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La Asociación de Periodistas Independientes de Afganistán protestó hoy contra la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) por haber abandonado el cuerpo de un periodista afgano que murió el miércoles durante el rescate de un corresponsal del diario The New York Times. En el sitio de la operación también fueron hallados los cadáveres de una mujer y un niño, cuya identidad se desconoce.
Para rescatar el cadáver, familiares del reportero Sultan Munadi debieron ingresar a la peligrosa zona de conflicto en Ormajel, en la provincia de Kunduz, en el norte del país, donde el 4 de septiembre una avión estadunidense bombardeó dos pipas de combustible y causó la muerte de unas 130 personas, en combinación con el ejército alemán, que forma parte de los contingentes extranjeros estacionados en Afganistán para combatir a la resistencia talibán, en el poder hasta la invasión de noviembre de 2001.
Periodistas afganos dieron a conocer un comunicado en el que expresaron su indignación por el hecho de que el comando de la OTAN haya penetrado hasta Ormajel para liberar al periodista británico Stephen Farrell, corresponsal del Times, sin tomar en cuenta que Munadi había llegado con él hasta la zona de guerra, el sábado anterior, con el propósito de investigar lo sucedido en torno al estallido de los camiones presuntamente robados la semana pasada por insurgentes.
La explosión de los dos transportes provocó una enorme conflagración que mató a presuntos combatientes del talibán y civiles que se abastecían del combustible.
Farrell había contratado los servicios de Munadi como guía e intérprete y fueron secuestrados por presuntos talibanes.
Las fuerzas internacionales no tienen justificación para rescatar a su compatriota y llevarse el cadáver de su soldado (británico) muerto durante la operación y, sin embargo, abandonar el cuerpo sin vida de Sultan Munadi, señaló la Asociación de Periodistas Independientes de Afganistán.
Además de Munadi y del militar británico, en Ormajel fallecieron una mujer y un niño, pero se desconocen los detalles sobre el enfrentamiento entre los militares británicos y los presuntos captores de Farrell y Munadi.
La operación de rescate fue autorizada por los ministerios de Defensa y Relaciones Exteriores de Gran Bretaña, a pesar de que había ya negociaciones en curso, favorables a la liberación, según confirmó la oficina del primer ministro británico Gordon Brown.
El bombardeo de las pipas está bajo investigación de la OTAN y de una comisión de la Organización de Naciones Unidas (ONU), pues es uno de los ataques que mayor número de fallecidos ha arrojado recientemente.
El ataque aéreo ha perturbado la relación entre militares alemanes y sus aliados de la OTAN, según afirmó hoy el diario alempan Suddeutsche Zeitung.
La versión oficial de la OTAN fue que la nave de Estados Unidos atacó en Ormajel después de que los alemanes solicitaron su intervención, pero un experto alemán en temas castrenses, Harald Kujat, puso en duda la información al afirmar que «nadie puede creer seriamente que un comandante alemán tenga potestad sobre la utilización de dos bombarderos estadunidenses F-15».
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