A tres semanas para el Madrid-Barça de la final de Copa, el presidente culé ya tiene su pronóstico: 5-0, “para no perder la costumbre”. El presidente de la Generalitat de Cataluña, Artur Mas, mantiene el mismo optimismo y vaticina “una diferencia de cuatro goles, como cuatro son las barras” de la bandera catalana. Muy bien. Están en su derecho de ser forofos aun ocupando cargos institucionales de gran relevancia. Eso sí, me suena mucho a Boluda. El presidente del Real Madrid, que sólo lo fuera por unos meses tras la salida del ínclito Calderón, y al que únicamente se recuerda por decir que el Madrid le endosaría “un buen chorreo” al Liverpool. Nos cayeron cuatro. Y el “chorreo” se dio la vuelta, para regocijo de los antimadridistas, que han tenido guasa por años.

Rosell y Mas pueden acertar. O no. El Madrid puede ser quien se lleve la Copa. E incluso golear. O no. Lo que es seguro es que esto es cuestión de ciclos. Antes o después, llegará el madridista. Y les llegará la hora. A quienes denuncian prepotencia y chulería, por su mal ganar, les llegará el perder. Y llegarán la chanza, la coña, la burla. Llegará el “chorreo”. Y se lo vamos a recordar por un buen tiempo. A lo mejor, a lo mejor, en la final de Copa. O en el Bernabéu, en Liga. O en las semifinales de Copa de Europa. A lo mejor.

Quién sabe. Yo, por si acaso, me preparo para la Final Four de baloncesto. Es en Barcelona. El Barça, eliminado ayer, no estará en “su” final. El Madrid está a un partido de saber si está en “su” final. Estaría allí. Y a lo mejor ganamos. ¿Cómo sería eso de acordarme de Rosell y Mas en Canaletas? A lo mejor. Quién sabe.

Pero que no lo duden. Antes o después. Volveremos. Ganaremos. Y humillaremos. Y, los que no supieron ganar, nos volverán a llamar chulos y prepotentes. ¿Quiénes? Los eternos segundones, llorones y victimistas.

¡Hala Madrid!

MIGUEL ÁNGEL MALAVIA