¿Que es un área metropolitana?
Hoy, las ciudades pobladas no se acaban en su propia delimitación, realmente nunca lo han hecho, pues influyen enormemente en su entorno sobre el que condicionan multitud de aspectos más o menos fundamentales, de manera que su área de influencia es lo que podemos llamar: área metropolitana.
Las áreas metropolitanas tienen su origen, en general, en distintos motivos. Uno de ellos, con independencia de su evidente influencia, es el agotamiento del espacio de la ciudad base (caso de Barcelona). Otro las necesidades que la ciudad base impone a las limítrofes por traslado poblacional (Madrid). Otra la especialización y coordinación de competencias en el área (las compuestas por varias ciudades). Otra la dependencia en infraestructuras, etc.
En España existen cuatro clases principales de áreas metropolitanas en función de su tamaño, del número de habitantes a las que atienden.
En primer lugar y atendiendo a más de 3 millones de habitantes están Madrid y Barcelona. Le siguen con una población dependiente de entre 1 y 3 millones: Valencia, Sevilla y Málaga. Ya en tercera posición aquellas que cubren su influencia entre 0,5 y 1 millón de personas: Bilbao, Asturias, Zaragoza, Alicante-Elche, Murcia, Cadiz-Jerez, Vigo, Palma de Mallorca, Las Palmas y Granada. Finalmente aquellas que atienden a un total de entre 0,3 y 0,5 millones: Tenerife, La Coruña, Valladolid, San Sebastián, Tarragona-Reus, Pamplona, Córdoba, Santander-Torrelavega y Castellón.
Estas redes urbanas tienen como misión en conjunto, partiendo de objetivos comunes, bien parte de las necesidades de dormitorio, infraestructuras, servicios industriales, comerciales, de logística, de servicios, etc. que precisan las grandes ciudades y que no pueden atender por si solas, con el consecuente enriquecimiento de esas otras ciudades menores en su ámbito de influencia que se valen, a su vez, de servicios que sí disponen las grandes ciudades.
Siendo así, lo fundamental en un área metropolitana es la planificación conjunta entre la ciudad base y las de su ámbito de influencia, estableciendo, al partir de un marcado carácter determinado de la ciudad base, el tipo de ciudad que a cada una pertenece a la hora de competir exteriormente formando equipo, de ahí que su labor principal, la de la planificación, debe ser el inicio de todo acuerdo.
El Caso de Vigo es paradigmático de todo lo contrario a lo que hay que hacer y de lo que se espera de un área metropolitana. En primer lugar, falta un acuerdo claro en la propia ciudad base sobre su vocación como ciudad, su modelo, el tipo de ciudad que se pretende, una ciudad además, a la que se le ha anulado su Plan General en el momento de crear el área, un Plan General que no contenía determinación alguna sobre el tipo de ciudad que se pretendía, ni sus objetivos, ni por tanto infraestructura alguna tendente al desarrollo de tipo de ciudad determinada en concreto.
Así las cosas, el ámbito del Area nada tiene que ver con una programación efectiva de coordinación de objetivos entre los distintos municipios que la componen en aras de la consecución de dichas metas, sino simplemente en función de la voluntad de todo municipio de la provincia en integrarse, con exclusión de Pontevedra, la capital y por tanto considerada competidora, de tal manera que llegan a integrase en el área municipios que nada tienen que ver, en ningún sentido con Vigo, ni con objetivo alguno medianamente presentable, como pueden ser Fornelos de Montes o Pazos de Borbén, todo ello en un evidente sinsentido amparado únicamente en la creación de un nuevo ente que compita con la propia Pontevedra, al no disponer Vigo de capitalidad, lo que evidencia el eterno complejo y la mediocridad de quienes nos gobiernan.
Durante años y sin previsión alguna de funcionamiento efectivo, se consume el tiempo en discusiones internas con la Xunta, la Diputación y los ayuntamientos colindantes a la ciudad base, sobre quien mandará en el nuevo organismo a crear, al parecer lo único realmente importante para los distintos políticos. Finalmente, el alcalde de Vigo, enemigo declarado de la Xunta y de todos los ayuntamientos limítrofes, en una pirueta circense, de la noche a la mañana, pasa a ser el amigo más amigo de todos sus vecinos, hasta conseguir su apoyo para la mayoría absoluta del gobierno del ente, lo que al disponer de la alcaldía de Vigo y de la Diputación de Pontevedra, donde tiene a su satélite al frente, le convierten en el dueño y señor de todo lo que se mueve en el sur de la provincia, con independencia de que aun nadie sepa para que va a servir el Area, ni en que van a beneficiarse de ello sus ciudadanos, empresas, instituciones y Galicia en general, aunque eso si, sus siervos y los medios a su servicio, aplaudiendo con las orejas.
Desde un alarmante desconocimiento de la misión de un área metropolitana, y empezando el edificio por el tejado, se habla únicamente del abaratamiento del transporte regional como principal objetivo, algo que tanto la Xunta como la Diputación pueden acometer dentro de sus competencias sin necesidad alguna de creación de un nuevo ente, con todo el coste que ello va a representar en impuestos para los ciudadanos “beneficiados” en ello. De momento ningún otro cometido se ha planteado, al menos de forma más o menos explicita.
Como toda crítica ha de ser constructiva para tener un mínimo de credibilidad, voy a dar mi parecer sobre la misión que a mi juicio habría que otorgarle al área metropolitana de Vigo para que tuviera sentido y alcance.
En primer lugar, al igual que existen las áreas de Asturias (Gijón-Oviedo-Mieres), Alicante-Elche, Cádiz-Jerez, Tarragona-Reus o Santander-Torrelavega, el área debería ser Vigo-Pontevedra. Me explico:
A la hora de definir los objetivos de competitividad del área, hay que considerar en primer lugar las potencialidades de la zona, como son la de disponer de dos puertos importantes con grandes calados y abrigo extraordinario como son Vigo y Marín, con una industria de calado como es la ubicación en Vigo de la fabrica de automóviles PSA-Citroen, su industria auxiliar y la de la pesca, su procesamiento, industrias de la conserva, capacidad extractora, construcción naval, destino portuario, etc., con la posibilidad de unificar las autoridades portuarias de Vigo y Marin especializando los puertos en coordinación y creando en el Morrazo una importante área logística con la pretensión de conseguir para el área convertirse en el puerto de Madrid (hoy Valencia), atrapando los destinos de los nuevos buques Pospanamá con la apertura del canal, buques de gran calado provenientes del Pacifico, con grandes problemas de acceso a los puertos del mar del norte, lo que nos obligaría a potenciar comercialmente la linea ferroviaria comercial con Madrid y con la cornisa cantábrica cara a Europa, transformando el aeropuerto de Vigo en el aeropuerto comercial de Galicia y norte de Portugal, encontrando los retornos necesarios para ello, con vuelos también a Madrid, Barcelona y algún otro de contrastada demanda, tanto turística como comercial o industrial y dejando para usos internacionales el de Santiago al que acercarse a través de un ramal del AVE desde Santiago, acercando con ello a Vigo y Pontevedra a la salida aeroportuario internacional con facturación en el propio AVE ahorrando tiempos a todos en relación a la oferta actual.
Para ello sería interesante incluir en el área a los principales ayuntamientos limítrofes de ambas ciudades y a todos aquellos con infraestructuras necesarias para el buen funcionamiento del área, ya sean viárias, ferroviarias, portuarias o aero portuarias, de manera que el área quedara constituida por 18 ayuntamientos. Los que componen la ria de Vigo: Bayona, Nigrán, Vigo, Redondela, Soutomayor, Vilaboa, Moaña y Cangas. Los que componen la ria de Pontevedra: Bueu, Marin, Pontevedra, Poio, Sanxenxo y El Grove. Los colindantes con Vigo: Gondomar y Mos, y finalmente Porriño y Tuy, por sus infraestructuras de apoyo, potencialidad industrial, comunicaciones y contacto directo con Portugal.
En cuanto a infraestructuras, se dispondría de dos puertos importantes complementarios, a especializar en cargas, como son Vigo y Marín, tres polos importantes de atracción turística como Bayona e islas Cies, Sanxenxo e isla de Ons y La Toja, cuatro campos de golf (Ria de Vigo, Aero Club de Vigo, Meis y La Toja) con un quinto (Mondariz) muy cercano, un aeropuerto, dos universidades, vía férrea con Portugal, con la meseta y con el norte, autopista a Portugal, al norte y al sur de la provincia, autovía a la meseta, Portugal y a las penínsulas del Morrazo y Salnés, etc.
Con estos mimbres, habría que llevar a cabo un Plan de Ordenación Metropolitano en el que ubicar lo necesario en cada municipio para alcanzar los objetivos del área, especializando económicamente a cada uno en aquello que pueda aportar en mejores condiciones, ya sea en forma logística, industrial, comercial, de servicios, cultural, etc. coordinadamente en aras de contribuir en las mejores condiciones a una mejor competitividad para el área y en definitiva para el progreso de todos sus ciudadanos.
Con un área metropolitana fuerte en el sur, otra en el norte (La Coruña-Ferrol) y una central Santiago-Villagarcía, no competitivas, complementarias y en dirección de coordinar sus posibilidades, Galicia, al unísono, podría llegar a ser una euroregión competitiva de cara a atraer inversiones, de crecer y de enriquecerse.
Si estas áreas, por otra parte, en lugar de estar mangoneadas por ignorantes y pueblerinos políticos en permanente disputa, fueran regidas por auténticos gestores, profesionales contrastados y empresarios competitivos, el éxito podría estar garantizado.
Esto es un Area Metropolitana.
Lo que de momento se pretende es una solemne estupidez, una aldeanada, una ignorancia lamentable sobre nuestras posibilidades, una ocurrencia, una carencia inquietante de ideas, un gasto inútil, un capricho de vanidoso y vacuo dictador, un seguidismo patético de la oposición, un localismo cateto, una nueva ambición de mangoneo, un alarde de complejo y demagogia, un dispendio irresponsable y una nueva cueva de paletos a colocar, al tiempo.
Otro paso atrás, y van…