Recuerda que lo más importante es redondear la faena, eso es lo que los expertos llaman calidad post-coito
Ella sonríe y te dice que ha sido genial. No te fíes, es un simple premio de consolación. Cada mujer tiene unos resortes específicos que la conducen al orgasmo.
Y ninguna tiene la gentileza de proporcionarte su manual de instrucciones en la primera cita.
Los periodistas de Menshealth aseguran dado con algunas jugadas magistrales para que ella se deshaga de placer en tus brazos.
Tu lengua
Una táctica inspirada en la estrategia utilizada por Muhammad Ali para derrotar a George Foreman. Ali permaneció de pie durante siete rounds seguidos, aguantando el temporal, antes de volver a la vida y mandar a un agotado Foreman al suelo.
Cuando se trata del cunnilingus, tienes que actuar como Ali:
- Conserva tu energía dejando que ella mueva su pelvis alrededor de tu lengua. Empieza con golpecitos suaves y rítmicos. Sigue con un lametón largo, como si chuparas un helado desde abajo hasta arriba, que cubra toda la superficie de sus labios interiores y acabe en la capucha del clítoris. No importa lo que ella haga, mantén un ritmo lento, suave y consistente. Excítala hasta el delirio.
- Dale una serie de golpecitos rápidos verticales y en diagonal sobre el clítoris.
- Vuelve a los lametones lentos y muy suaves.
- Repite hasta que se derrita.
«El clítoris es una zona extremadamente sensible, por lo que una estimulación demasiado vigorosa puede causar molestias o dolor. Con esta fórmula se consigue que la sangre fluya poco a poco. Los golpecitos vigorosos rompen la rutina y resultan muy placenteros», explica el terapeuta de parejas Mauricio Soler.
Tus manos
Las mujeres nunca olvidan las habilidades digitales de un hombre. Haz que las tuyas sean memorables.
- Túmbate de lado.
- Pon tu mano sobre su vulva, presionando sobre la zona púbica con la base de la palma de tu mano. Pasea tus dedos por encima de la vulva.
- Deja que ella haga presión contra tu palma y utiliza el dedo índice y el medio para hacer movimientos rítmicos en la entrada vaginal.
- Comienza a estimular ligeramente la capucha del clítoris con las puntas de los dedos. Presiona con delicadeza los labios.
- Para variar, introduce dos dedos, presionándolos contra la pared frontal de la vagina. Así estimularás tanto el clítoris como el punto G. La estarás obsequiando con un delicioso 2 x 1.
Por qué funciona: Este movimiento estimula su vulva de arriba abajo.
«En esta zona hay muchas terminaciones nerviosas que normalmente se olvidan», explica la sexóloga Elena Gras. Además, mientras ella presiona su clítoris con la palma de tu mano, tú tienes libertad para dedicarte a otros trabajitos manuales…
Tu pene
Esta parte te va a gustar: tu pene entra en acción. Acuérdate de usarlo fuera de su vagina de vez en cuando y obtendrás resultados sorprendentes.
- Céntrate en penetraciones poco profundas. Colócate en la posición del misionero, con una penetración vaginal mínima. Deja que el pene descanse dentro de ella.
- Quédate ahí, merodea, serpentea… Presiona el prepucio del pene contra la capucha del clítoris. O presiona el miembro contra el clítoris y, delicadamente, empuja entre los pliegues de los labios sin llegar a penetrarla; como si tu pene fuera un pincel y estuvieras pintando su clítoris.
- Cuando penetres con profundidad, presiona tu hueso pélvico hacia el clítoris y mantén la posición.
Por qué funciona: Estás presionando puntos calientes.
«La mayoría de las terminaciones nerviosas que intervienen en el orgasmo se ubican en la superficie de su vulva y en los tres primeros centímetros de la entrada vaginal», asegura Soler.
Cuando la penetras profundamente y aguantas, la sensación de roce, combinada con la estimulación del clítoris, le proporciona un inmenso placer.
Manos, pene, y un vibrador
Su punto G, que es del diámetro de una moneda de diez céntimos, está situado en la pared frontal de la vagina, a unos pocos centímetros hacia el interior. Puedes sentir como se hincha durante la excitación sexual.
Piensa en él más como en una zona que como en un punto concreto. Responde a una presión más firme que la que se debe emplear con el clítoris, de modo que, en este caso, los dedos o un vibrador funcionarán mejor que el pene.
- Introduce un vibrador unos 3 o 4cm en el interior de su vagina, a continuación, levántalo para presionar el punto G. Estimula el clítoris con tu lengua.
- Durante la relación sexual, estimula su punto G penetrándola desde atrás y presionando hacia abajo. Utiliza una mano para masajear su zona púbica, logrando que roce el punto G desde fuera.
Por qué funciona: Los orgasmos del punto G no ocurren independientemente de los orgasmos clitorianos. Nuevas investigaciones sugieren que esta zona puede ser en realidad la raíz del clítoris. Intenta combinar siempre la estimulación clitorial con la del punto G o, al menos, ve alternándolas.
«Así se consiguen orgasmos muy intensos y una sensación de plenitud muy placentera», comenta Gras.
Lengua, mano, pene, vibrador… y paciencia
Las mujeres pueden disfrutar de orgasmos múltiples porque retienen sangre en la zona pélvica después del clímax.
Su clítoris sólo necesita un poquito de tiempo para recuperarse: se vuelve demasiado sensible después del orgasmo.
- Vuelve a los juegos preliminares. Céntrate en la estimulación delicada de todo el cuerpo.
- Estimula su clítoris con suavidad. Utiliza la mano para acariciar delicadamente su vulva, puedes utilizar la punta de un dedo para recorrer el perímetro de los labios interiores o dejar que ella haga presión sobre la palma de tu mano.
Y finalmente: recuerda que lo más importante es redondear la faena. Eso es lo que los expertos llaman «calidad post-coito».
No escatimes abrazos y halagos cuando todo haya acabado.