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El presidente el Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, advierte de que el plan de inversiones anunciado esta semana por el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, sólo funcionará si se abordan las necesarias reformas estructurales en los países de la zona del euro.
En unas jornadas económicas organizadas en Berlín por el diario «Süddeusche Zeitung», Dijsselbloem recordó que el plan aspira a movilizar 315.000 millones de euros y subrayó que para convencer al capital privado de que vuelva a invertir en Europa se debe crear el marco adecuado, aunque haya que tomar decisiones «difíciles».
Abogó por ejemplo por recortar los costes laborales, «demasiado elevados todavía», y se mostró convencido de que hay vías para compensar la merma de recaudación que implicaría reducir los impuestos sobre los salarios, desde la denominada «fiscalidad verde» hasta el IVA.
Los países europeos deben además desmontar barreras proteccionistas que blindan determinados sectores profesionales y, en especial, el sector servicios, añadió.
Junto a las reformas estructurales, reiteró la necesidad de respetar sin fisuras el Pacto europeo de estabilidad y crecimiento y sus reglas de control presupuestario.
Dijsselbloem avaló la actuación de la Comisión Europea al evaluar el viernes los presupuestos nacionales de los socios de la moneda única porque, dijo, «ha sido muy clara» y no ha dado amplios márgenes a los países con incumplimientos, sino que les ha advertido de que tienen que hacer «esfuerzos extra» y que se comprobarán en marzo.
El Eurogrupo seguirá esta evolución y Dijsselbloem se comprometió a garantizar que será «un proceso serio», porque el pacto es «esencial» para que el mundo confíe en la eurozona y para que llegue la inversión y «crucial» también para que haya confianza entre los socios de la moneda única.
Tras insistir en que «la política fiscal» debe seguir siendo una prioridad, recordó a Francia que «tiene que hacer más» tanto desde el punto de vista presupuestario como en el camino de las reformas.
Junto a las inversiones y la consolidación fiscal, el presidente del Eurogrupo citó como un tercer elemento clave para fomentar el crecimiento en Europa la política monetaria, aunque advirtió del «gran riesgo» de los últimos movimientos de los bancos centrales.
A su juicio, tanto el Banco Central Europeo como otros bancos centrales, al anunciar la puesta en marcha de instrumentos cada vez «más y más grandes», pierden efectividad y pueden crear «burbujas» que amenacen en el futuro la recuperación económica.