La periodista Mayka Navarro, una histórica de la crónica de sucesos, ha conseguido una de esas exclusivas que, aunque algunos medios critiquen, todos querrían tener: la primera entrevista con Dani Alves. El exjugador del Barcelona se encuentra en la prisión de Brians 2 cumpliendo prisión provisional acusado de un delito sexual contra una mujer el pasado 30 de diciembre de 2022 en la discoteca Sutton de la Ciudad Condal. Ha sido para el diario La Vanguardia.
Por primera vez el brasileño cuenta a un medio de comunicación su visión de lo sucedido esa fecha. «Me he decidido a dar esta entrevista, mi primera entrevista, para tener la oportunidad de que la gente sepa lo que pienso», asegura el jugador. «Quiero que conozcan la historia a partir de lo que yo viví aquella madrugada y en aquel baño».
Sobre el momento concreto de la agresión Alves se expresó así:
«Hasta ahora se ha explicado un relato ‘asustadizo’ de miedo y de terror, que nada tiene que ver con lo que pasó ni con lo que hice. […] Yo entré detrás de ella. Ni cerré la puerta con pestillo. La puerta estuvo abierta en todo momento, podría haberse ido porque yo permanecí sentado prácticamente todo el rato sobre la tapa del water».
«Mentí por una razón»
Cuando Navarro interroga al jugador sobre sus versiones contradictorias, recordemos que llegó a negar los hechos de pleno, el jugador afirma que lo hizo por un motivo claro:
«Si alguien ha amado alguna vez de verdad, si ha conocido, como yo, el amor verdadero, sabrá que por conservar ese amor, uno hace cualquier cosa. Y yo mentí. Tuve miedo de perder a Joana y por eso mentí. Luché a la desesperada por salvar mi matrimonio de una infidelidad, sin importarme las consecuencias que estoy pagando».
«A la única persona a la que tengo que pedir perdón es a mi mujer, Joana Sanz«, afirma en la charla que ha tenido con la periodista para La Vanguardia. «En cuanto le pude contar a mi mujer lo que había pasado realmente aquella noche y le pedí perdón, quise declarar otra vez y contar la verdad. Tengo claro que todo esto que estoy viviendo es una pesadilla. Que espero que algún día terminará», añade.
Desmiente la versión de la víctima
Sobre lo que pasó en el baño de la discoteca [la presunta agresión sexual] asegura que «nada de todo eso es verdad». «Ella en ningún momento me dijo que me detuviera. Ni hizo ningún gesto de quererse ir. La puerta estuvo abierta en todo momento, podría haberse ido porque yo permanecí sentado prácticamente todo el rato sobre la tapa del wáter», añade.
Sobre las huellas dactilares de la mujer en el espejo y el lavamanos afirma que:
«No sé en qué momento tocó esos lugares. Pero nada de esos movimientos que ella ha contado que yo le obligué a hacer son ciertos y el rasguño es por permanecer de rodillas mientras me realizaba una felación. No hay ni una sola marca en su cuerpo que explique esa violencia con la que ella dice que la moví en baño».
«No ha habido ni una sola noche que yo no haya dormido tranquilo. Ni una sola noche. Tengo la conciencia tranquila. Nunca he hecho daño voluntariamente a nadie. Y a ella aquella noche tampoco. No se si ella tiene la conciencia tranquila, si duerme bien por las noches. Pero yo la perdono», remata sobre la presunta vícitma.