Cruda, brutal, tenebrosa y sin esperanza. El nuevo film del ruso Balagov es tan espectacular como deprimente.
Desde el principio, donde ocurre un desenlace horrible, el film va desencadenando desgracia tras desgracia, con una visión impresionantemente realista de lo que ocurre en un hospital ruso al terminar la Segunda Guerra Mundial, donde la vida parece que no vale nada, y la sensación permanente de tristeza de sus personajes es como una losa que aplasta sus decadentes existencias sin remedio.
Increíbles las actuaciones de Viktoria Miroshnichenko y Vasilisa Perelygina, que no te dejan ni torcer la cabeza.
El guion de Terekhov y el propio Balagov es duro y correoso, acompañado de una ambientación y una fotografía que rematan un trabajo imponente y perturbador.
4 ★★★★