Si en 2020 una familia española se dejaba 600 euros en calefacción de gas natural, este año la factura superará los 1.200 euros. Es decir, unos 100 euros más por factura, dado que el gas se abona cada dos meses.
No obstante, el verdadero incremento será en los meses de invierno, ya que el consumo de gas es muy estacional, concentrándose en invierno el 80% del consumo. Así, los consumidores se van a enfrentar a facturas de entre 200 y 300 Euros durante los meses de diciembre a marzo.
El problema es que los clientes con tarifa regulada no serán conscientes del coste hasta el año que viene. Y es que con las nuevas medidas del gobierno – Real Decreto Ley 17/2021-, los clientes acogidos a la tarifa de último recurso -conocida como la Tarifa de Último Recurso o TUR- han visto cómo se introducía un «techo» en el coste de energía para el cuarto trimestre de 2021 y el primer trimestre de 2022, si bien tendrán que hacer frente al déficit generado con incrementos de precios adicionales en las siguientes revisiones de la tarifa. A pesar de dicho límite, un cliente en la TUR en enero de 2022 tendrá que pagar 21% más en enero que respecto al mismo periodo del año anterior.
No obstante, donde sí se está dejando notar la subida del gas es en los costes de las pequeñas y medias empresas españolas que se encuentren en el mercado libre del gas. La subida del precio del gas afecta a sectores industriales que resultan esenciales para la economía (como el refino, química y metalurgia) y para las familias (como la alimentación, construcción y textil).
Por ejemplo, una fábrica que consuma 45 GWh/año de gas pagará más del triple en 2022 que en 2020. Es decir, su factura pasará del millón de euros de hace un año, a que este ejercicio rebase los 1,6 millones de euros y a finales de 2022 estará en los 3 millones de euros.
Los verdaderos vencedores de la fuerte subida de esta materia prima son las compañías gasistas, que están teniendo subidas desorbitadas en lo que va de ejercicio en el parqué. Productores como Gazprom y Statoil han subido más del 50% en el último año y los importadores como REPSOL , BP, Shell y Total han subido más de un 20% desde el 1 de enero.
La fuerte subida de las commodities también se deja ver en la cuenta de resultados y en su evolución en lo que llevamos de ejercicio. Por ejemplo, en España, la compañía Naturgy obtuvo un beneficio neto de 777 millones de euros en los nueve primeros meses del año, lo que representa un incremento del 58,6% con respecto al mismo periodo del ejercicio anterior. Además, su cotización se ha revalorizado más de un 40% desde el 1 de enero y de esta forma, su cotización está en máximos.
Esta subida de las materias primeras penaliza la balanza comercial de España, ya que es un país que importa la práctica totalidad de hidrocarburos que consume. La factura de hidrocarburos alcanza el 5,3% del PIB. El incremento del precio del gas natural es del orden del 470% si se compara con la media histórica de 2016-2020 y a esto se añade al incremento del petróleo, que ha sido del 39% si se compara con la cotización media del segundo semestre 76,4 dólares por barril.