Estudio postvacacional de hábitos, dietas y actividad física

El dato ha sido alarmante, aunque habitual. Tras las vacaciones de verano, una de cada dos personas ha aumentado entre dos y cinco kilos de peso tras el verano, según un nuevo estudio de opinión realizado por IMEO quemuestra que en un 47 por ciento de los casos se descarta hacer dieta en los meses de calor y en un 57% se realiza insuficiente ejercicio físico. No obstante, las personas que no abandonan sus hábitos saludables en verano son los que se cuidan igualmente a lo largo del año.

Por otra parte, las causas más comunes de complejos en verano, relacionadas con el sobrepeso son: llevar una talla superior de ropa, ir en bañador en la playa y comentarios sobre el aspecto físico. Veamos todo esto en mayor detalle seguidamente.

El caso es que, concluido el verano, el Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO) ha hecho públicos los resultados de un nuevo estudio que indaga en la manera en la que varían nuestros hábitos, dieta y actividad física en el período estival. El estudio profundiza en las experiencias personales y refleja la opinión de 204 encuestados a través de una entrevista personal, presencial o telefónica, realizada entre junio y agosto en Madrid. La participación ha sido voluntaria y de orden aleatorio, abarcando perfiles muy variados que representan individuos de ambos sexos, en edad adulta y de distinta condición física y social.

Del total encuestado, 69% son mujeres y 31% hombres. La mitad de ellos (51%) tiene una edad comprendida entre 36 y 59 años, el 34 por ciento son menores de 35 años y un 15 por ciento, mayores de 60 años. La inmensa mayoría se encuentra ocupada y sólo un 20 por ciento es desempleada. El 80 por ciento vive en pareja o tiene niños a cargo. El 52 por ciento de los encuestados no tiene exceso de peso, un 30 por ciento reconoce tener sobrepeso, un 14 por ciento muestra obesidad y en un 4 por ciento de los casos eluden dar información sobre su condición física.

Es curioso observar que, en esta muestra, solteros y casados se cuidan por igual.
Una conclusión esperanzadora que deriva del estudio, según Rubén Bravo, portavoz del IMEO, es que el 65 por ciento de los solteros y el 64 por ciento de los que comparten responsabilidad familiar mantienen sus hábitos saludables durante las vacaciones de verano. Su perfil corresponde a personas que se encuentran dentro o cerca de sus niveles de normopeso, sin que éste experimente importantes altibajos, hacen dieta al menos una vez al año y practican ejercicio físico con cierta regularidad, como mínimo dos días a la semana. La gran mayoría asegura que no tiene complejos relacionados con el exceso de peso.

A pesar de estos datos optimistas, resalta a la vista un hecho que hasta ahora solo se podía intuir: casi la mitad de las personas (un 47%) descarta de antemano la posibilidad de estar a dieta en verano, frente al 22,5 por ciento que sí la contempla. Además, un 22,5% de los participantes matiza que se pone a régimen antes de la época estival, un 4% lo hace antes y después, y otro 4% deja la tarea para después de las vacaciones. Sólo uno de cada tres consulta algún profesional, nutricionista o endocrino, antes de ponerse a régimen y uno de cada diez puntualiza que lo haría «sólo si su objetivo es perder más de 10 kilos».

Por otro lado, cabe destacar que al parecer se engorda más en Navidades que durante el verano. A la pregunta ¿cuándo experimenta más aumento de peso?, el 29 por ciento señala como principal «culpable» el período navideño y tan sólo un 14 por ciento los meses de verano. El 39 por ciento indica que puede aumentar de peso «a lo largo de todo el año, independientemente de la época». Un 18% indica no tener altibajos importantes de peso.

Y en relación al dato que avanzábamos de que una de cada dos personas aumenta entre 2 y 5 kilos de peso en verano, veamos cómo se desarrolla ante la pregunta de cuánto peso cogemos normalmente en verano: el 25 por ciento de los encuestados aumenta menos de un kilo, un 31 por ciento entre 2 y 3 kilos, un 23 por ciento apunta entre 3 y 5 Kgs y sólo un 2% indica que engorda más de 5 kilos. Apenas un 19 por ciento de las personas aprovecha la época de calor para perder peso.

Las situaciones críticas para seguir una dieta saludable, según los entrevistados que en algunos casos han marcado más de una respuesta, son: reuniones familiares y cenas tardías (prevalencia en un 42% de las respuestas), chiringuitos y terrazas (en un 33%), establecimientos de comida rápida (en el 25%), hoteles con bufé libre (un 16%) y fiestas regionales (cerca del 9%).

Uno de cada tres califica su proyecto vacacional como más bien sedentario . Así, el 36,2 por ciento de las personas califica su proyecto vacacional de verano como más bien sedentario; el 35,2 por ciento apunta que realizaría alguna actividad física al aire libre; el 10 por ciento opta por unas vacaciones de ocio deportivo; el 9% asegura que continuará yendo al gimnasio y otro 9 por ciento se decanta por escapadas puntuales, «ya que no tiene vacaciones». Cerca de un por ciento señala que no prevé «ninguna actividad física» en su proyecto vacacional de verano.

Más de la mitad es consciente que no hace ejercicio físico con regularidad. En cuanto al ejercicio físico de intensidad alta o moderada, el 34 por ciento de las personas reconoce que lo hace «alguna vez, pero no todas las semanas». El 23 por ciento apunta que se ejercita «apenas una vez y normalmente el fin de semana». El 25 por ciento hace deporte entre dos y tres días a la semana, y el 17 por ciento, más de 3 días. Un por ciento anota que no realiza ejercicio físico ningún día de la semana.

Solamente el 15 por ciento de las personas entrevistadas que tenían sobrepeso u obesidad confiesan que tienen dificultades adicionales a la hora de encontrar trabajo o ascender en el mismo. Uno de cada dos personas (51%) reconoce que cuando se incorpora al trabajo en septiembre experimenta síntomas de síndrome post-vacacional.

Las causas principales de complejos en verano enumerados por los encuestados en función del grado en el que les incomodan son (en este orden y con más de una opción marcada en cada respuesta):

– Llevar una talla superior de ropa (se repite en 25% de las respuestas como «incomodidad nº1»);
– Ir en bañador en la playa (destacada en un 21%);
– Comentarios de terceras personas sobre el aspecto físico (16%);
– Asientos demasiado estrechos en algunas terrazas o en el avión (14%);
– Sudar de forma excesiva (7%).

Un 27 por ciento afirma que, al no tener exceso de peso, carece de complejos relacionados.

El contenido de esta información está revisado y consensuado por el equipo de nutricionistas del IMEO.

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Autor

Juan Luis Recio

Blogger gastronómico y de tendencias, crítico de vinos (XL Semanal), letrista, sociólogo, mensista, poeta

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