Ministerio de Fomento, Aena, aerolíneas, asociaciones de consumidores, consejerías de turismo... todos están hartos de las barrabasadas de Michael O´Leary, de sus disfraces ridiculizando a la competencia, de sus insultos o de sus chanzas
En las últimas semanas, el recrudecimiento de las malas relaciones entre Fomento, ministerio dirigido por Ana Pastor, y la empresa presidida por el inclasificable Michael O’Leary, ha sacado a relucir las brutales prácticas, clave en su éxito, de Ryanair pero que traen de cabeza a los responsables ministeriales.
Miguel Ángel Gavira en El Economista ha recopilado el decálogo de los pecados capitales de la compañía irlandesa.
1.- Muchos pilotos se contratan en Gibraltar
Es una vieja batalla reivindicada una y otra vez por el Copac y algunos sindicatos. El colegio de pilotos español, que preside Luis Lacasa, y los agentes sociales del sector aéreo se quejan de que los comandantes de Ryanair son contratados de dos maneras. En el primer caso, son captados directamente por la aerolínea y cotizan en Irlanda. En el segundo, el contrato se realiza a través de brokers, que a su vez ofrecen los servicios a la aerolínea. En el sector se dice que los acuerdos entre brokers y pilotos se firman en Gibraltar y su estructura se basa en una nómina fija no muy elevada y un variable que depende de factores como la puntualidad de sus vuelos y el menor gasto de queroseno posible. Este podría ser el origen de alguno de los actuales problemas. La aerolínea ya se ha defendido en varias ocasiones de las acusaciones del Copac, asegurando que todos los trabajadores de Ryanair cumplen con la legislación irlandesa y europea y que tienen incluido su derecho al beneficio por desempleo y a pensiones públicas.
2.- Obligan a que los niños viajen con el DNI
Se trata de uno de los problemas más llamativos que ha tenido la aerolínea. Una familia con hijos pequeños que va a volar dentro de la Península se presenta en la sala de embarque con el DNI de todos sus miembros mayores de edad y con el Libro de Familia para acreditar a los más pequeños, pero el personal les impide el pasaje, argumentando que necesitan el DNI y los dejan en tierra. Aunque alguna sentencia ha declarado nula esta práctica de Ryanair en los aeropuertos españoles, la compañía la sigue aplicando, alegando que al tener su domicilio social en Irlanda se rige por la normativa de seguridad de dicho país, que sí obliga a tener una identificación a los pasajeros menores.
3.- No permiten el embarque de agentes de seguridad con armas
No sólo los niños se pueden quedar en tierra. Ryanair también ha prohibido el embarque en sus aviones a algún miembro de la Guardia Civil que quería viajar con su arma reglamentaria durante un acto de servicio. La polémica ha sido tal que la Agencia Española de Seguridad Aérea (Aesa) llegó a poner una multa a la compañía de bajo coste en junio de 2011 de 4.500 euros por este motivo. Sanción que recientemente ha sido corroborada por la Audiencia Nacional. Pero Ryanair sigue haciendo oídos sordos y presume de que aplica el programa de seguridad de las autoridades irlandesa, que impide subir armas a bordo.
4.- Las compras del ‘duty free’ se consideran un bulto más
Una de las últimas polémicas con la aerolínea irlandesa que más escuece a Aena -y por tanto, también al Ministerio de Fomento- es que Ryanair ha llegado a facturar a los pasajeros el precio de una maleta cuando han intentado subir al avión una bolsa con las compras realizadas en el duty free del aeropuerto. Si el viajero no puede guardar esta bolsa dentro de la maleta a la que tiene derecho (que ya de por sí tiene unas dimensiones bastante reducidas) se cobra a parte. Pese a las quejas reiteradas de la empresa dirigida por José Manuel Vargas, Ryanair continúa con su actitud. De nada sirven los carteles informativos de Aena recordando a los pasajeros que tienen el derecho a llevar este segundo bulto (incluso les instan a que llamen a un agente de la Guardia Civil si tienen problemas en el embarque). La compañía no ceja en su empeño y cobra 50 euros por las bolsas que no quepan en la maleta. Su argumento es simple: sólo se permite un bulto de mano de diez kilos de peso y unas dimensiones máximas de 55-40-20 centímetros. Eso es lo acordado cuando se compra el billete, el resto debe pagarse.
5.- Rechazan el embarque a través de pasarela: lo exigen a pie
La compañía ha tenido algún enfrentamiento con las autoridades de Aena en determinados aeropuertos por el embarque de los pasajeros. El caso más llamativo ha ocurrido en Alicante. Los vuelos de la aerolínea irlandesa que operaban en esa ciudad realizaban el embarque a pie. Pero el problema llegó cuando se remodelaron y ampliaron las instalaciones (Fomento invirtió 670 millones de euros) y Aena obligó a Ryanair a embarcar a través de las pasarelas telescópicas. Entre otras cuestiones, el gestor público de los aeropuertos argumentaba motivos de seguridad por el peligro que supone que los pasajeros transcurran entre aviones para acceder a un embarque. El uso de las pasarelas es un gasto extra para cualquier aerolínea y Ryanair se negó. Ante la falta de entendimiento de Aena y la dirección de la compañía, la empresa retiró la mayoría de los vuelos del aeropuerto y el enfrentamiento todavía perdura.
6.- Los aviones siempre van al límite del queroseno que permite la ley
Uno de los mayores problemas que está teniendo Ryanair en los últimos meses es una consecuencia de su política de carga de combustible. La aerolínea irlandesa siempre llena los tanques de sus aviones hasta el límite mínimo que obliga la ley. ¿Qué ocurre entonces? Que cuando hay problemas meteorológicos graves o congestión en los aeropuertos que retrasa más de media hora los aterrizajes, los aviones de Ryanair comienzan a tener problemas. Ante la falta de combustible tienen dos opciones: declarar incidencia para que los controladores del aeropuerto le den prioridad o aterrizar en el aeropuerto alternativo con la incomodidad que supone para el pasaje. Ante los repetidos casos, Aesa está investigando detenidamente la política de Ryanair. No parece que los aviones de la aerolínea irlandesa vayan por debajo de lo permitido en la carga de queroseno, pero las autoridades aeronáuticas están chequeando si los pilotos de la compañía han pedido en ocasiones prioridad para aterrizar sin necesidad con el objeto de cumplir sus compromisos de puntualidad y no perder los siguientes slots (derechos de vuelo) de despegue. No hay que olvidar que el tiempo medio de escala de las grandes aerolíneas low cost (también en el caso de easyJet) es de 25 minutos de media entre aterrizaje y despegue.
7.- El precio del billete en Ryanair es engañoso
Las asociaciones de consumidores se han quejado en reiteradas ocasiones de las campañas de publicidad de Ryanair y sus precios engañosos. Aunque nadie discute las competitivas tarifas de la aerolínea irlandesa, sí que es cierto que algunas campañas de publicidad distorsionan la realidad final del precio del billete. Por poner un ejemplo actual, Ryanair lanzó ayer una oferta con plazas desde 12 euros para viajar en octubre y noviembre. Cuando se entra en la página web, según denuncian asociaciones de consumidores como Facua, no se encuentran asientos al precio prometido porque Ryanair incluye cargos y tasas (entre ellos incluso uno por pagar con tarjeta de crédito) que incrementan el precio final en, como mínimo, un 30 por ciento y -siempre según la versión de Facua- la tarifa se puede llegar a multiplicar por cinco. La argumentación de Ryanair es la contraria: si la compañía incluyera el precio de los servicios opcionales en las ofertas publicitarias estaría engañando al pasajero que no hace uso de ellos y que logra un precio del billete más barato.
8.- Pide ayudas encubiertas para operar en aeropuertos turísticos
Es una de las quejas que más se escuchan desde la competencia. Ryanair siempre opera de la misma forma. Cuando quiere establecerse en un aeropuerto con cierta repercusión turística, habla con las autoridades locales y ofrece instalarse en el aeropuerto a cambio de un importe que no se cobra como subvención (está prohibido por las autoridades europeas) sino a través de una sociedad que promociona el turismo de la zona. Se ha llegado a decir que incluso algunas Comunidades Autónomas en España han llegado a pagar a Ryanair 10 euros por cada pasajero que transportaba. ¿Qué riesgos tiene este sistema? Además de una competencia desleal encubierta, el problema llega cuando Ryanair decide marcharse de ese destino y deja desprotegida toda la infraestructura turística (transporte, hoteles, ofertas de ocio) que se ha montado alrededor de la misma.
9.- El fantasma de la seguridad siempre planea sobre sus aviones
El gran número de vuelos que realiza la flota de Ryanair y el poco tiempo de escala de los mismos siempre ha levantado sospechas sobre si la seguridad de los procedimientos es la correcta. La compañía presume de que sus aviones cumplen con toda la normativa europea -pese a las constantes inspecciones que se les hacen en España- y lo cierto es que son los más nuevos del mercado en media de vida útil y nunca han tenido un accidente grave en sus treinta años de historia. Y no será porque no le vigilan. La Aesa ha emprendido una estrecha campaña de seguimiento de la aerolínea tras algunos incidentes ocurridos este verano (incluyendo varios capítulos de despresurización de la cabina). Para ello les realiza sin previo aviso inspecciones Safa, especialmente preparadas para las aerolíneas extranjeras. Hasta el momento no se ha descubierto (por lo menos, no se ha hecho público) ningún fallo grave en la seguridad. Cuando se emprendió una campaña similar con otras aerolíneas, como Air Madrid, enseguida se encontraron elementos suficientes para retirarles la licencia de vuelo.
10.- Y, sobre todo, su actitud prepotente…
No es ninguna razón objetiva, pero es la que más molesta a todos. Ministerio de Fomento, Aena, aerolíneas, asociaciones de consumidores, consejerías de turismo… todos están hartos de las barrabasadas de Michael O´Leary, de sus disfraces ridiculizando a la competencia, de sus insultos o de sus chanzas. Es una reacción humana, pero cuando Ryanair demuestra debilidad en el mercado español (operativamente hablando, porque sigue liderando el mercado) todos los enemigos que se ha hecho durante los últimos años saltan sin ningún tipo de recato. El que siembra truenos, recoge tempestades.