Sobre la conservación de los alimentos – Consejos prácticos-

No conviene guardar los alimentos en los mismos recipientes en los que se cocinaron.

Mejor guardar la comida en raciones pequeñas, y utilizar recipientes limpios, poco profundos y que puedan cerrarse bien.

Para alimentos enlatados abiertos (espárragos, olivas, sardinas, tomate frito, etc), no utilizar mismo envase pues su interior puede oxidarse rápidamente y conservarlos con su caldo.

Los platos cocinados deben consumirse, refrigerarse o congelarse en menos de dos horas. Este tiempo depende de la temperatura ambiente: en verano las bacterias pueden reproducirse y resultar nocivas en menos de una hora.

Refrigeración

La temperatura ideal del refrigerador debe oscilar entre los 2 y 4 grados centígrados, dependiendo de lo llena que esté la nevera. No debe ser menos, pues si no los alimentos pueden congelarse parcialmente, pero tampoco superior pues a partir de los 4 grados comienza el crecimiento bacteriano.
Hay que tener también en cuenta que la temperatura en el interior de los alimentos es mayor que en su exterior.

Hay que tener siempre en cuenta que las comidas cocinadas no pueden meterse en el frigorífico inmediatamente. Hay que esperar a que alcancen la temperatura ambiente, pues los alimentos calientes aumentarán la temperatura de todo el refrigerador y podrán estropear los alimentos que están a su lado.

Con los huevos hay que ser especialmente cuidadoso, limpiando las cáscaras sucias, conservándolos en el frigorífico, y desechando los que tienen la cáscara rota o agrietada.

En el caso de frutas y verduras, es importante lavarlas con agua abundante y eliminar los restos no comestibles antes de guardarlas.

Tener en cuenta que la puerta del frigorífico es la que más oscilaciones de temperatura sufre. Evite, pues, situar en ella alimentos delicados y sensibles al calor.

Evitar llenar en exceso el frigorífico, y organizar los alimentos de modo que el aire frío pueda circular entre ellos.

Consumir preferentemente los alimentos cocinados antes de dos días. Si prevé su conservación a más largo plazo, congélelos.

Separar siempre los alimentos crudos de los cocinados. Los alimentos crudos pueden contener bacterias que contaminarían a los cocinados.

No volver a conservar los alimentos ya recalentados.

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Autor

Mª Rosario Aldaz Donamaría

Mª Rosario Aldaz Donamaría, profesora de cocina y repostería, autora libro escuela de cocina navarra "El Bosquecillo" y abierta a cualquier sugerencia, opinión o comentario.

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