(PD).-Fernando Alonso volvió a subirse al Renault. Lo hizo con puntualidad británica, a las 9:00 horas, en el circuito de Jerez de la Frontera. Los mecánicos del equipo francés arrancaron el motor del monoplaza, el mismo que pilotaron la pasada temporada Fisichella y Kovalainen, aunque con algunas mejoras (el alerón delantero, por ejemplo, es completamente nuevo), y el asturiano recuperó las sensaciones de sentirse piloto de Renault.
Alonso luce un casco muy parecido al que llevó en 2006, con colores azul y blanco, la bandera de España por debajo y la publicidad de ING, el patrocinador principal del equipo. El mono es blanco, azul y naranja, los colores de la entidad bancaria. El primer contacto fue breve, ya que uno de los McLaren se salió de la pista y provocó que los comisarios sacaran banderas rojas y pararan la sesión. Fernando regresó a los boxes tras dar la vuelta de instalación y se dirigió a su motorhome, mientras los mecánicos de Renault desmontaban el coche casi por entero.
Hoy y mañana rodará en Jerez con el R27, el coche que tantos disgustos ocasionó a Flavio Briatore en 2007. En el circuito andaluz, Alonso reaparecerá ante los focos, tras semanas de reposo, meditación y, finalmente, duro trabajo. Desde que anunció su regreso a la marca del rombo, su fijación ha sido el análisis de los problemas de la pasada campaña en Renault y el desarrollo del coche de la próxima temporada. La preparación física la ha alternado con sus labores técnicas, donde tiene fama de fino orfebre.
En las dos jornadas jerezanas, Alonso hará kilómetros al R27 para acumular datos y sensaciones de cara al nuevo monoplaza. Necesita ver en qué ha mejorado la versión de este año en comparación con el anterior. La próxima semana, en Valencia saldrá de dudas, al comprobar en la pista las reacciones de la última obra de los chicos de Briatore.
