Irán prefiere una amplia guerra de desgaste contra Israel a una guerra regional
Kamal Kharazi, asesor del líder supremo de Irán en asuntos exteriores, dijo esta semana al periódico Financial Times que Irán apoyaría a Hezbolá «en todos los sentidos» si Israel lanzara una guerra total contra él.

Afirmó que su país no está interesado en una guerra regional en Medio Oriente y llamó a Estados Unidos a presionar a Israel para evitar una mayor escalada de la situación. Según él, todo el pueblo libanés, los países árabes y los miembros del eje de resistencia apoyarán a Hezbolá en caso de una guerra total contra Israel, e Irán se verá obligado a participar en ella. Destacó que la expansión de la guerra no redunda en interés de Irán ni de Estados Unidos.

Parece que Irán no está interesado, por sus propias razones, en expandir la guerra contra Israel a una guerra regional en este momento. Estas cosas también están en línea con las declaraciones del comandante de la Fuerza Aérea de la «Guardia Revolucionaria», el general Amir Ali Hajizada, quien dijo lo siguiente a las familias de los terroristas de la Franja de Gaza que fueron eliminados por las FDI: «Tenemos poder, pero tenemos las manos atadas. Las condiciones para una acción directa contra Israel no están a nuestra disposición».

Los comentaristas sauditas estiman que el líder supremo de Irán, Ali Jamenei, no quiere actualmente una guerra regional, y prefiere que las ramas de Irán en Medio Oriente continúen la guerra de desgaste contra Israel y la amplíen para debilitarla gradualmente.

Altos funcionarios de seguridad en Israel estiman que Irán no quiere una guerra regional para no poner en peligro su proyecto nuclear, que se encuentra en etapas muy avanzadas hacia la construcción de la primera bomba nuclear.

Los comandantes de la «Guardia Revolucionaria» iraní, que llevan a cabo la guerra de desgaste contra Israel desde Teherán, estiman que Israel no estaba preparado desde el día de su fundación para una larga guerra contra sus enemigos. Siempre ha aspirado a guerras cortas, que se basan en trasladar la campaña al territorio enemigo y derrotarlo en un periodo de tiempo relativamente corto. Ahora lleva nueve meses lidiando con siete frentes y se está debilitando económica, militar y moralmente, mientras su posición política en el mundo está en proceso de colapso. Ésta es la estimación iraní.

Parece que Irán ha preparado con mucha antelación la guerra de desgaste contra Israel. Las FDI se enfrentan a un enorme y bien fortificado sistema de cientos de kilómetros de túneles en la Franja de Gaza, donde se esconden miles de terroristas armados de Hamás, y no pueden derribarlo después de nueve intensos meses de combates, debido a la falta de inteligencia precisa y falta de explosivos.

También en el frente norte frente a Hezbollah, las FDI fueron sorprendidas por las armas de drones suicidas en manos de Hezbollah y en la mayoría de los casos no logran interceptarlas. Por lo tanto, se convirtieron en un peligro para los soldados de las FDI en la frontera norte y lograron ataques que causaron heridas graves y también la pérdida de vidas humanas.

Continúa el flujo de contrabando de armas desde Irán a Jordania y de allí al norte de Samaria. Esto es literalmente una avalancha de contrabando de armas y explosivos, que las FDI y el Shin Bet no pueden detener.

Las organizaciones terroristas en el norte de Samaria lograron, con ayuda iraní, producir grandes y peligrosas cargas explosivas que pueden dañar los vehículos blindados de las FDI y representar un peligro para las fuerzas de las FDI que operan en el Área A.

Las capacidades de combate de Hezbollah y las organizaciones terroristas palestinas han mejorado significativamente en los últimos años, y los medios de combate proporcionados por Irán constituyen una combinación que desafía en gran medida a las fuerzas de las FDI en el sur del Líbano, la Franja de Gaza y los territorios de Judea y Samaria.

El brazo militar de Hamás en la Franja de Gaza y las organizaciones terroristas en el norte de Samaria pasaron a la guerra de guerrillas contra las fuerzas de Tzáhal. Esta guerra puede durar muchos meses y ya se ha convertido en una guerra de desgaste sin una decisión militar.

El escalón político y la cúpula de las FDI deben recalcular sus movimientos y encontrar formas nuevas y efectivas de lidiar con la creciente guerra de desgaste de Irán, que fue meticulosa y sabiamente preparada durante muchos años bajo las narices de la inteligencia israelí, que parece haberse quedado dormida. en guardia.