Mari Carmen Merino se enfrenta a una petición de 25 años de prisión por presuntamente decapitar a su pareja Jesús María Baranda. En ella se centran todas las mirada en el juicio del conocido como ‘Caso de la cabeza cortada de Castro Urdiales’, uno de lo asuntos de la crónica negra que más interés generan en los medios de comunicación en nuestro país. Un juicio mediático en el Merino niega las acusaciones de haber acabado con la vida del que fuera su pareja durante siete años. En las primeras jornadas del mismo ha negado la mayor y ha intentado poner el foco sobre la amiga que, sin saberlo, guardó la cabeza seccionada de Jesús María.
Pero, ¿quién realmente Mari Carmen Merino? Marino nació hace 66 años en la localidad sevillana de Utrera, hija de un policía nacional y una ama de casa. Desde pequeña se trasladó a Cádiz. En la ciudad andaluza se casó y tuvo dos hijos. Esta primera etapa de su vida parece estar presidida por la tranquilidad y lo anodino. Sin embargo, tras este periodo, Mari Carmen emigró al norte del país y comenzó una nueva vida.
Tal y como publicó El faro de Vigo en esta localidad gallega fue denunciada en dos ocasiones, en 2013 y en 2017, por dos hombres que supuestamente le habían prestado dinero y nunca lo devolvió. El dinero, parece ser una constante fuente de problemas para Mari Carmen. Al iniciarse la investigación del caso, los encargados de la misma encontraron una situación similar en la que un excompañero sentimental de una tía suya la acusó de haberle estafado 6.000 euros. Estos casos tuvieron lugar cuando Mari Carmen ya estaba en la vida de Jesús María Baranda.
Mari Carmen y Jesús María se conocieron cuando ella trabajaba como camarera en una cafetería en Castro Urdiales y él ya estaba jubilado de su cargo como director de la sucursal del Banco de Santander en dicha localidad cántabra. Una buena pensión, tal y como la han calificado los familiares de la víctima. Ellos están convencidos de que el dinero, esa constante en la vida de Merino, vuelve a ser la clave del asunto. Tanto la Fiscalía como la acusación particular apunta al móvil económico detrás del presunto crimen.
Hay que recordar que al estar desaparecido Jesús María y no fallecido éste seguía percibiendo su jubilación y que, según la investigación, Mari Carmen buscó en Google «¿Puedo cobrar la pensión de mi marido desaparecido?». Una búsqueda que, sin embargo, ella negó en su declaración del 7 de noviembre ante la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Cantabria.
Fan de Carlos Herrera
En febrero de 2019 se perdió la vista a Jesús María y Mari Carmen alegó que él se había ido a Galicia con unos amigos. En las semanas siguientes, Carlos, primo de Jesús María, empezó a recibir mensajes desde un nuevo móvil que le hicieron sospechar. Presuntamente, fue Mari Carmen que envió dichos mensajes. La sucesión de acontecimientos fue lenta en ese momento. Ella ya había entregado a una vecina una caja con supuestamente «juguetes sexuales» pero que contenía la cabeza seccionada de su pareja. Mari Carmen alegó que no quería que la Guardia Civil encontrase el contenido durante la inspección ocular del domicilio que compartía la pareja en el transcurso de la investigación por su desaparición. Le daba vergüenza que encontraran juguetes sexuales.
Mari Carmen Merino en el Centro Andaluz de Castro Urdiales.
Los meses que siguieron a la desaparición de Jesús María, su pareja siguió con su vida normal. Acudiendo al Centro Andaluz de Castro Urdiales a bailar sevillanas a las que tan aficionada es. Allí tuvo, además, la oportunidad de conocer a su ídolo, el locutor de radio Carlos Herrera. El locutor de COPE paró en la localidad cántabra en 2019 porque estaba haciendo el Camino de Santiago. El propio Herrera confirmaría que había conocido a la presunta asesina e incluso recordaba haberse sacado una foto con ella.
El 28 de septiembre de 2019 el asunto dio un giro de 180 grados cuando la vecina de Mari Carmen decidió abrir la caja que le había entregado meses atrás. Alertada por el olor que procedía de un armario, lo abrió y localizó la caja que procedió a destapar para encontrarse con la cabeza del que fuera su vecino y pareja de Mari Carmen, Jesús María Baranda. Sufrió un ataque de nervio y fue su hermana quien alertó tanto a la ambulancia como a la Guardia Civil. Allí empezó la cuenta atrás para Mari Carmen que fue enviada a la cárcel de El Dueso como prisión provisional. Ahora, Mari Carmen Merino se enfrenta a una petición de 25 años de cárcel por asesinato con alevosía.
