“Quizás hemos perdido la noción de lo que representa un millón y medio de euros”.

Siguiendo con el conflicto de la compañía Iberia hoy les traigo la carta abierta que una sobrecargo de Iberia dirige a D. Rafel Sánchez Lozano, consejero delegado de la compañía. Lástima que la carta me ha llegado cortada, porque me parece que se explica muy bien y me quedo sin saber cómo acaba. Pero les aseguro que vale la pena leerla, así que se la pongo tal cual:

10 SEPT 2012

Buenos días Sr. Sánchez Lozano

El pasado mes de agosto recibí su atenta carta en la que nos cuenta, por fin, algo sobre nuestro negro futuro. Llevo casi 20 años en Iberia, soy Tripulante de Cabina de Pasajeros y permítame que no me identifique, porque se positivamente que el objetivo de algunos de mis superiores va a ser matar al mensajero, y tengo dos hijos que aun dependen económicamente de mí. En esta empresa, y más ahora, toda cautela es poca. Pero ya es triste no poder hablar libremente.

Todas las piezas van encajando. Hace pocas semanas nos desayunábamos con la noticia del despido de 14 TCP miembros del sindicato de tripulantes de cabina de pasajeros STAVLA. No soy afiliada de dicho sindicato, ni simpatizante (ni de ese, ni de ningún otro) pero lo ocurrido es una agresión a todos los trabajadores. Aunque no esté de acuerdo en muchas cosas, es intolerable lo que usted, un par de directores y nuestra verdadera dirección de RRHH, el despacho de Garrigues –que no “Iberia”- han hecho, y muy significativo de lo que está por venir. Se han cargado a una voz crítica, que va a resultar que llevaba más razón de lo que parecía. Además, es un aviso a navegantes. Pero creo que usted, y los que le informan, no han valorado el alcance de la reacción que se va a producir si pretenden que nosotros, los empleados, paguemos sus errores de gestión.

Nos dice en su carta, para ilustrar las pérdidas diarias, que “quizás hemos perdido la noción de lo que representa un millón y medio de euros”. A muchos empleados hablar de millones de euros nos parecen cantidades astronómicas, porque ninguno de nosotros cobramos en esos términos: ni juntando 20 años de trabajo se podría hablar de ello. Pero seguro que usted sí tiene esa noción, puesto que su salario base, según lo publicado en la web corporativa de IAG supera ampliamente el medio millón de € (632.000), a lo que se añade un bonus: literalmente “…su bonus anual objetivo será del 75% del salario base y el bonus anual máximo que podrá devengar será del 150% del salario base.” Además, “Considerando las condiciones de su actual contrato de servicios con Iberia, Rafael Sánchez-Lozano Turmo mantendrá el derecho al abono de su compensación por retiro por un importe de 1.168.000 euros¨

¿Ve usted, Sr. Sánchez-Lozano? Usted sí que sabe lo que son millones de euros. Y, además, seguramente está muy tranquilo, ya que está muy bien asegurado por un retiro blindado “…la provisión matemática de dicha póliza (incluyendo el rendimiento generado) se abonará a Rafael Sánchez-Lozano Turmo al momento de su cese por cualquier causa en IAG.”, lo que viene a ser que usted, haga lo que haga, aunque nos termine de arruinar, o aunque le echen, va a cobrar otro millón largo de euros. Pero, por si fuera poco, a los dos días de enviarnos esta carta en la que nos dice que va a reducir el tamaño de Iberia y anuncia despidos, leemos que han comunicado a la CNMV que “IAG prevé la entrega a sus directivos de derechos sobre más de 3,8 millones de acciones, valoradas en unos 7,2 millones de euros”, para usted “más de 500.000 acciones, valoradas en unos 969.000 euros, en su mayoría correspondientes al Plan de Acciones por Desempeño”.
Vamos que, por si no lo tenía muy presente, le dan otro millón más de €, mientras elabora un plan que incluye despidos y reducción de tamaño de Iberia. Menudo desempeño… o mejor dicho, menudo empeño.

Nos dice usted que los resultados de Iberia son insostenibles, y que el entorno ha cambiado. Pero de autocrítica, cero. Lamentablemente ya nos suena la historia, la hemos visto con cajas de ahorros, bancos, e incluso con la situación económica de las administraciones públicas. Se deterioran las cuentas, la situación del entorno difícil se ve agravada por la nefasta gestión, cuando no despilfarro o cosas peores, y los que pagan son los administrados o, en nuestro caso, los empleados. Y pagan recortándose prestaciones sociales, salarios, o como usted eufemísticamente nos dice “afectando al volumen de empleo”, vamos, lo que viene a ser echar a la gente a la calle de toda la vida, Sr. Sánchez-Lozano. Y de camino ustedes, los gestores, cobrando millones de €, total, si dice que perdemos uno y medio diario, qué mas dan 7 millones arriba o abajo. Pero estoy segura de que como yo, muchos empleados de Iberia quieren oír algunas explicaciones, y
le emplazo a que nos las conteste en otra carta.

¿Cómo es posible que hayamos llegado hasta aquí en apenas 3 años, cuando éramos, en ese símil matrimonial que tanto les gustaba usar, una de las novias que toda compañía europea quería, con una situación saneada, líderes en nuestro mercado natural y con dinero en la caja? Vamos, que nos han casado con un señorito inglés, muy aristócrata pero arruinado, y ahora se está pegando la vida padre puliéndose nuestra dote, nos tiene en casa con la pata quebrada y encima nos ha salido pegón el señorito..

¿Por qué no hicieron en su día la tan necesaria renovación de flota de largo radio? Los A340-300, nos dicen, son muy poco competitivos, porque su gasto en combustible es inasumible. Leo en Iberiavión, que suponen hasta el 58% de los costes de operación, mientras que con un avión más moderno sería del 40% o menos, y ese 18% es el que hace, siempre según ustedes, cerrar líneas como Córdoba, Recife o recientemente Johannesburgo… (y las que vengan, porque la idea es retirar aviones A340-300 rápidamente, incluso antes de que lleguen los A-330 aunque suponga cerrar líneas… y su consiguiente “adecuacion del volumen de empleo”: despidos).

Ustedes lo demoraron por la obsesión de ligar a la firma de convenios la renovación de flota y el crecimiento. Y aquí estamos, con unos aviones A-340-300 consumiendo a raudales y unos ¿nuevos? A-330 que llevan diciendo que vienen hace 7 años, pero que no acaban de llegar porque ustedes, los gestores, lo posponen una vez tras otra, tanto que incluso esos aviones ya no son los más eficientes del mercado. Pues es su responsabilidad operar con una flota obsoleta con tan alto impacto en los costes, no de los empleados. Los empleados, que no cobramos esas cifras millonarias, nada podemos hacer salvo preguntarnos por qué hemos tardado tanto en renovar la flota pero, eso sí, ahora nos toca pagar su incompetencia con empleo y reducción de salarios ¿o lo tenían todo planeado?

¿Por qué se han empeñado en una guerra con el grupo laboral que más puede garantizar la operación sin saber cómo iba a salir el experimento? No seré yo quien defienda a otros grupos laborales, ni muchas actuaciones intolerables que nos han hecho mucho daño, pero todos hemos sido víctimas colaterales de su afán por liquidar a toda costa a los pilotos… a los que ahora están usted y los hechos dando la razón en muchos de sus argumentos sobre el futuro de Iberia. Ustedes vieron el cielo abierto el día del plante de los controladores aéreos. Por fin se les presentó la posibilidad de liquidar (o eso pensaron) a un grupo laboral cuyas condiciones –difícilmente sustituibles a corto plazo y altamente cualificados- les convierten, como en muchos otros sectores, en un grupo poderoso. Y en lugar de tratar de llegar a acuerdos, su intención es que hicieran un plante calcado al de los controladores para después, con la ayuda del gobierno de
turno, liquidarlos. Aprendieron ese atajo, pero no les salió: los pilotos no entraron en ese juego, porque también aprendieron las consecuencias.

No les importó lo más mínimo que esa solución sea como pescar con torpedos: cae el banco de peces, pero destroza el entorno. Y así nos va, deberían tomar nota de lo que ha sucedido después con los controladores: un control de tráfico aéreo que está tocado de por vida, con los aeropuertos de MAD y BCN en la lista de los más retrasados, y nuestra operación herida de muerte porque, le guste o no, hay formas más inteligentes de gestionar que metiendo el dedo en el ojo el grupo laboral que, aunque les pese, más puede hacer por operar con seguridad, puntualidad, regularidad y economía, es decir, por asegurar la calidad (palabro junto con el de cliente que ustedes han manoseado y degradado tan

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Enrique Zubiaga

Soy un aviador vasco que he visto mucho mundo y por eso puedo decir alto y claro, y sin temor a equivocarme, que tenemos un país increíble y que como España en ningún sitio.

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