Desde el Atlántico

Carlos Ruiz

El Reino Unido no quiere ser cómplice del terrorismo

La noticia ha saltado hoy mismo: el ministro británico de Exteriores, David Miliband, confirma la expulsión de un diplomático de la embajada de Israel en Londres por el uso de pasaportes británicos clonados en enero en Dubai y utilizados en el asesinato de un dirigente palestino. Eso es lo que se espera de un Estado de Derecho.

En este blog planteaba una cuestión, la de saber, en qué medida los Estados de Derecho occidentales (en concreto, el Reino Unido, Irlanda, Francia y Australia) se hayan podido degradar hasta hacerse cómplices del asesinato de Estado.

Afortunadamente, al menos uno de los países implicados, el Reino Unido, ha reaccionado, según nos informa Walter Oppenheimer en El País:

El Gobierno británico ha expulsado a un diplomático de la embajada de Israel en Londres por el uso de pasaportes británicos clonados en enero en Dubai y utilizados en el asesinato de un dirigente palestino.
El jefe del Foreign Office, David Miliband, ha anunciado la decisión en los Comunes.

La importancia de la reacción británica reside en dos cuestiones:

1. Se acusa no directa, pero sí indirectamente a Israel del asesinato:

Aunque no ha acusado directamente a Israel del asesinato del dirigente de Hamás, Mahmud al Mabhuh, sí ha explicado que los investigadores británicos han concluido que «es muy probable que las falsificaciones fueran realizadas por servicios de inteligencia estatales». Y añadido: «Tenemos poderosas razones para creer que Israel fue responsable del mal uso de pasaportes británicos».

-2. Se rechaza la falsificación de documentos británicos para cometer crímenes por otros Estados:

«El Gobierno se toma este asunto muy en serio. El mal uso de pasaportes británicos es intolerable. Supone un peligro para la seguridad de los nacionales británicos en la región. Y representa también un profundo atropello a la soberanía del Reino Unido», ha dicho. «El hecho de que lo haya hecho un país amigo, con importantes vínculos diplomáticos, culturales, económicos y personales con el Reino Unido no hace más que añadir insulto a la injuria. Ningún país o Gobierno puede permanecer impasible en esa situación», ha añadido.

El Reino Unido, con esta posición, demuestra algo que debiera ser obvio cuando se lucha contra el terrorismo: no vale todo.
Y no vale todo por dos sencillas razones que debieran tener muy en cuentas los «fans» de Guantánamo en España (entre los que abundan muchos de los que en España dicen luchar contra el «yihadismo») :
1º. porque desde el momento en que «vale todo» no es posible trazar la frontera entre «los buenos» y «los malos»;
2º. porque si «vale todo» no tenemos argumentos para rechazar que nos hagan lo que nosotros les hacemos a ellos.

Evidentemente, en estas circunstancias la lucha contra el crimen es más difícil.
Pero es que sólo así la lucha contra el crimen no es otro crimen.
Sólo así podemos decir que lo que hacemos es justo.

APÉNDICE (23-III-2010)rk Times, en su edición de 23 de marzo, publica un lúcido artículo de Robert Wright, titulado Against ‘Pro-Israel’.
El artículo desmonta los alegatos que se suelen hacer por quienes, desde los Estados Unidos (y, añado yo, desde España) dicen defender a Israel. Como demuestra Wright, esas «defensas» ni sirven a los intereses de Estados Unidos (ni, añado yo, de España) ni en realidad son útiles a largo plazo para Israel.

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Autor

Carlos Ruiz Miguel

Catedrático de Derecho Constitucional Director del Centro de Estudios sobre el Sahara Occidental Universidad de Santiago de Compostela

Carlos Ruiz Miguel

Catedrático de Derecho Constitucional
Director del Centro de Estudios sobre el Sahara Occidental
Universidad de Santiago de Compostela

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