Desde el Atlántico

Carlos Ruiz

Cospedal: referente del futuro autonómico

Asistimos a una revolución en el Estado autonómico. Decía aquí el 25 de junio que puede haber “un antes y un después” de Cospedal. Las medidas anunciadas el 31 de agosto por la nueva presidenta de Castilla-La Mancha confirman que, sin duda, asistimos al cambio más importante que ha habido en el Estado autonómico desde 1981.

Hay dos ideas sobre el Estado autonómico en las que no ceso de insistir. La revolución autonómica de Cospedal afecta a ambas. La primera idea es que “más Estado autonómico es menos Estado social” y viceversa. La segunda idea es que, desde 1979, las autonomías se han construido siguiendo el (fracasado) modelo catalán, es decir, el proyecto de crear mini-Estados. Esta pretensión de “clonar” al Estado ha originado numerosísimos organismos duplicados.

El ABC es el periódico que está denunciando con más insistencia el despilfarro autonómico y local: sea el de los delirios aeroportuarios o sea el provocado por organismos inútiles. El Valedor de Pobo inició un conato, patético, de respuesta. Luego la presidenta del Consejo Consultivo quiso tomar el relevo de la defensa de los organismos inútiles y duplicados. Pero después del reportaje de este periódico el día 11 de julio se callaron. La nueva presidenta del Consejo Económico y Social está encantada con su nuevo capricho. Y el presidente del Consello Gallego de la Competencia sigue intentando no llamar la atención.

Cospedal ha propuesto un programa con un objetivo básico: cumplir con el límite de déficit que se ha señalado por el Gobierno para evitar que vayamos al precipicio. Y a buena fe que se puede cumplir. Un ahorro de 1.815 millones de euros (el 20% del presupuesto total) para conseguir que el déficit de la autonomía (el mayor de España: 4’9%) se reduzca al 1’3%. Ese programa se guía por dos ideas básicas. La primera, que salvaguardar en lo que se pueda el Estado social es más importante que mantener la estructura autonómica. La segunda, que la autonomía no debe ser un “mini-Estado” y por tanto hay que suprimir organismos que ya existen en el Estado (Defensor del Pueblo, Consejo Económico y Social, Tribunal y servicio de la competencia, etc.).

En Galicia Feijoo ha aprobado un ahorro de 130 millones. Es un buen intento, pero no parece que sea suficiente para garantizar la viabilidad del Estado autonómico. El modelo de Cospedal así, no sólo es un modelo contra la crisis para las autonomías del PP; sino que parece el único que puede salvarnos de la ruina.

NOTA:
Este artículo se publicó en el diario ABC, en su edición de Galicia, el día 3 de septiembre de 2011.

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Autor

Carlos Ruiz Miguel

Catedrático de Derecho Constitucional Director del Centro de Estudios sobre el Sahara Occidental Universidad de Santiago de Compostela

Carlos Ruiz Miguel

Catedrático de Derecho Constitucional
Director del Centro de Estudios sobre el Sahara Occidental
Universidad de Santiago de Compostela

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