CAI, Kosovac, surtió efecto y Zaky y Sorrentino volvieron a empatar el encuentro, aunque Muratovic se encargó en los últimos segundos de desequilibrar la balanza a favor de su equipo en el descanso (21-20).
Tras la reanudación, Pastor optó por sacar a Chema Rodríguez, lo que dio más rapidez al ataque de los vallisoletanos aunque la defensa continuó mostrándose muy floja y eso propició que los aragoneses se acercaran peligrosamente a la victoria.
El último espejismo que vieron los aficionados de Valladolid se produjo en el minuto 50, cuando su equipo conseguía una renta de dos goles (32-30), pero los de Pastor no contaban con la eficacia de un Álvarez que salió como una exhalación y, gracias a sus seis goles, concedió el triunfo al CAI.
La defensa vallisoletana fue un auténtico coladero y el ataque quedó limitado al empeño de los centrales en jugar con el pivote, lo que aprovecharon muy bien el rival para hacerse con el dominio del juego y, finalmente, también con el del marcador, que remató Cartón con el definitivo 35-38.
