Una filipina para la «Cocina Blanca»

La residencia La cocinera de la Casa Blancaoficial del presidente de Estados Unidos tiene nuevo chef, por primera vez mujer y por primera vez de una minoría étnica.

Un camarón muy cocinado puede crear un roce diplomático o una indigestión presidencial. Quizá por eso le tomó tiempo a la primera dama Laura Bush conseguir quién manejara la cocina de la Casa Blanca.

Después de seis meses de búsqueda, Cristeta Comerford, de 41 años, fue seleccionada como la nueva encargada de los fogones presidenciales.

Comerford, ciudadana estadounidense originaria de Filipinas, tenía ya una década trabajando en la cocina de la Casa Blanca, hasta ahora como asistente del Chef.

Pero cuando en febrero pasado Laura Bush pidió al anterior jefe de cocina Walter Scheib, heredado de la era Clinton, que empacara sus cacerolas y sus cuchillos, Comerford quedó al mando temporalmente.

El primero en elogiar la selección fue justamente Scheib, quien fue quien la contrató en 1995: «Ella es excepcional en tomar un concepto y convertirlo en un plato» dijo Schieb al diario The Washington Post.

Ahora Comerford encabezará un equipo que aunque oficialmente es de cinco personas, suele tener a más de 25, sobre todo en grandes conmemoraciones o cenas de Estado.

Mala paga

La primera dama estadounidense intentó atraer a un cocinero de alto renombre para que se encargara de la alimentación del personal gubernamental y de los más de 2.000 invitados que, en promedio, visitan mensualmente la residencia presidencial.

Entre esos visitantes hay dignatarios y personalidades a quien más de un cocinero quisiera agradar con sus creaciones culinarias. Sin embargo, ningún chef famoso se mostró interesado. Al parecer el problema es el sueldo: aproximadamente US$100.000 anuales, sin derecho a acumular horas extras.

No es que sea un estipendio despreciable, pero sucede que una vez en la Casa Blanca no puede haber trabajos paralelos, como invitaciones a televisión o esos suculentos contratos editoriales, de los que tantos cocineros se alimentan.

100 aspirantes

Laura Bush necesitó seis meses para decidir quien sería el nuevo chef de la Casa Blanca.

Pero sin duda el cargo es un honor y es una experiencia valiosa para quien lo ejerza, como demuestra el que en seis meses fueran entrevistados unos 100 candidatos, quienes eran invitados a cocinar para los Bush en ocasiones especiales.

Según cuentan muchos de aquellos aspirantes, la experiencia no siempre resultaba del todo buena porque los cocineros de la Casa Blanca querían el cargo para uno de ellos.

Como suele suceder en muchas ocasiones, y en muchas corporaciones, al final la persona indicada estaba dentro del propio personal.

La prueba definitiva para Comerford parece haber sido en julio pasado, durante la cena en honor al primer ministro de la India, Manmoham Singh, a la que fueron invitadas 134 personas.

Allí, sin duda que los camarones estuvieron en el punto perfecto.

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Autor

Juan Luis Recio

Blogger gastronómico y de tendencias, crítico de vinos (XL Semanal), letrista, sociólogo, mensista, poeta

Juan Luis Recio

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