Si… (Contribución antivírica a España en Estado de alarma)

SI…

 

Si tú quieres saber mi palabra castellana preferida, te diré que es vida.
Si vous voulez saber la palabra francesa que prefiero, yo te diré que es vie
Si du me necesitas para que elija qué palabra sueca escojo, te diré que liv
Si tu me convocases a exponer la palabra latina que más aprecio, te diría que vita.

Si sie deseas saber la palabra alemana que antepongo a todas, pronunciaré leben.
Si você me pregunta la palabra portuguesa que más estimo, diré que es a vida.
Si tú me interpelaras sobre mi palabra italiana elegida, yo también afirmaría vita.
Si u me propusieras dilucidar la palabra neerlandesa que más brilla, pensaría en el esplendor del fonema leifen.

Si ant me dijeses cuál es mi palabra árabe más amada, te diría al-hayya.
Si you me interrogaras acerca de mi palabra inglesa predilecta, respondería life.
Si tú me consultases en torno a mi palabra hebrea selecta, escogería la de hais.
Si app mostrases anhelo por conocer qué palabra hindi tomara, pronunciaría jeevan.

Si tú quisieras atestiguara la palabra suajili que entre su ramillete tomo, lo haría con maisha
Si uponi demandaras por la palabra bengalí que amo más en mí, respondería jiban.
En japonés yin tsé, en ruso shishu, en tailandés chiwit, en turco hayat…

Pero si me preguntas cómo se conjuga cada una de esas palabras
en una vida que conduzca a la calma,
a la quietud y a la ataraxia,
yo te diría que con prudencia y amor a la justicia, fortaleza y templanza.

Con fe en tu fuerzas y en ti mismo confianza,
pero sabiendo sólo que eres tan sólo una sencilla criatura humana,
y que el cielo parecerá que cae sobre ti más de una tarde, noche o mañana…
Más si consigues hacer que tu cuerpo y tu alma

desde lo más profundo del barro derramado logres que de nuevo se rehaga,
que el recuerdo y el anhelo de recuperar aquellas jornadas
en que el esplendor de la hierba de nuestros días en nuestros corazones brillaba.
Si consigues que el triunfo te recuerde que habrá días que fracasan,

pero al mismo tiempo logras que tus nervios se templen y se alce tu cara,
para ver de nuevo cómo la esperanza
desde la fuente interna de tu ser nuevamente mana,
y prosigues sin terquedad pero lleno de constancia.

Si tras el esfuerzo de conseguirlo alcanzas
la meta que te propusiste sin que las dificultades intermedias te hagan
hundirte y bajar las mirada.
Si tu bandera ondea incluso estando herida pero aspira a volver a estar alta,

si sobre el aire tembloroso se eleva la fuerza de tu voluntad soberana,
si descorres el cerrojo de la contrariedad hasta que la puerta se abra,
si la sangre parece incluso que deja de andar por entre tus venas templadas,
si por tus labios entreabiertos diese la impresión de que algo suavemente etéreo te falta,

pero pronuncias en tu interior vida, vie, liv, vita, leben, leifen, al-hayya,
life, hais, jeevan, jiban, hayat…
sabrás cómo sobrellevar los pasos por el tiempo de tu trabajosa jornada.

Y más aun, estarás sobreviviéndote incluso a estados de tu aparente muerte

y estarás amando a la herencia más espléndida que de la naturaleza recibiste,
y estarás sumando fortaleza, ánimo y vigor a tu propia vitalidad y suerte
y estarás uniendo tu voz a este poema que se escribe para decirte. “Así, pues, vive”

Juan Pablo Mañueco.

Vídeo autor:

 

 

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Juan Pablo Mañueco

Nacido en Madrid en 1954. Licenciado en Filosofía y Letras, sección de Literatura Hispánica, por la Universidad Complutense de Madrid

Lo más leído