Cientos de agentes dedicaron miles de horas a intentar esclarecer estos crímenes macabros.
Tuvieron tal repercusión, que es difícil encontrar en España a gente de mediana edad, a quien no le suenen lo personajes y sus circunstancias.
Los delitos y sus víctimas son conocidos por todos y conmocionaron a la opinión pública, pero a día de hoy sigue ignorándose quién fue el autor o dónde se esconde la mano asesina.
Estos son cinco de los más famosos:
La familia Barrio
El asesinato de la familia Barrio es uno de los más brutales de la historia de España.
Sucedió en Burgos la madrugada del 7 de junio de 2004.
Salvador, el padre, había llevado a su hijo Rodrigo al autobús que le trasladaba al internado de Aranda del Duero donde estudiaba. Tenía 16 años y muy conflictivo.
A la mañana siguiente, los vecinos descubrieron cómo más de un centenar de puñaladas habían acabado con Salvador, Julia (la madre) y su otro hijo de once años. Una huella en sangre de una zapatilla en la puerta de una habitación era la única pista.
Al poco tiempo, el único superviviente de la familia, que residía en Galicia, con su familia materna y sólo estaba preocupado por heredar el patrimonio paterno, empezó a ser sospechoso. No obstante no había pruebas suficientes y el crimen sigue sin resolverse.
Cristina Bergua
Cristina Bergua, de 16 años, desapareció el 9 de marzo de 1997 en Cornellá (Barcelona). Había estado esa tarde en casa de su novio, Javier R.
Tras ver que no aparecía, el hermano de Cristina acudió a casa de su novio, quien no se inmutó ante la noticia y no participó en la búsqueda.
Los ojos de los investigadores recayeron en él, pero tenía coartada.
Casi veinte años después de los hechos, el cuerpo de Cristina sigue sin aparecer. El principal sospechoso vendió una propiedad y con el dinero se trasladó República Dominicana.
Yeremi Vargas
Yeremi Vargas, de apenas siete años, desapareció en Gran Canaria el 10 de marzo de 2007. Nunca se supo quién podía había sido.
En 2016, un compañero de celda de Antonio Ojeda ‘el Rubio’ en la cárcel de Gran Canaria relató al juez que este le confesó que mató al menor, en una confidencia hecha cuando estaba apesadumbrado por la condena que acaban de imponerle por abusar de otro niño.
Ojeda se convirtió hace meses en el principal sospechoso del posible homicidio del pequeño Vargas, por una serie de indicios que lo sitúan en el mismo lugar donde se perdió su rastro el 10 de marzo de 2007 y por varios comentarios que había hecho en la prisión de Algeciras, alardeando de saber lo que pasó. Sin embargo, el Rubio nunca ha admitido hasta ahora ser el responsable de lo que le pasó al niño.
Sheila Barrero
Sheila Barrero, de 21 años, fue encontrada muerta en su coche entre Asturias y León el 25 de enero de 2004 Estaba sentada en el asiento del conductor, con las manos colocadas sobre las rodillas y el abrigo enganchado en la puerta.
Había sido asesinada de un tiro en la sien desde el asiento trasero.
Una expareja de Sheila, dio positivo en las pruebas de residuo de disparo.
Pero una batalla legal sobre si podía deberse a una transferencia hizo que soltaran al sospechoso tras ser detenido.
En este caso, los agentes de la Guardia Civil confían en que la familia del sospechoso hable algún día.
Isaac Martínez Jiménez
Isaac Martínez, un joven de 26, fue abatido a tiros por un encapuchado cuando de un aparcamiento en Lérida.
Al poco tiempo, los Mossos d’Esquadra detuvieron a Jordi, la pareja de la exmujer del hermano de la víctima, Raúl.
Este se había embarcado en un juicio por los hijos, en los que Isaac siempre acompañaba a su hermano, por lo que Jordi y su padre amenazaron a Issac en uno de los juicios.
Pocos días después, los Mossos tuvieron que poner en libertad al chico por falta de pruebas y la hipótesis de que un sicario se hubiera confundido cogió fuerza.
Aunque el caso se archivó, en 2014 una llamada consiguió reabrirlo. El dueño de un bar de Cappont recibió una llamada en la que le preguntaban por Raúl y le decían: «que sepas que el arma ya ha sido utilizada antes de entrar en la tienda”. Los Mossos pensaron que podía estar relacionado con el caso.