Más de uno creerá que escribo esto desde la envidia, el desdén o la arrogancia. No, sólo me empuja la vergüenza; lo poco o mucho que me quede de ella. Me entristece profundamente ver cómo el ego hecho persona, Francisco José Fernández de la Cigoña, es visto como el gran referente informativo por una mayoría de católicos en España que siguen la actualidad de la Iglesia a través de Internet; porque es así y los datos hablan. Ahora, según cuenta hoy Religión Confidencial, incluso va a dirigir la sección de Religión en La Gaceta de los Negocios, propiedad del Grupo Intereconomía. Lo que le faltaba al hombre: además del “éxito” de su blog, unirá la jubilación con un curro de periodista. Si antes se creía el Papa, ahora ya se verá abriendo las puertas de los cielos. Sólo a aquellos que conceda el carnet de buenos católicos, por supuesto. Lo que desee Su Excelencia, por supuesto.

Tal vez no sea un caballero, pero no le doy la enhorabuena a mi nuevo compañero de profesión (ahora ya sí que se creerá periodista). Porque no es mi compañero. Y porque su “éxito” es el descrédito absoluto para el catolicismo en España. Que es algo que a mí me importa mucho más que los efluvios ególatras del señor Cigoña. Es un fracaso para todos los que decimos ser cristianos comprometidos en los tiempos actuales. ¿Por qué? Porque el “gran” blog de religión en España, ‘La cigüeña de la Torre’, se nutre de estos condimentos:

Intolerancia: Critica que en la COPE, en su nueva etapa, se entreviste a políticos como Cayo Lara (IU) o José Antonio Alonso (PSOE). Es decir, que cuando sólo iban los de una cuerda, pues mucho mejor, que así la gente tiene las ideas más claras, ¿no? O piensa menos, ¿no?

Total ausencia de caridad: Ante las muertes de personalidades religiosas, como Alexis II, o políticas, como Ruiz Jiménez, su conclusión principal, trazada en un peyorativo párrafo, viene a ser algo así: “Total, no aportaron nada bueno para la Iglesia…”. Eso sí, siempre concede un “que Dios se apiade de su alma”. Muy cristiano, sí…

Simplicidad de análisis, rozando la boutade: Su máxima preocupación es que los curas lleven sotana y los frailes hábito. Por si no queda claro, te pone la foto y señala: “¿Y éste de la corbata es cura?”.

Abre el espacio para la delación: Lo peor suelen ser gran parte de los comentaristas. Gente que, en su mayoría, ocultándose bajo un pseudónimo, con la mayor de las cobardías, se extiende en señalar las “culpas” de éste o aquél. Los malos católicos, claro. Los que no tienen carnet, concedido por ellos mismos, claro.

Ausencia de estilo: Muchos dicen que escribe para la gente sencilla, con el idioma de la calle. Erratas y faltas de ortografía formarán parte del conjunto, claro. No trabajarse mínimamente la redacción del texto, ídem de ídem.

Juicios sumarísimos: “¿Es el cardenal Hummes tonto de capirote, bobo de Coria, majadero con balcones a la calle?”. Sin comentarios.

Arrogante, chulo, chusco, simplón. Este es el blog de información religiosa más “prestigioso” de España. Así de triste. Y para que no se diga que lo digo desde la envidia, el mío, como diría el personaje en cuestión, es minúsculo, insignificante: una mierda. Lo reconozco. Pero está hecho con la ilusión de discernir, de aportar algo positivo, de invitar a debatir. Sólo pido respeto y compañerismo.

En definitiva, el “éxito” de ‘La cigüeña de la Torre’ es el fracaso de todos. Concorde a los tiempos, junto al triunfo indiscutible de los programas del corazón, la audiencia católica se la lleva el ‘Salsa Rosa de los curas y las monjas’. Chismorreo, insulto y agresividad. Ésa es la fórmula, parece ser. Ante la alegría de muchos y la desvergüenza de otros, que rumian contra el Federico Jiménez Losantos de turno y no tienen las agallas de criticar a quien le supera y encima lo hace desde una posición explícita de miembro de Iglesia. Entiendo cierto mamoneo en Infocatólica o Religión en Libertad. Pero no comprendo el silencio de tantos en Religión Digital.Por ejemplo.

MIGUEL ÁNGEL MALAVIA