EL GIGANTE SERBIO CONTRADICE A LOS QUE HAN ABANDERADO LA ANSIEDAD DE LA EXCELSA GIMNASTA AMERICANA

Djokovic impugna la ‘corriente Biles’: «La presión es un privilegio»

En España el asunto se ha ideologizado hasta el absurdo

Djokovic impugna la 'corriente Biles': "La presión es un privilegio"

Los Juegos Olímpicos 2020 que se celebran estas semanas en Tokio en 2021 y sin público en los estadios por culpa del maldito coronavirus, han transgredido por un asunto crucial las páginas de deportes para colarse en portadas y espacios de opinión.

La gimnasta americana Simone Biles (24 años), que venía deslumbrando al mundo desde hace tiempo con sus piruetas y habilidad puntera en los distintos aparatos de la gimnasia artística, se atascó mentalmente en plena competición por equipos, y se bajó del barco. Como si de una lesión de rodilla se tratara, a la americana se le cruzó algo en la mente y decidió abandonar tanto la competición por equipos como la individual:

Después de la actuación que hice, simplemente no quería seguir. Tengo que concentrarme en mi salud mental. Simplemente creo que la salud mental ha tomado más relevancia en los deportes en este momento.

En los anteriores Juegos, en Río de Janeiro 2016, Simone se volvió a casa con cuatro medallas: oro en salto, general individual y en general por equipos, y una de bronce en barra de equilibrio. Fue la abanderada de EE.UU. en la ceremonia de clausura. Un auténtico tornado competitivo. Al año siguiente, en 2017, Biles reveló haber sido víctima de abusos sexuales por parte del médico del equipo, lastre que se sumaba a su infancia, criada por sus abuelos por haber nacido fruto de unos padres adictos.

La superioridad de Biles en lo deportivo venía siendo aplastante: 19 títulos de campeona mundial y 25 medallas en campeonatos del Mundo, es la gimnasta más laureada de todos los tiempos, una auténtica figura en estos Juegos Olímpicos de Tokio.

Pero algo estaba torcido. Las participaciones de la atleta en los primeros días no habían venido estando acorde con su excelsa capacidad, con errores de bulto, como en el ejercicio de suelo -en la clasificación por equipos-, su máxima especialidad, donde incluso se salió de la pista.

«En crisis toda una ideología biopolítica…»

La ansiedad pudo con ella y se retiró a tiempo (hay quien pensará que antes de tiempo). Y el caso de Biles simplemente podría haber quedado ahí, pero ha sido mucho más que eso gracias a la cantidad de focos que tenía sobre su persona. El asunto se ha ideologizado en buena parte del Planeta. La ‘corriente Biles’, asumida por buena parte de la izquierda, que la ha abanderado, sacando a relucir los problemas psicológicos de la población igual que de los deportistas. Como todo, se puede tratar con normalidad o llevarlo al extremo. Y en España somos expertos.

Es imposible entender nada de este tuit anterior, ni ganas, pero Errejón estará orgulloso. Es la ‘corriente Biles’.

En contra, pareciera que el periodista Jorge Bustos, jefe de Opinión del diario El Mundo, se hubiera colocado justo enfrente, en oposición a la ‘corriente Biles’. Y ha puesto a la izquierda de los nervios. Esto escribe Bustos en su columna en el periódico: 

La retirada de Simone Biles ha recibido la general ovación que dicta el valor dominante del ternurismo: es como nosotros, todos somos frágiles, ya era hora de romper el tabú de la salud mental. Hombre, hombre. De la medianía de la especie partimos todos, pero lo que se les pide a los olímpicos desde Píndaro es precisamente que se eleven sobre el nivel medio. La pandemia, el cuestionamiento por dopaje, la presión de portar la antorcha de Phelps y Bolt explican bien la quiebra psíquica de Biles: no solo la comprendemos sino que la abrazamos.

Ahora bien, admirarla por romperse como cualquiera equivaldría a insultar sus conquistas previas. La admiración la reservamos para el día en que vuelva a vencer a la gravedad, sometiendo cuerpo y mente al despótico control que exige la grandeza.

«Para llegar a la cima de un deporte, tienes que aprender a gestionar la presión»

Y de pronto, cuando el debate parecía que empezaba a expirar, aparece una voz tremendamente fuerte en el deporte mundial y, de paso, en el olimpismo. Novak Djokovic, el gigante de la historia del tenis (aunque nos pese lleva trayectoria para ser más grande que Nadal), ha ‘impugnado’ de alguna manera las palabras de la propia Biles. En declaraciones a Reuters:

La presión es un privilegio. Sin ella no hay deporte profesional. Para esperar llegar a la cima de un deporte, tienes que aprender a gestionar la presión.

Dentro y fuera del terreno, se espera mucho… He aprendido a desarrollar un mecanismo para gestionar eso de manera que ya no me moleste, no me afectará más.

El serbio aspira a ser el primer jugador de la historia en ganar, en el mismo año, los cuatro Grand Slam y el oro olímpico. Una auténtica gesta que tiene a tiro, ¿tendrá presión por conseguirlo?

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Autor

José Pablo González

Licenciado en periodismo en 2010 por la Universidad Complutense de Madrid. Canterano del diario ABC, en Periodista Digital desde 2013, actualmente es redactor-jefe. 

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