Hay un viejo y sabio refrán según el cual un padre no puede ser nunca más feliz que el más infeliz de sus hijos.
Y en base a ese proverbio, Antonio Banderas, que tiene ya 58 años, debe ser, en estos momentos, bastante feliz.
La vida le sonríe al gran actor español. Tras cosechar varios premios -hace unas semanas recibió el premio CineMerit del Festival Internacional de Cine de Munich y, el pasado mes de mayo, recogió el galardón a mejor actor en el Festival de Cannes por su papel en «Dolor y Gloria»-, Banderas disfruta de unos días en familia en la Costa del Sol.
El intérprete se ha trasladado hasta Marbella (Málaga) junto con su novia, Nicole Kimpel, y su hija, Stella del Carmen, fruto de su matrimonio con la también actriz Melanie Griffith..
Stella, que tiene 22 años y vive en Estados Unidos, ha acaparado todas las miradas.
Su visita a España es toda una sorpresa, ya que además no ha llegado sola, sino con un joven con quien Banderas parece mantener muy buena sintonía.
Stella del Carmen se ha instalado en «La Gaviota», la casa que su padre posee en la Costa del Sol.