VIDA E INFORTUNIO

Herminia, la auxiliar del aeropuerto de Palma que murió tras ser empujada por un turista alemán con prisa

La víctima, de 64 años, se fracturó la cadera y el fémur en la caída y murió por un problema cardíaco cuando iba a ser sometida a una operación

Herminia, la auxiliar del aeropuerto de Palma que murió tras ser empujada por un turista alemán con prisa
Herminia Bedinelli. EE

«Creo en cierta combinación de esperanza y luz que dulcifica los peores destinos. Creo que esta vida no lo es todo; ni el principio ni el fin. Creo mientras tiemblo; confío mientras lloro, que diría Charlotte Bronte. (Todo lo que debes saber si vas a viajar a Palma de Mallorca)

Herminia Bedinelli estaba a punto de jubilarse. «La yaya del aeropuerto», como la conocían sus compañeros, contaba los días para disfrutar de la pensión que había cotizado trabajando como auxiliar de seguridad en el aeropuerto de Son Sant Joan de Palma de Mallorca.

Esta argentina de 64 años deseaba volver a Rosario, su ciudad natal, para disfrutar de sus hijas y nietos.

«Alardeaba mucho de ser de la misma ciudad que Messi», cuenta a El Español un compañero de trabajo de la mujer. Llevaba más de 11 años en la empresa Trablisa y doblaba el turno muchas veces «porque le costaba llegar a final de mes», explica el trabajador a este periódico.

Enviudó hace un tiempo y siempre que podía se hacía algún viaje por Europa. Este abril la mujer saboreaba un rico asado con su familia en Argentina. Había ahorrado mucho y sabía que tendría que pasar un tiempo para poder regresar a su amada ciudad.

Pero faltaba poco. Sin embargo, sus ansiados planes de futuro se vieron truncados este 2 de mayo de 2019.

La «yaya del aeropuerto» moría en el hospital después de que un turista la empujase mientras ella solamente hacía su trabajo, según recoge Lucía Vinaixa en El Español. (Condena a Acciona por impedir a una empleada trabajar con hiyab en Palma.)

Los hechos ocurrieron alrededor de la una de la madrugada del pasado sábado. La mujer estaba vigilando el acceso a la zona de equipajes y los turistas recién aterrizados salían de la terminal.

La mujer estaba atenta de que todo estuviese bajo control.

«Intentaba trabajar lo mejor posible».

Uno de aquellos extranjeros, de origen alemán, salió de la zona de equipajes únicamente para fumarse un cigarrillo. Su idea era volver con su mujer y sus dos hijos a por su maleta tras terminar de fumar.

El tipo, de 43 años, se dispuso a entrar, pero Herminia le paró. La auxiliar le explicó que no podía entrar y el alemán se puso muy nervioso. Le exigió de muy mala manera que no le cortara el paso porque iba a perder la maleta si no accedía al interior. Todo fue a más y el hombre comenzó a gritar.

Herminia se resistía a dejarle acceder a la zona de no retorno hasta que él dio un paso más y la empujó. Esta se tropezó, cayó al suelo y se fracturó el fémur. En ese momento la que gritaba era Herminia, pero de dolor.

La víctima pidió auxilio y, según ha informado el diario Última Hora, la Guardia Civil se desplazó inmediatamente hasta el lugar del suceso para detener al agresor por un presunto delito de lesiones.

Herminia fue atendida enseguida por el personal sanitario de una ambulancia. La víctima fue trasladada a una clínica de Palma debido a las graves lesiones que presentaba. Allí, los médicos confirmaron que la argentina se había fracturado el fémur y la cadera.

Estaba previsto que la mujer fuese sometida a una intervención quirúrgica este jueves.

El plan sería reposo y vuelta al trabajo para así seguir ahorrando. Sin embargo, Herminia no aguantó la operación. La «entrañable y carismática» yaya fallecía por un problema cardíaco.

«Estamos en shock. Herminia era muy conocida en el aeropuerto. Siempre estaba allí con la mejor de sus sonrisas. Es injusto ver como algunos turistas se creen que pueden hacer lo que quieran con el personal de Son Sant Joan».

El turista alemán fue puesto en libertad. Sin embargo, podría ser acusado de homicidio imprudente.

Para muchos de los trabajadores del aeropuerto esto ha sido la gota que ha colmado el vaso. Herminia, como muchos de sus compañeros, cobraba menos de 900 euros al mes.

«Hace años hubo una obra en la zona de llegadas del aeropuerto. El puesto donde trabajaba Herminia no existía. Allí había un agente, pero por dinero Aena decidió poner a gente no cualificada cobrando la mitad. Parece que prevalece más la pasta que la salud de los trabajadores del aeropuerto».

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído