Escribo esto sin ningún afán de polémica. Lo digo con total sinceridad. Simplemente reflejo una noticia, a mi juicio, positiva. El pasado septiembre, Barack Obama abolió la ley por la que se podía expulsar a un militar del ejército estadounidense en caso de comprobarse que era homosexual. Cada uno puede pensar lo que quiera sobre la homosexualidad. Pero veo normal el que no se despida a nadie de su trabajo por su orientación sexual. Ni que se le cuelgue de una grúa, como en Irán.
La que aquí muestro es una imagen que refleja normalidad. La suboficial de la Marina Marissa Gaeta, después de una misión de 80 días en el Pacífico y siguiendo una tradición militar estadounidense, ha tenido hoy el privilegio de poder ser recibida por su pareja, con un beso, al llegar a casa. Su pareja es la también militar Citlalic Snell. Una mujer, como ella.
Es la primera vez que se difunde una imagen así desde el ejército estadounidense. Es solamente un beso. Pero es una bonita historia que refleja respeto y aprecio por la persona, vista ésta en su integridad y dignidad.
MIGUEL ÁNGEL MALAVIA
