La investigación de la jueza Alaya al sindicato UGT con motivo de los ERE fraudulentos está sirviendo a la vez para comprobar que el sindicato de Cándido Méndez viene a ser una suerte de estos establecimientos regentados por asiáticos, una especie de todo a un euro, pero donde puede hallar productos que no va a encontrar usted en el mejor de los chinos de toda España.
Según se cuenta en la edición del 30 de diciembre de El Mundo, el sindicato UGT ha cargado a la Junta de Andalucía y al Gobierno todo tipo de material de propaganda, como gorras o silbatos, pero también los 700 maletines falsificados en Asia, pancartas, maletas, carpetas, paraguas y todo tipo de bolígrafos de marca y sin ella.
Además de todo el material endosado a las administraciones con facturas falsas, con el que casi se podría montar un bazar, hay más objetos que lucen el logo de UGT, como se pudo constatar el 19 de diciembre de 2013, durante los registros ordenados por la juez Mercedes Alaya en la sede regional del sindicato en Sevilla.
Otro gasto pintoresco colado a la Junta es una factura de la empresa sevillana Silva Donaire por el «alquiler, transporte, carga, descarga, montaje, desmontaje, banqueta y afinación» de un piano – el modelo C3 de la marca Yamaha – , que ascendió a 626,40 euros. Con ese instrumento se ofreció un concierto a los asistentes al IX Congreso Regional en 2009. Está claro que si se trata de dar la nota, la formación de Cándido Méndez lo logra. Lo que no se sabe a ciencia cierta es si lo hace de forma afinada o más bien desafinada
